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Eva Jiménez: “La ciencia es la carrera de obstáculos más gratificante”

Los nuevos materiales que desarrolla en el IETcc del CSIC, compuestos a partir de desechos de la industria siderúrgica, posibilitarán edificios sostenibles y preservarán el medio ambiente

Después de licenciarse en Ciencias Ambientales por la Universidad de Alcalá de Henares, Eva Jiménez hizo prácticas durante unos meses en el Instituto de Ciencias de la Construcción Eduardo Torroja (IETcc) del CSIC. Desde entonces, la trayectoria de la investigadora ha estado ligada a los laboratorios de esta institución. Allí realizó su tesis doctoral y, tras distintas estancias nacionales (en el Instituto de Ciencia de Materiales de Madrid o en el Centro Nacional de Investigaciones Metalúrgicas) e internacionales (en la Escuela de Química e Ingeniería Química de la Universidad Queens, en Belfast) y, cuando tras leer su tesis en 2017 trabaja como coordinadora técnica del proyecto europeo Life Photoscaling, en septiembre de 2018 llegó el programa ComFuturo –impulsado por Fundación General CSIC de mano de varias empresas-  y la posibilidad de liderar durante tres años una investigación propia, dentro del mismo IETcc.

Su proyecto actual, enmarcado en la categoría de la Economía Circular y con una doble derivada de generación de riqueza y preservación del medio ambiente, se propone mejorar de forma sustancial la gestión de los residuos (escorias) generados por la siderurgia. Jiménez explica que el 60% de los residuos producidos por la industria del acero se deposita en vertederos (12M de toneladas anuales sólo en Europa) “con un impacto muy negativo en el entorno y un elevado coste económico”.  

A partir de estos desechos, la investigación tiene entre sus metas la obtención de materiales de construcción fotocatalíticos. “Las escorias de acería pasan de ser problema a oportunidad, y a integrarse en el tejido productivo en forma de un nuevo producto con funcionalidades disruptivas, beneficiosas para la sociedad y el medio ambiente”. La investigadora alude a un modelo de negocio “ecoinnovador con un alto nivel de rentabilidad”.

Jiménez está integrada en el grupo Interacción Sostenible de la Construcción con el Medio Ambiente (ISCMA) y en la investigación que dirige –en punto muerto hasta la inyección económica de ComFuturo- están contado con la ayuda adicional de Acerinox. “Queremos disminuir la contaminación que provocan estos residuos en aire, tierra y agua próximos a los vertederos. Además, los materiales de construcción fotocatalíticos que logremos sufrirán reacciones químicas ante la luz solar o artificial que promoverán la eliminación de contaminantes del aire que entren en contacto con la superficie activada y la suciedad adherida en la misma, por lo que son potenciales reductores de la contaminación atmosférica y poseen propiedades autolimpiantes”, detalla Jiménez sobre el papel que podría jugar su uso generalizado en la lucha contra la polución urbana.

Con un ahorro estimado de al menos 1.200M de € cada año en Europa, su propuesta beneficiará directamente tanto a las industrias implicadas en la generación de escorias, como a las encargadas de la venta a terceros de los materiales desarrollados (industria química, de procesado o de la construcción). El proyecto supone también “ventajas de RSC para todas estas empresas o la creación de nuevos puestos de trabajo de alta calidad, ligados a una tecnología de desarrollo sostenible”.

Eva Jiménez ha sido co-investigadora principal en tres proyectos de I+D y es co-inventora de dos patentes. Revisora habitual en ocho revistas SCI y asesora de tres comités europeos e internacionales de normalización (CEN e ISO-RILEM), ha presentado su trabajo en más de 20 congresos. Una vez concluya el apoyo de ComFuturo, sus planes pasan por ampliar la línea de investigación con al que trabaja. “El desarrollo de tecnologías orientadas a impulsar la economía circular son líneas de investigación imprescindibles y con grandes posibilidades. Aun así, es difícil predecir donde estaré porque depende fundamentalmente de que existan recursos económicos que puedan permitir esa continuidad”.

Reconoce que la de investigador “es una de las carreras más satisfactorias que existen”, pero que requiere de un grado notable de preparación ante el error, “constante en nuestro día a día”, para hacer frente a la frustración. “Ser científico es una carrera de obstáculos”, añade Jiménez, para quien España arrastra un “problema grave” en I+D derivado de años de recortes, burocracia extrema e inestabilidad laboral. “Todo esto se ha traducido en una desmotivación generalizada, en el éxodo de talento investigador joven y no tan joven o en la ausencia de oferta de empleo público que ha acarreado un alarmante envejecimiento de las plantillas de trabajadores”.

En su opinión, urge más inversión promovida por políticas públicas “y un cambio profundo en su articulación actual, con un compromiso serio a largo plazo”. Para que la I+D+i pase a ser un elemento prioritario a escala nacional, Jiménez defiende el desarrollo de programas de formación, atracción de talento extranjero, internacionalización y retorno; la creación de plazas de trabajo estables e indefinidas; la optimización del sistema burocrático actual y el fomento de convenios y vías de colaboración entre centros de investigación, y entidades públicas y privadas.

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