Los monos silbadores (Sapajus libidinosus) golpean la piedra una y otra vez, como si fuera un martillo, y así surgen afiladas láminas, llamadas lascas, como las que formaban los humanos de la Edad de Piedra para hacer sus armas o herramientas. Hasta ahora, los científicos pensaban que crear este tipo de fracturas en la roca era un comportamiento único en humanos.
El estudio que derrumba este planteamiento, publicado en Nature, demuestra que, al igual que los humanos, estos pequeños capuchinos de Brasil también son capaces de fabricar, aunque de manera inintencionada, herramientas de piedra. A pesar de romperlas de forma deliberada, su objetivo es extraer minerales o líquenes de las piedras, según los científicos que los observaron en el Parque Nacional de Serra da Capivara en Brasil.
“En la última década, diversos estudios han demostrado que el uso y la producción intencionada de láminas afiladas no están necesariamente vinculados a los primeros seres humanos, al género Homo, que son nuestros parientes directos, sino que también fueron utilizadas y producidas por un rango más amplio de homínidos”, explica Tomos Proffitt, investigador principal del trabajo y científico en la Escuela de Arqueología de la Universidad de Oxford (Reino Unido).
Para el equipo de investigación, este trabajo va un paso más porque muestra que los primates modernos pueden producir lascas y núcleos arqueológicamente identificables con las características que se pensaban que eran exclusivas de los homínidos, tal y como recoge la Agencia Sinc.
“Esto no quiere decir que el material arqueológico más antiguo en África oriental no lo hicieran los homínidos”, señala Proffitt. “Sin embargo, el hallazgo plantea cuestiones interesantes sobre cómo se desarrolló esta tecnología de herramientas de piedra antes de que aparecieran los primeros ejemplos en el registro arqueológico”. En su opinión, este descubrimiento desafía las ideas anteriores sobre el nivel mínimo de complejidad cognitiva y morfológica necesario para producir numerosas lascas concoides.
Según las observaciones de los científicos, los monos silbadores seleccionan de forma individual cantos de cuarcita redondeada, y usando una o las dos manos golpean enérgica y repetidamente el canto como si fuera un martillo contra otras rocas situadas en un acantilado. Estos capuchinos también fueron observados reutilizando piedras usadas como martillos que se habían roto anteriormente.
“El hecho de que hayamos descubierto monos que sean capaces de crear herramientas a partir de piedras afiladas nos hace pensar sobre la evolución del comportamiento y sobre cómo atribuimos la autoría de los artefactos”, dice Michael Haslam, coautor del estudio y líder del proyecto Primate Archaeology (Primarch) de la universidad británica.
Sin embargo, mientras el hallazgo revela que los humanos no son los únicos en crear esta tecnología, “la manera en la que la usan parece seguir siendo muy diferente a la de los monos”, concluye el científico.