En enero de este año, los planes de la empresa Finnovating no pasaban precisamente por quedarse en casa. «Pensábamos hacer 20 conferencias en 10 países. Nuestro objetivo era estar presentes en Europa, Estados Unidos y Asia», cuenta su CEO, Rodrigo García de la Cruz. La crisis del coronavirus ha parado estos viajes, pero no sus objetivos. «Hemos llevado estos planes al mundo digital. Hace tres años nos reinventábamos cada tres meses. En el último año una vez al mes. Y en las últimas semanas prácticamente cada día», explica acerca de cómo esta plataforma de ecosistemas fintech está afrontando el contexto actual.
Para García de la Cruz, las startups «van a ser parte de la solución» para el mundo financiero en el poscoronavirus. «Vamos hacia un mundo cashless y paperless«, explica respecto a la paulatina desaparición del dinero físico y la cada vez menos necesitada presencia del papel, «por ejemplo para firmar papeles», matiza. En este sentido, las fintech van un paso por delante de la gran corporación.
«Admiro la rapidez con la que toman decisiones e implementan innovaciones estas empresas», reconoce Carmen Alonso, General Manager de Visa España, que valora que «el componente digital y agilidad que tienen las hacen ponerse en situación de ventaja. En grandes compañías esto es más complicado». Aunque ambos tipos de empresas –las fintech y las compañías tradicionales– compitan en el mismo sector, Alonso no las considera enemigas ni mucho menos. «La crisis actual ha puesto de manifiesto que hay que ayudar y dejarse ayudar. Tendremos que transformarnos y ayudar a que otras empresas se transformen», apunta la responsable.
[Te puede interesar: Contactless vs efectivo. ¿Quién ganará la gran batalla del dinero?]
Visa entendió esta colaboración mutua antes de la problemática causada por la pandemia. A los 200 millones de dólares que la compañía aporta a ayudar a las pymes ha añadido recientemente un fondo de otros 10 millones para combatir la crisis del COVID-19. «Tras los tiempos difíciles los clientes se acuerdan muy bien de cómo han sido tratados. La experiencia del cliente será valorada más que nunca en el futuro», afirma Alonso.
En este escenario, Visa quiere «mantener nuestros principios de gestión y nuestra filosofía abierta de colaboración». Entre los ejemplos más recientes, destaca la apertura de la red VisaNet. «Los desarrolladores pueden conectarse vía API para evolucionar o coger una funcionalidad que tiene nuestra red para aplicarla a su propio negocio», detalla Alonso.
La compañía se encuentra inmersa actualmente en distintas formas de colaboración con las fintech. Por un lado, «cuando tienen ya claro su modelo de negocio agilizamos su entrada al ecosistema», señala Alonso. De este modo, en enero de este año Visa compró Plaid y anteriormente, en mayo de 2019, se hizo con Earthport. «Dos ejemplos de cómo la gran corporación establece conexiones y genera beneficios en tres direcciones: para nosotros, para las fintech y para el cliente», subraya la responsable.