Han acabado los Mundiales de fútbol y está concluyendo el Tour de Francia, dos de los ejemplos más paradigmáticos de la competición deportiva y vemos como la innovación ha revolucionado estos dos ámbitos tan distintos y distantes, pero unidos por la evolución de la industria que les rodea. Otros deportes se habían adelantado en muchas cosas pero precisamente, sobre todo el futbol, había aparcado durante años la tecnología para dirimir algunas cuestiones relacionadas con la perfección en el sistema arbitral, un tema crucial en todos los deportes donde manda el choque entre los contrincantes.
No entro en la polémica de si ayuda o no al árbitro el sistema conocido como VAR, pero si porque ha sido tal su impacto que me sirve para recordar que en el fútbol han evolucionado muchas cosas más a los largo de estos años, igual que en el ciclismo que por innovar, han innovado hasta en la salida de una de las etapas, creo que sin demasiado éxito, en este caso. Desconozco lo que se pretendía con una salida utilizada en las carreras de coches y motos porque el fundamento es distinto. Puesto a probar yo me hubiera decantado por un sistema de hándicap como en el golf o en las carreras de caballos.
En el caso del ciclismo, el diseño de las bicicletas y los materiales utilizados ha sido esenciales para lograr mejorar las prestaciones del corredor. Hay que tener en cuenta que desde los casi 12 kilos que pesaba una bici antigua, ahora la UCI permite que pese un mínimo de 6,8 kilos. Y lo mismo pasa con la ropa en materia de peso o transpiración o la preparación de los ciclistas con técnicas que antes ni se tenían en cuenta. El propio Bahamontes me decía un día que le daba escalofríos pensar hasta donde hubiera llegado contando con algunos de estos avances y de esto hace más de 20 años.
Igualmente, en el fútbol el gran cambio ha sido el de la preparación de los futbolistas, que no tiene nada que ver con la de hace dos décadas, que no hace tanto tiempo. El material utilizado ha cambiado e incluso el balón y la bota han favorecido ciertas circunstancias que hacen más difícil para los porteros la acción de blocar o a los jugadores más fácil el imprimir efectos hasta ahora imposibles.
En el baloncesto como hemos hablado de él en nuestro portal.
Lo popular nos enseña a valorar la innovación y en muchas ocasiones desperdiciamos estas oportunidades para ejemplificar qué es la innovación. Hace diez años descubrí como la información exacta de la distancia recorrida y la velocidad máxima de cada futbolista es esencial, por ejemplo, para que cada uno desempeñe un determinado papel en el campo y lo sigue siendo. Esa información es producto de una innovación. Antes lo hacíamos con un cronómetro en la mano en determinadas ocasiones, pero no podíamos deducir cuando un jugador empezaba a entrar en una situación de agotamiento que hacen conveniente su sustitución o el descanso temporal.
Hay datos que no solo nos sirve a los espectadores para tener más información, sino que es vital para el propio desarrollo del juego o de la carrera en el caso del ciclismo. Creo que es bueno recordar que casi todo lo que nos rodea está impregnado de un cierto cambio y no es por el tiempo; es por la increíble capacidad de pensar y arriesgar que existe en los humanos. No nos gusta cambiar por cambiar; nos gusta el cambio y lo valoramos positivamente cuando aporta novedades que nos hace mejores y el deporte en un ejemplo.