El proyecto Life4Film de FCC– a través de su filial, FCC Medio Ambiente–, el Instituto Tecnológico del Plástico (AIMPLAS) y la Universidad de Granada ha sido aprobado por el programa Life de la Unión Europea. Su objetivo: “reciclar evitando el envío de “plástico film” o plástico de embalaje[ese polímero transparente, estirable, que suele utilizarse para envolver cualquier producto] presente en los residuos sólidos urbanos a vertedero o a valorización energética”, indican desde la compañía española.
El método para poner fin a esta práctica será probado “de forma inminente y durante un bienio” en Granada, donde implantarán un proceso de reciclado a escala “semi-industrial” con una capacidad de recuperación de 10.000 toneladas al año. El acuerdo de subvención, firmado con la Agencia Ejecutiva Europea de Pequeñas y Medianas Empresas (EASME), gestora del programa de la UE, supondrá el aporte de “casi un 44% de un presupuesto total de 4,54 millones de euros”.
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Life4Film tendrá, según sus creadores, la capacidad de desarrollar una nueva tecnología que pueda reciclar el plástico film basándose en una economía baja en carbono y en un tratamiento de los residuos “más sostenible”. Para ello, instalarán una planta preindustrial mediante un proceso de separación óptica, lavado, extrusión (moldeamiento de plásticos) y tratamiento de efluentes.
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Con esta primera implementación pretenden incrementar “hasta en un 62%” la tasa de reciclado del plástico film presente en los residuos urbanos, “así como su revalorización, incorporándolo como materia prima secundaria en la fabricación de nuevos productos industriales aceptados por el mercado”, apuntan, además de subrayar que “todo esto se enmarcará dentro del concepto de economía circular”.
Desde FCC Medio Ambiente explican que Life4Film no solo es un proyecto sostenible. Así, la iniciativa permitirá la creación de nuevos puestos de trabajo, la mejora de la competitividad de su sector, el fomento de la difusión de los resultados “a nivel de Unión Europea y local” mediante acciones de comunicación y, por último, la reducción de la huella de carbono de la industria del plástico.