La gamificación de la educación forma parte de multitud de proyectos que han llegado hasta SEK Lab. Una tendencia que podría ayudar a revertir la dificultad de captar a los alumnos y que, como defiende el director de Innovación abierta de la Institución Educativa SEK, Félix López Capel: “es un plus”. Una forma de aprender que califica como “amena y divertida” frente a la cada vez mayor dificultad para mantener la atención en clase.
En una entrevista con Innovaspain, el a su vez director de SEK Lab EdTech Accelerator, añade a esta característica otras. Entre ellas, profundizar en la analítica de datos: “lo que no se mide no se puede mejorar”, expresa. Es otro de los caballos de batalla que “demandan” los docentes, directores de colegios padres. Las soluciones que llegan hasta sus instalaciones son “dashboards” en las que se comprueba la evolución de los alumnos, su aprendizaje y sus áreas de mejora.
Una personalización de la enseñanza en la que incide López, quien también mira hacia el mercado laboral. “Las soft skills también forman parte de muchos proyectos que nos llegan. Estas habilidades están sobre la mesa porque cada vez más empresas contratan a personas por lo que saben hacer, sus habilidades sociales, capacidad de trabajo en equipo o autonomía. Y no por lo que pone en su título”.
En relación con la formación en aptitudes de los alumnos, López presume de SEK. “Introdujimos la programación y el coding como asignaturas desde la etapa infantil. Esto aporta una serie de beneficios a los escolares: entre otros, la mejora del razonamiento lógico formal y la habilidad para resolver problemas”.
Una disrupción educativa que ha venido para quedarse
Los proyectos que llegan hasta SEK Lab no son más que el indicador de un concepto en boga: la disrupción de la educación. “Se aprecian signos, sin duda. Los que eran proactivos han dado un salto de gigante. Mientras otros han tenido que aprender a marchas forzadas”, razona.
Cuando se decretó el estado de alarma, el pasado marzo, “se vio quiénes habían hecho los deberes y quién no”. No era tan importante, continúa López, el presupuesto o la inversión que hubiera detrás. Importaban las ganas de “mejorar en tu día a día”. Consciente de que esta opinión puede generar resquemor, se escuda en su experiencia como docente “en los últimos 30 años”.
Y aconseja: “Los docentes nos tenemos que reciclar, reinventar y aprender continuamente. Hay incluso mucha oferta de herramientas y tenemos que invertir tiempo en ese ensayo y error. Y también preguntar a nuestros colegas del sector qué les funciona mejor”.
Una necesidad que cubrieron la mayoría de startups del sector, señala. “Han dado cientos de webinars gratuitos para que pudiesen aprender y sacar todo el partido a sus soluciones de tecnología educativa”.
Llegó la desescalada y ese nuevo aprendizaje se empezó a poner en marcha. “Se empezaron a usar nuevos recursos, ofreciendo un aprendizaje más personalizado, con más herramientas audiovisuales. Se ve un aprendizaje basado en proyectos, en juegos, producto de la creatividad. Todo ello crea un mejor feedback a los alumnos y los padres”.
Para conseguir el objetivo de la actual docencia, que es “enganchar a los alumnos”, en opinión de López. Vías, muchas: “Microsoft TEAMS, Google Classroom, Blackboard y tantas otras que permiten tener todo el contenido en un solo lugar”. Todo ello accesible a través de unos dispositivos a los que eso sí, matiza, no acceden todos. “Tenemos una brecha: el acceso a la tecnología”.
La oportunidad del EdTech Accelerator
El interés por digitalizar los procesos de enseñanza y formación lleva a que empresas tecnológicas se impliquen en “paliar la brecha”. A ellas se suman las startups innovadoras en educación. Las que han surgido de SEK Lab, indica López, “han tenido unos crecimientos exponenciales. Una adopción que esperaban tener en los próximos tres años, lo cual son buenas noticias”.
Los proyectos que ha podido ver van desde herramientas para generar contenido de forma rápida con plantillas previas o grandes librerías de contenido audiovisual (al uso de Netflix). Estas interfaces centradas en la dinamización de las clases. Otras se centran en adaptar contenido al formato online: “como hace Snackson”, centrada en el micro-learning para empresas.
López destaca también el papel de los simuladores en la educación. “Podemos meter a nuestros alumnos dentro de una cadena de montaje, dentro de una célula, visitar un museo, las pirámides, enseñarles cómo funcionaba la imprenta y miles de experiencias que pueden ser inmersivas, donde les podemos hacer partícipes del aprendizaje”.
Proyectos de startups surgidas dentro de SEK Lab. Entre ellas, Escuelab; Smile & Learn; Virtway; Bodyplanet; Adopta un abuelo; AISOY o Gokoan. Son solo algunas de las startups de éxito de las más de 200 repartidas por el mundo que ha analizado la institución. Cada año dan cabida a entre 10 y 12 empresas, de una media de 40 que se postulan.
El antes y el después de una empresa que se suma al programa de SEK Lab es el de un equipo pequeño de unos 5 integrantes que, al salir, “escalan y algunas superan las 40 personas”. De una facturación media, al llegar, que ronda los 60.000€, asegura que una vez dentro “levantan rondas previas de financiación, un ENISA e incluso un H2020”. Como EdTech Accelerator, su público objetivo es el sector docente con “vocación internacional”, agrega.
Y con un perfil emprendedor experimentado, joven y, cada vez más, femenino. “Más de la mitad de los emprendedores lo hace por segunda vez, ya tienen experiencia emprendedora. Todos mayores de 30 años pero la edad media en torno a 40 años. Un tercio de los cofounders de las startups en educación son mujeres.
El éxito de SEK Lab
“Queríamos fomentar el emprendimiento y la innovación en la Institución”, recuerda López. Esa fue la causa que realidad posible SEK Lab en diciembre de 2015.
“El objetivo, innovación abierta de la mano de startups y nuestro equipo. Un programa de aceleración de 6 meses en el que buscamos la startups más innovadoras en educación, con una validación previa y ambición global, y con un equipo dedicado full time al proyecto”.
En seis meses, se realiza un acompañamiento por mentores externos “con un tremendo background en educación y el mundo corporativo”, de las startups elegidas. “Además de docentes, investigadores, alumnos y directores de colegios”, apunta.
Las formas de materializar son varias: betatesting en los colegios de SEK y en su universidad. Con master clases se ayuda a hacer crecer las empresas, con la asistencia a eventos clave del sector se crea un networking profesional. También se visibilizan en medios y todo ese trabajo previo se organiza un “DEMO DAY”. Es ahí donde se presentan “ante inversores, posibles partners y clientes” para seguir escalando.
SEK Lab EdTech Accelerator tiene el foco puesto, finaliza López, en startups EdTech “pero también de impacto social en educación y en cualquier etapa educativa”.