La Universidad Politécnica de Valencia (UPV), a través del Grupo de Investigación e Innovación Alimentaria CUINA, participa en el proyecto europeo FoodLab, cuyo objetivo principal es facilitar la llegada al mercado de nuevos productos e innovaciones culinarias ideadas en las universidades, reforzando la relación entre universidad y empresa. El proyecto, financiado por la Unión Europea en el marco del programa Erasmus+, está coordinado por la Cámara de Comercio e Industria de Vaucluse (CCIV) y además están implicadas las federaciones alimentarias de España, Italia, Francia, República Checa y Hungría.
Según Javier Martínez Monzó, investigador del CUINA, FoodLab surge como una necesidad a raíz de experiencias previas en proyectos similares, “nosotros participamos, junto con otras universidades y centros de educación superior de Europa, en un proyecto en el que se intentaban lanzar prototipos innovadores al mercado, el problema de este proyecto era que muchos de esos prototipos se quedaban en nada, porque no sabían dar el siguiente paso”. El investigador afirma que actualmente existen unas carencias en los jóvenes en cuanto a información legal, protección intelectual o planificación de negocio. Además, señala el hermetismo de un sector que requiere unas infraestructuras determinadas que reúnan unas condiciones higiénico-sanitarias, “ese es el mayor obstáculo en el emprendedurismo alimentario”, añade.
Con el objetivo de cubrir esas carencias y necesidades nace FoodLab, una plataforma virtual que pretende ser el punto de unión entre el sector empresarial y las universidades para facilitar la transferencia de conocimiento e innovación. A través de esta plataforma, las universidades, las federaciones alimentarias y los propios emprendedores del sector, entran en contacto para conseguir esa transferencia. Martínez Monzó nos señala las tres funciones principales de FoodLab, “primero que las empresas vean una oportunidad de renovar sus productos con las nuevas ideas, segundo que los jóvenes vean la posibilidad de que alguna empresa desarrolle sus ideas, y en tercer lugar ofrecer a los emprendedores la posibilidad de reforzar sus conocimientos en aquellas áreas donde fallan”, en este último punto aludiendo a la función de asesorar que tiene la plataforma en cuanto al modelo de negocio y plan de marketing, donde suelen tener carencias los jóvenes. Desde la UPV se permitirá a los alumnos utilizar los laboratorios y plataformas para llevar a cabo sus proyectos, facilitando la fase de prototipado de productos.
FoodLab generará una base de datos con las empresas que voluntariamente se adhieran a la plataforma. En España el punto de unión con las empresas del sector será la Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB), que lanzarán el proyecto a sus socios para que se inscriban en la plataforma. Aun así, todas las empresas no adscritas a FIAB podrán inscribirse como demandantes de innovación o prestadores de sus instalaciones.
En la plataforma online estarán expuestos todos los proyectos para que cualquier empresa pueda comprar el prototipo u ofrecerse a fabricarlo. Por el momento la plataforma se encuentra todavía en fase de creación y se espera que comience a funcionar a principios del verano. “Los proyectos están, pero se está cumplimentado la plataforma. El año que viene será un año de evaluación FoodLab y su sostenibilidad, este año las diferentes universidades y federaciones alimentarias están trabajando en la creación de contenido más encaminado a la formación de los alumnos en el proceso de formación de una empresa”, señala Martínez Monzó.