Visitas llenas de solemnidad, enlaces y funerales reales, procesiones de Semana Santa o del Corpus Christi… Durante los siglos XVII y XVIII, las grandes celebraciones de la Península Ibérica se debatían entre el ego de la monarquía y la omnipresencia de la religión. Pero eran momentos que, más allá de su trasfondo, el pueblo recibía con júbilo. El Madrid de la época era la ciudad del “¡Agua va!”, de una higiene más que dudosa, calles mal empedradas, charcos y barro. Sin embargo, la futura urbe estaba siempre dispuesta a tapar sus vergüenzas con arcos del triunfo, templetes, fuentes, fachadas o altares. Elementos todos ellos de una arquitectura hecha de madera, cartón y estuco, tan efímera como el vestido de Cenicienta, ‘disfrutable’ solo durante el tiempo que se prolongaran los fastos en cuestión.
Desde hace un año, el proyecto FEST-digital: digitalizando la fiesta barroca. Reconstrucciones virtuales del ornato efímero en España y Portugal (siglos XVII y XVIII), trata de recrear virtualmente y con la máxima precisión estas arquitecturas de las que solo se conservan descripciones y estampas en blanco y negro junto a algunos óleos.
La iniciativa, basada en el empleo de herramientas de las humanidades digitales, está financiada por el Ministerio de Ciencia e Innovación. Los investigadores esperan del organismo cuya cartera ostenta Pedro Duque una ayuda más decidida, ya que recibieron tan solo 29.000 de los 89.000 euros presupuestados para acometer el proyecto.
Una exposición virtual en el horizonte
“El estudio de la fiesta efímera no es nuevo. Las fuentes de información están localizadas. Lo que queremos aportar es puro I+D+i. Recrearemos una imagen verosímil de las ciudades de Madrid y Lisboa durante determinadas celebraciones que mezclaban lo divino y lo pagano con los reyes como protagonistas”, explica a este periódico Victoria Soto Caba. La profesora de Historia del Arte de la UNED es la investigadora principal de FEST-digital.
La acompañan en una aventura que se prolongará, “como mínimo” hasta 2023, Sergio Román Aliste, profesor de Historia del Arte de la Universidad Rey Juan Carlos e Isabel Solís, doctoranda de la Escuela de Doctorado y profesora Tutora de la UNED en Madrid. También un grupo de historiadores del arte formados en su mayoría en el master de Virtualización del Patrimonio de la Universidad de Alicante.
FEST-digital dotará de volumetría, dimensionalidad y policromía a las descripciones y a las estampas conservadas. Las arquitecturas efímeras serán ubicadas digitalmente en las ciudades en base a planos y vistas de la época. El punto culminante de este trabajo será la celebración de una gran exposición virtual en la que el visitante ‘paseará’ por recreaciones con un nivel de híper realismo nunca visto hasta ahora. “Intentaremos incorporar paulatinamente otros elementos además de los visuales. El jaleo, las chirivías, música y bailes, los fuegos de artificio… Hay cosas que inevitablemente se han perdido, pero trataremos de que la experiencia sea lo más sensorial posible”, apunta Victoria Soto.
Un paseo por la Historia
En septiembre de 1789, poco después del estallido de la Revolución Francesa, Madrid convoca dos días de fiesta con motivo de la subida al trono de Carlos IV y María Luisa de Parma. Durante un mes, los arquitectos municipales trabajan sin descanso. Engalanan la ciudad y diseñan un circuito en el que las fachadas de las feas casonas nobles de la capital, alejadas de la elegancia italiana o parisina, son aderezadas con arquitecturas y ornamentaciones efímeras en forma de lienzos, telas o elementos de madera.
Los habitantes de la ciudad disfrutaron de las corridas de toros y es de prever que los homenajeados quedaran satisfechos con el arco del triunfo levantado en su honor. “Curiosamente, creemos que, en el mismo lugar, otro arco efímero fue construido mucho antes, en1599, para conmemorar la entrada de Margarita de Austria en su enlace con Felipe III. Se convirtió durante mucho tiempo en uno de los más brillantes y costosos festejos celebrados en Madrid”, detalla Victoria Soto.
Dos décadas después, también Felipe III visitó Lisboa para su presentación en Cortes y la jura del príncipe de Asturias. Más de una docena de arcos triunfales fueron erigidos para celebrar la entrada del monarca en la ciudad portuguesa. “De algún modo simulaban el modus operandi de los emperadores de la antigua Roma”, apunta la investigadora. "Abundaban las referencias a héroes históricos y mitológicos en las ornamentaciones temporales".
A la muerte de Felipe II (1598), la ciudad de Sevilla mostró su pujanza con la celebración de un funeral por todo lo alto, para ello se construyó un túmulo “espectacular”. En una línea similar, FEST-digital está reconstruyendo el catafalco de Felipe IV que se ubicó en la Iglesia de la Encarnación de Madrid.
FEST-digital y el trabajo multidisciplinar
Los descritos anteriormente son solo algunos de los elementos considerados por FEST-digital en su propuesta de aunar la Ingeniería Informática y la Historia del Arte. Como explica Sergio Román, en sus recreaciones aplican programas informáticos habituales de la arquitectura, “aunque en gran medida nos guiamos por los empleados en el diseño de videojuegos o en la creación de efectos especiales cinematográficos”.
Partiendo de planimetrías reales, modelan las arquitecturas efímeras en 3D. Arranca entonces la fase de texturizado, una de las más complejas del proceso. El profesor de la Universidad Rey Juan Carlos toma como ejemplo el citado arco del triunfo de la boda entre Felipe III y Margarita de Austria. Construido con madera, cartón y tela encolada, el arco fue policromado con pinturas que imitaban piedras ricas como el mármol o el jaspe. “A partir de una textura de mármol simulamos las pinceladas, queremos dotar de verdad a la arquitectura efímera aplicando distintos mapas de texturas hasta lograr geometrías que no existen”.
“Lo más complicado es reconstruir el objeto. Una vez logrado, el margen para incorporar elementos (incluidos visuales y animaciones), jugar con la realidad virtual y aumentada o extraer imágenes fotorrealistas de las arquitecturas es relativamente sencillo”, apunta Román.
Rigor científico
Isabel Solís dirige junto a Román el apartado técnico de FEST-digital. La investigadora explica que, en muchas ocasiones, estos ornatos eran un campo de experimentación para los arquitectos. "Aprovechaban el carácter especial de estas obras para dar rienda suelta a sus fantasías. En todo caso, el trabajo que estamos desarrollando está basado en normativas y manifiestos que lo dotan de rigor científico. La novedad que aportamos es la manera de abordarlo, al acoger un espectro amplio en el que caben distintas disciplinas”, añade Solís.
El posible conocer las evoluciones de FEST-digital a través del siguiente blog. Se trata del espacio donde los investigadores publican además sus intervenciones en diferentes eventos y workshops.