Evocons: los edificios impresos en 3D que revolucionan el sector de la construcción

Hablamos con Daniel Lorenzo, CEO y fundador de la compañía que rompe con el modelo tradicional: “Somos más rápidos, más económicos y más sostenibles”
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Casa prototipo impresa con el sistema EvoConstructor.

De vocación “emprendedora e ingenieril”, el canario Daniel Lorenzo, CEO y fundador de Evocons, salió de España en plena crisis de la construcción. Acumuló experiencia en distintos países como jefe de obra, responsable de proyectos, director técnico… Así hasta comandar durante un tiempo su propia promotora-constructora. “A raíz de todo lo vivido me propuse dar un cambio al sector. La tecnología y la automatización tenían que entrar en la construcción, un campo basado aún en métodos tradicionales y arcaicos que llevamos siglos repitiendo”, explica Lorenzo a Innovaspain.

Bajo esta premisa, en 2018 comenzaba la aventura de Evocons, la startup que mezcla robótica, automatización e impresión 3D. Hasta ese momento, la impresión 3D aplicada a la construcción no había ido mucho más allá de la impresión de paredes. El sistema patentado que proponen Daniel Lorenzo y su equipo tiene nombre propio, EvoConstructor, y consiste en una tecnología disruptiva basada en un robot pórtico e impresión de hormigón 3D. De este modo, capa a capa, crea los elementos al inyectar el material a través de una boquilla y permite automatizar la mayor parte de los procesos constructivos.

En paralelo, Evocons solventa otras problemáticas. “Contribuimos a la reducción de la huella de carbono –el sector es responsable del 30 % de las emisiones de CO2-, ofrecemos agilidad y ahorro de costes. Existe un déficit habitacional en el mundo que hay que suplir y los sistemas actuales no lo consiguen”.

Planteamiento erróneo

El CEO de Evocons asegura que, actualmente, el sector tiende a la industrialización, pero con un planteamiento de partida erróneo. “Lo más habitual es optar por la fabricación de bienes inmuebles, edificios o casas, con métodos que normalmente se emplean para fabricar bienes muebles”.

A priori, esta prefabricación tendría lugar en grandes polos industriales, donde distintas factorías recibirían la materia prima y se ocuparían de fabricar todas las piezas del edificio. “Desde allí, serían transportadas a la obra, para ser montadas gracias a grandes equipamientos capaces, entre otras cosas, de elevar las cargas. La huella de carbono no se minimiza debido a una logística excesiva”.

Lorenzo añade que los costes tampoco se reducirían. “Estos sistemas de prefabricación son más caros. Lo ideal es que sean flexibles, que se adapten a la particularidades del entorno, el clima o las distintas normativas vigentes. Es decir, todo sistema de construcción que venga a mejorar lo tradicional debe potenciar la flexibilidad”.

En el lado opuesto, Evocons opta por una solución que lleve la fábrica a la obra con el foco en la automatización. El equipo robótico y de impresión se monta en la propia obra y la materia prima viaja directamente al punto donde va a ser ‘consumida’, saltándose múltiples intermediarios.

“Con el equipamiento in situ reducimos costes, porque solo usarás el material que necesitas, sin agregados de transporte, elevación u operaciones logísticas”.  La optimización de materiales conlleva menos gasto energético. El sistema trabaja 24/7 y acelera los plazos de ejecución del proyecto. “Somos más rápidos, más económicos y más sostenibles”, apunta Daniel Lorenzo.

El cambio se hace esperar

Lorenzo opina que queda trecho para que el cambio en marcha sea efectivo, pero que esperan liderar la transición hacia un modelo más eficiente. “El sector constructor-inmobiliario es muy conservador, poco dado a la innovación y a la automatización por las características especiales intrínsecas a dar forma a una casa o a un edificio: no hay dos iguales”.

Estas reticencias también tienen un cariz cultural. “Poco a poco abren los ojos. Falta mano de obra cualificada, los precios de las materias primas son volátiles… Las circunstancias obligan a cierto aperturismo”. Y hay más: “el verdadero” quid de la cuestión y la llave para abrir una nueva etapa es, según Daniel Lorenzo, que estos empresarios le den la importancia que merece a la reducción del precio de la obra. “El efecto en el bolsillo es la única manera de que los nuevos sistemas se generalicen”.

El fundador de Evocons no oculta que la transición tecnológica implica inversiones, un gasto que, a la larga, será compensado con creces, tanto en lo meramente económico como en cuestiones medioambientales.   

Acompañar el cliente

El modelo de negocio de la empresa está protagonizado por la venta de EvoConstructor a promotoras y constructoras. “Más adelante nos gustaría llegar a las administraciones públicas”. Lorenzo reconoce que integrar el equipamiento robotizado supone para sus clientes un cambio de chip y una reorganización interna. “No nos limitamos a la venta, sino que acompañamos a los clientes en la implementación del sistema, impartimos formación técnica al personal implicado y colaboramos en el arranque del proyecto. Como prescriptores de nuestra tecnología, también damos a conocer estas innovaciones a los estudios de arquitectura”.

Los clientes pueden conocer las capacidades de Evocons de modo tangible gracias a una casa prototipo ubicada en sus instalaciones. Se trata de la primera del mundo construida con un grado tan alto de automatización. La empresa es la única del país que ha participado en el desarrollo de la primera normativa de impresión 3D aplicada a la construcción a nivel global. “Hay que hacer mucha pedagogía, aunque la mejor muestra serán los proyectos reales (tienen varios en marcha en Canarias)”.

El apoyo de ENISA

Por ahora trabajan a nivel nacional, aunque en algún momento quieren dar el salto al exterior, debido al interés que EvoConstructor ha despertado en varios grupos internacionales. “Pensamos que el sector debe ganar en productividad con la introducción paulatina de procesos automatizados y flexibles. Escapar de la estandarización ayudará a ‘desglobalizarnos’: construiremos de forma autónoma con materiales locales, otra línea que estamos investigando para contribuir a la descarbonización”.

En estos cinco años de camino, han tenido algunos aliados importantes, como Lanzadera. Otros les acompañan desde el principio, caso de la Empresa Nacional de Innovación (ENISA), cuya financiación ha sido “clave” para un proyecto que Daniel Lorenzo define como peculiar. “ENISA ha apostado por nosotros en cada fase de desarrollo y ofrece un mecanismo fundamental. Entienden que el crecimiento del país y de sus empresas se produce a través de la innovación”, concluye el CEO de Evocons.

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