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Fairphone: otro teléfono es posible

Fairphone mejora las condiciones de trabajo de los mineros. Imagen: Fairphone
Fairphone mejora las condiciones de trabajo de los mineros. Imagen: Fairphone

Una nueva cadena de producción también para los productos más complejos. NESI Forum, la primera gran cita que reúne a los agentes globales de la Nueva Economía y que se celebra en Málaga hasta el próximo fin de semana, ha contado con la propuesta rupturista de Tessa Wernink, cofundadora de Fairphone, que desde 2010 busca reinventar la telefonía móvil con una producción y una vida más responsable de los aparatos y a través de un nuevo diálogo entre el usuario y su dispositivo.

La aventura comienza en Austria. “Éramos cuatro, pero pronto nos dimos cuenta de que nuestra idea tenía tracción”. El primer impacto toma forma con una campaña de denuncia focalizada en las malas condiciones en las que trabajan los mineros en República del Congo, donde extraen parte de los materiales necesarios en los componentes electrónicos de los smartphones. Desde entonces, y durante los tres años siguientes, trabajaron en una idea que era “potente pero difícil de materializar”: un nuevo concepto de teléfono, fabricado de modo más justo, y más transparente con el usuario. “Las condiciones de trabajo de esta gente son horribles y los teléfonos, una vez cumplidos los contratos de uno o dos años, van a la basura, al mercado de segunda mano o acaban apilados en países dónde no existen los adecuados procesos de reciclaje.. Da igual quien los fabrique, el caso es que el impacto de esa mano invisible es muy negativo. Hemos perdido la conexión entre un componente electrónico, cómo se fabrica y la sociedad”- añadía Wernink.

El diseño del Fairphone 2 es modular. Imagen: Fairphone
El diseño del Fairphone 2 es modular. Imagen: Fairphone

Para que la gente empezara a reflexionar sobre la importancia de esta situación comenzaron a pensar como una ONG y se convirtieron en una empresa social, “la primera del mundo del mercado electrónico”. Investigaron junto a proveedores alternativos y concluyeron que el proyecto era viable, pero no sencillo. “Un teléfono es algo muy complejo de fabricar. En 2013, el primer Fairphone era virtual, estaba muy bien explicado en nuestra web y lanzamos una llamada vía crowdfunding”. Un mes y 10.000 apoyos después, Fairphone transitaba por un camino pavimentado hacia el Fairphone 2, un dispositivo físico, modular, que puede abrirse y repararse fácilmente por el propio usuario, llamado a durar mucho más que los modelos por todos conocidos y con una cadena de suministro muy particular, que incorpora una detalla explicación acerca de hacia dónde va dirigido el dinero del cliente que lo compra.

“Buscamos crear un movimiento más amplio a través de un producto. Este es un gran viaje que acaba de empezar”. Hoy su propuesta es caso de estudio en varias universidades y reciben el apoyo de algunas de las grandes operadoras de telecomunicaciones. “Lo que nos mantiene en la lucha es que todos los pasos que damos tienen un propósito”- ha concluido.