El pasado junio se dio a conocer, gracias a la primera edición del Premio a la Investigación e innovación tecnológica en el ámbito energético -organizado por Fundación Naturgy y CSIC- una iniciativa que pretende solucionar, o al menos paliar, los problemas medioambientales derivados de las emisiones de CO2. Se trata de CO2UP, un proyecto de la Universidad de Valladolid (UVa).
Ángel Martín Martínez, profesor e investigador del Instituto de Bioeconomía de la Universidad de Valladolid (IB-UVA), es el líder del proyecto: “Lo que hacemos con nuestro proyecto es un proceso de reacción química que convierte el dióxido de carbono, el CO2, en diversos compuestos químicos que tengan un uso circular”, explica a Innovaspain.
“Este compuesto contaminante se transforma con diferentes reacciones químicas. Es lo que pasa en el medio natural: tenemos, por ejemplo, las plantas que respiran como nosotros, echan CO2, lo capturan y lo convierten en celulosa y en azúcares. Así que la idea es hacer esa especie de economía circular con productos petroquímicos desde compuestos contaminantes”.
Como a las plantas, se necesita dar energía al CO2. Y no es una reacción fácil, de ahí la parte “hidrotermal” del título completo del proyecto “CO2UP: Escalado del proceso de reducción hidrotermal de CO2 empleando biomasa como reductor sobre valorización de CO2”.
Cómo funciona CO2UP
Con el agua a alta temperatura y el CO2 disuelto en agua se hace una reacción con catalizadores y otros medios. Un proceso que tiene su base en un proceso natural. “Nos fijamos, concretamente, en los volcanes submarinos. Intentamos hacer una reacción parecida y luego lo intentaremos reproducir como una industria”, explica.
Uno de los problemas del CO2 es que se hace ácido. De hecho, las erupciones submarinas son una catástrofe para el medio marino. “Sin embargo, al obtener esa reacción -que no es sencilla- se obtienen compuestos que ya no son tan problemáticos para el medioambiente”. Y para la industria química, que puede vender estos compuestos para muebles, textil, etcétera.
“Obtenemos un gran rango de productos como alcoholes, materiales para hacer plástico y combustibles, que son los productos químicos de base. Compuestos que hacen falta y que tienen valor, haciendo un proceso circular pues cogemos un compuesto problemático y lo transformamos en algo bueno”, asegura el profesor Martín.
De momento, en un departamento de Ingeniería Química se dedican a darle el “aspecto” y el “conocimiento” ingeniero para que el proyecto CO2UP llegue a una aplicación práctica.
Así, en Valladolid tienen una planta química en miniatura, con su reactor, el recipiente donde consiguen la reacción del CO2 en agua -junto con sus bombas-, aunque se puede replicar en mayor tamaño. “Nuestro objetivo es ir avanzando en la aplicación industrial. Llevamos ocho años y todavía nos queda. Ahora estamos enfocados en la colaboración con Fundación Naturgy para hacer el prototipo más grande; no para que sea industrial pero sí para que esté cerca de ese nivel”.