En Cantabria, en la Mancomunidad de la Reserva del Saja, un proyecto llamado Fortexval, que es capaz de aprovechar matorrales, astillas y otros elementos para producir biochar, un carbón vegetal. Para ello, utilizan sistemas de tracción animal con caballos -un modelo de trabajo tradicional de la zona-, por lo que se minimiza el impacto medioambiental y, además, se evita la degradación del suelo.
Este innovador proyecto viene de lejos. Fuentes del proyecto explican a Innovaspain que, previo al proyecto Fortexval, los socios CTAG, Mancomunidad Reserva del Saja (MRS) y CTC participaron en una iniciativa europea que no fue financiada. Su principal objetivo era desarrollar una estrategia común para alcanzar nuevas soluciones y metodologías que mitigasen los efectos por el calentamiento global en el sector hábitat desde una perspectiva sostenible.
“Se pretendía generar una cadena de valor auto mantenida que beneficiase a todos sus actores. Asimismo, se contemplaba un plan de acción apoyado en la economía circular y el empleo sostenible de los recursos endógenos del sector rural, lo que implicaría un impacto positivo en la actividad económica y demografía de estas zonas, preservando el capital natural”, explican. Ahora, Fortexval ha retomado esta idea y ha conseguido la financiación para llevarlo a cabo.
Funcionamiento del proyecto
Básicamente, Fortexval significa ‘Aprovechamiento sostenible de recursos agroFORestales mediante la combinación de técnicas antiguas recuperadas de EXtracción con el uso de tecnologías avanzadas de VALorización’.
Por poner en contexto: las condiciones climáticas y de suelo convierten a Cantabria en un territorio de gran potencial forestal. Cantabria cuenta con más del 68% de superficie forestal, siendo la tercera región de España y una de las regiones de Europa con mayor superficie forestal pública.
“Sin embargo -especifican-, la gestión del sector forestal presenta particularidades que requieren una planificación a largo plazo, conllevan riesgos significativos, ofrecen baja rentabilidad económica y tienen una trascendencia elevada tanto desde el punto de vista ecológico como social”.
De todos los riesgos, los incendios forestales son comúnmente considerados como uno de los más graves problemas ambientales que existen en la actualidad, tanto a nivel nacional, regional y local. Y, en los últimos años, las formaciones de matorral han cobrado un fuerte protagonismo en los incendios forestales de España. No en vano, en la última década, han protagonizado más del 35% del total de los incendios que se producen.
De ahí que el aprovechamiento sostenible de estas formaciones, y en particular de matorral, se haya convertido e una herramienta de gestión forestal actual y futura de gran interés, ya que permite reducir el riesgo de incendios en zonas proclives a ello, al mismo tiempo que genera un recurso biomásico susceptible de ser utilizado para la generación de energía y otros subproductos de altor valor, como este biochar.
De los caballos al “oro negro”
Pero este biochar, considerado el “oro negro” de la naturaleza, necesita de una estrategia de extracción de recursos agroforestales. Ahí entran los caballos de tiro, que sigue siendo una opción conveniente, ya que la tracción animal “altera y compacta menos el terreno y causa una menor erosión en el suelo”.
Pero ¿por qué caballos? “El empleo de tecnologías de tracción animal en la extracción de recursos es una alternativa energética renovable, viable económicamente y aceptada como costumbre en algunos territorios por agricultores de pequeña escala. Sus bajos niveles de huella de carbono durante su actividad, la versatilidad para su uso sobre terrenos inaccesibles mediante maquinaria y su rentabilidad económica en distintos escenarios contribuyen a elevar los niveles de sostenibilidad de la actividad forestal. Además, se recupera una actividad ancestral en la zona”, recuerdan las fuentes del Fortexval.