Fran Bellas: "Hay sesgo de género en la robótica educativa tradicional"

El director de Mint Lab explica las caves del éxito de Robobo, el robot gallego que traspasa fronteras
robótica Robobo Universidad Coruña

Robobo es “un robot diferente, pensado para aprender sobre la siguiente generación de robots de forma creativa y adaptable a todos los niveles”. Así describen sus creadores -los responsables de Mint Lab, spinoff de la Universidad de La Coruña,- a este robot gallego que ha llamado la atención de instituciones educativas en todo el mundo.

El objetivo inicial del proyecto fue proporcionar a los docentes de secundaria y universidad una herramienta educativa de bajo coste y larga durabilidad, que permitiera enseñar la robótica del futuro, basada en inteligencia artificial.  Así nació lo que hoy es un recurso educativo completo que permite una formación formal en robótica autónoma. Posee entornos de programación adaptados al nivel del alumno, la posibilidad de utilizar un simulador y un robot real, y un conjunto de unidades didácticas para el profesor que le ayudan a la hora que crear contenidos para las clases.

“Robobo ha sido adoptado ya por instituciones educativas de diferente índole, desde universidades a CEIPs”, explica Fran Bellas, uno de los directores de Mint Lab. Pero “parece haberse ganado un espacio especial en el corazón de la Vrije Universiteit de Ámsterdam”. Este centro, que acaba de anunciar la compra de un importante número de unidades, lo utiliza como herramienta educativa básica para la asignatura de su máster en Learning Machines y también para proyectos de investigación de su Computational Intelligence Lab.

Fran Bellas es uno de los directores de Mint Lab. Imagen: Universidad de La Coruña.

Para aprender robótica inteligente con Robobo se necesitan tres elementos: una base Robobo, un smartphone y un ordenador. Una vez descargada la aplicación gratuita, la base se enlaza con el smartphone a través de bluetooth y el robot puede empezar a programarse. El framework de programación de Robobo está organizado en tres niveles: Bloques Scratch3 para programadores principiantes, librerías Python para intermedios, y librerías ROS para usuarios avanzados. Todas ellas de código abierto. Asimismo, la base admite la inserción de accesorios impresos en 3D en su parte inferior con tornillos simples, lo que permite que los estudiantes desarrollen su creatividad y añadan nuevas características.

Robótica como materia y como herramienta educativa

En declaraciones a este periódico, Fran Bellas considera que es tan importante enseñar robótica como usar la robótica para enseñar y aprender. “La robótica es una materia de gran relevancia para los alumnos de las ramas técnicas y por lo tanto deberían tenerla como asignatura específica. Pero, por otro lado, el uso de robots en el aula también sería muy positivo como herramienta educativa puntual en otras muchas asignaturas de carácter general”, apunta.

Además, el que es uno de los padres de Robobo identifica dos grandes barreras para que la robótica gane mas peso en el sistema educativo español. En primer lugar, demanda “la creación de un plan de educación digital a largo plazo, que comience con la formación de los estudiantes de primaria en aspectos básicos como el pensamiento computacional y la resolución automática de problemas, que continúe en la secundaria con la formación en habilidades digitales más específicas y que avance hacia el bachillerato y la universidad con conceptos técnicos como la robótica o la inteligencia artificial”.

Ya en un segundo nivel, “una vez establecido un marco de actuación claro, se debe formar a los docentes en estas nuevas disciplinas digitales, creando para ellos herramientas educativas y materiales de calidad”, añade Bellas.

El robot gallego permite desarrollar proyectos educativos más ambiciosos que la robótica educativa tradicional, centrada sobre todo en tareas de navegación, conducción, etc. “No es que estas aplicaciones no sean interesantes, pero dan una visión de la robótica muy parcial, que ha sido fundamentalmente definida por hombres (mayoría en este campo)”, asegura el director de Mint Lab. Robobo permite llevar a cabo trabajos de interacción humano-robot, donde los aspectos sociales son la clave. “Esto proporciona una visión más abierta, moderna y general de los robots, que esperamos que pueda ayudar a combatir la brecha de género en esta campo”, destaca.

Con la vista puesta en los próximos meses, el objetivo del equipo detrás de Robobo es dar a conocer todas las posibilidades del robot tanto a nivel de software y hardware, como de cursos y materiales de formación. Especialmente el uso del simulador RoboboSim, también original de MINT SL, y que ha sido desarrollado para ser utilizado en equipos que no tienen altas prestaciones.

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