“Soy de aldea y crecí en el campo gallego, corriendo y jugando en medio de la naturaleza. Cuando llegué al colegio y después al instituto, tenía claro que lo mío eran las ciencias, no las letras”. Adrián González Guzmán quiso desde muy temprana edad ser profesor de “Naturales”. “La asignatura me fascinaba porque aprendí los mecanismos del funcionamiento de la vida y todo lo que nos rodea. Tengo que agradecer cómo mis profesores del Colegio Manuel Cordo Boullosa y el IES de Ponte Caldeas supieron inculcarme la motivación por aprender cosas nuevas, algo que haré toda mi vida”.
FORIOMS
Licenciado en Biología y Máster en Medio Ambiente y Recursos Naturales por la Universidad de Santiago de Compostela, González Guzmán es Doctor en Ingeniería Agraria, Alimentaria, Forestal y de Desarrollo Rural Sostenible por la Universidad de Córdoba (UCO).
En el ETSIAM de la universidad cordobesa, el investigador desarrollará el proyecto FORIOMS. La iniciativa consiste en la formulación de filtros mediante el aprovechamiento de residuos o subproductos de diferentes industrias. El objetivo es que estos filtros capten gases de efecto invernadero y amoniaco de las fosas de los purines, los cuales podrán ser reutilizados como fertilizantes que, a su vez, serán empleados para el cultivo del alimento del ganado.
Abordaje integral
“De algún modo, cerramos el círculo alimentario de las explotaciones ganaderas”, explica el investigador. FORIOMS es uno de los tres proyectos –junto a los de las investigadoras Marta Albo y Ujué Fresán- que cuenta con el respaldo de la Fundación Daniel y Nina Carasso a través de la segunda edición de la Daniel Carasso Fellowship, ayudas postdoctorales dotadas con 160.000 euros.
Como novedad, la investigación de González Guzmán propone la solución integral de diversos problemas de la agricultura mediante el uso de recursos naturales y antrópicos. “Ayudaremos a valorizar residuos, a mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero y a reducir la utilización de fertilizantes inorgánicos. El reto es solventarlo todo de una vez, ya que abordar cada uno de estos problemas parcialmente es posible, pero a veces se trata únicamente de parches”, añade.
Una carrera de fondo
En su caso, prevé completar, junto a “grandes colegas científicos que me ayudarán”, la creación del software de formulación. El proyecto “tendrá que sortear otras barreras” por el camino. “Soy consciente de que, para innovar, es necesario investigar. Esto es una carrera de fondo que precisa de cooperación multidisciplinar”.
Con la tranquilidad “y la energía” que le aportan la Fundación Daniel y Nina Carasso, Adrián González Guzmán espera beneficiar “a la sociedad presente y futura”, y contribuir a la sostenibilidad alimentaria. “Cada vez soy más consciente de lo que beneficios que me reportará este apoyo. Supone también visibilidad nacional e internacional, además de poder colaborar con otros miembros de la Fundación”.
La verdadera estabilidad
El investigador –que preside la Asociación de Investigadores de Córdoba- percibe que la pandemia ha supuesto un antes y un después en la valoración que la sociedad hace del trabajo de científicos y científicas como artífices de la resolución de grandes problemas. “Se trata de un punto de inflexión, ya que muchas veces trabajamos en la sombra. Parte de culpa es de la comunidad científica. El sistema de investigación en España y otros países ‘obliga’ a que magníficos científicos publiquen mucho para lograr estabilizar sus carreras. Bajo mi punto de vista, es necesaria más calidad que aporte un beneficio social real”.
Además de la inyección de los fondos Next Generation, el responsable de FORIOMS detecta que la voluntad del actual Gobierno es incrementar el porcentaje del PIB destinado a la ciencia. “Por otro lado, la empresa privada es más consciente de que necesitan renovarse. El cambio pasa por crear departamentos propios de I+D+i o asociarse con organismos públicos para encarar los retos de sus respectivos sectores”.
Entre las mejoras, junto a la necesidad de reducir de carga burocrática al personal investigador, González Guzmán alude a la estabilidad más allá de la obtención de una plaza como investigador titular. “Necesitamos contratos de mayor duración; dos años no es suficiente. Debemos poder competir económicamente con otros países, sobre todo cuando nos desplazamos fuera para aprender nuevas técnicas o colaborar con otros grupos. Con más estabilidad y plazos amplios, es más factible una investigación de calidad. Tendremos así la opción de continuar en la misma temática hasta culminar todos los objetivos propuestos”.