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Fernando Vegas: «Las bodegas son básicas para evitar la despoblación rural»

El director general de Bodegas Avelino Vegas participa en la presentación de la iniciativa ‘Fecha de Extinción’, promovida por ALDI España
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Fernando Vegas, director general de Bodegas Avelino Vegas. Imagen: ALDI España.

El vino tal y como lo conocemos podría dejar de existir a consecuencia de los efectos adversos del cambio climático. El aumento de las temperaturas y las largas sequías provocan que algunas variedades de uva estén en riesgo. Las vendimias se han adelantado una media de 13 días en todo el mundo desde 1988 (estudio de European Geosciences Union).

Para visibilizar la situación y promover buenas prácticas en el sector, ALDI ha puesto en marcha la iniciativa ‘Fecha de Extinción’, presentada ayer en Madrid (ver info adicional). La cadena de supermercados ha detallado los riesgos a los que se enfrenta el vino, pero también otros habituales en nuestra cesta de la compra como los plátanos, la miel, el cacao o el café.

Eduardo Mas, director de Calidad y RSC de ALDI España, recordaba que el 95% de la bodega de vinos de ALDI es de origen nacional. Concretamente, cuenta con unas 75 referencias de vinos españoles en sus lineales, el 90% de los cuales son de marca propia. Además, cerca del 40% del surtido de vinos está certificado, en proceso de certificarse o el proveedor ha mostrado interés por ‘Sustainable Wineries for Climate Protection’ u otras certificaciones medioambientales.

Capacidad de adaptación

Bodegas Avelino Vegas es uno de los proveedores de confianza de ALDI España más longevos. Su director general, Fernando Vegas, aseguraba ayer que las bodegas son un pilar básico para evitar la despoblación rural en la España vaciada. “Casi todas estamos en pequeñas poblaciones donde nos abastecemos de lo necesario”. Vegas añadía la capacidad que tienen para generar empleo en las casi 2.000 hectáreas de viñedos que suministran uva a sus dos bodegas, ubicadas en Santiuste de San Juan Bautista (Segovia, D.O. Rueda) y Peñafiel (Valladolid, D.O. Ribera del Duero).

“El compromiso con la excelencia es importante, pero tenemos que trabajar con mayor eficiencia y de manera sostenible. Nos va la vida en ello”, afirmaba Vegas. “Dependemos de la madre naturaleza. El cambio climático nos afecta directamente”. En las bodegas de la firma, han logrado obtener “una foto clara” de todos los parámetros contaminantes que manejan para mitigar o eliminar efectos. “Trabajamos con expertos en transición energética para reducir las emisiones”.

El experto -su padre, Avelino, fundó la bodega en 1950- aseguraba que la forma de cultivar ha cambiado por completo debido a las nuevas condiciones climáticas. “Tratamos de adaptarnos”. Por ello han empezado a cultivar a más de 900 metros sobre el nivel del mar. “Necesitamos temperaturas más frescas para que la maduración de la uva no se adelante más de lo necesario afectando a su calidad”.  

Más medidas

En el día a día, aprovechan los restos de la poda para elaborar un compost natural que deriva en un suelo con más porosidad y una estructura más homogénea. En la misma línea, utilizan la cubierta vegetal espontánea. “Antes la tierra era arada constantemente, provocando su erosión y con el problema añadido de consumo de gasoil además del efecto contaminante del tractor. Gracias a esta práctica, la cubierta vegetal ‘compite’ con la planta, que echa mejor las raíces para autoabastecerse con más garantías”.

Fernando Vegas detallaba que han puesto en marcha una modalidad de riego por goteo directo en la planta que ayuda a gestionar el estrés hídrico. “La viña es una planta fuerte. Sabe cuidarse por sí misma, pero hemos llevado a cabo una sectorización por parcelas”. De este modo, flexibilizan el riego dando margen a que el viñedo aproveche los recursos de la propia naturaleza.  

Además de haber mejorado la circularidad y el consumo de materiales necesarios en su cotidianeidad como el vidrio o el cartón, la bodega emplea un 90 % de herbicidas y fertilizantes ecológicos.

«Nos jugamos nuestra supervivencia»

“Tenemos que dar un paso adelante y garantizar que los vinos son de calidad, pero también respetuosos con el medio ambiente y con el entorno; que son los pueblos y sus habitantes”, argumentaba Fernando Vegas. “Con los clientes ya hablamos más de sostenibilidad que de precios. Estas iniciativas son necesarias porque nos jugamos nuestra supervivencia”.

Por su parte, Trinidad Márquez, Responsable Técnica y de Medio Ambiente de la Federación Española del Vino, entidad impulsora del certificado de sostenibilidad Sustainable Wineries for Climate Protection’ (SWfCP), manifestaba el “gran esfuerzo” que el sector vitivinícola lleva años haciendo para adaptarse y mitigar los efectos del cambio climático.

“Desde la FEV, apoyamos y acompañamos este proceso a través de este certificado. Desde 2023 evalúa, además de criterios medioambientales, criterios de sostenibilidad social, económica y de gobernanza. Por lo tanto, acredita que las bodegas certificadas son sostenibles en un sentido integral”.