“Lo más interesante que le ha pasado a la economía desde 2008 son los emprendedores”. La frase fue pronunciada por el economista José Carlos Díez durante la presentación de “La gran travesía del emprendimiento”, el nuevo libro de Fran Estevan, donde el cofundador y CEO de INNSOMNIA reflexiona sobre el significado de emprender en el “apasionante y complejo mundo de las startups tecnológicas”.
La obra llega en un momento crucial para un colectivo cuya trayectoria en España arranca con la anterior gran crisis y al que el COVID-19 sitúa ahora en un escenario en el que de nuevo conviven obstáculos y oportunidades. “Los emprendedores tal y como los conocemos no existirían sin el descalabro económico de 2008. Miles de profesionales del entorno financiero entre 40 y 50 años se vieron en la calle de la noche a la mañana. Obligados a emprender, son el origen de las fintech en España”, explica Estevan a Innovaspain sobre un terreno en el que INNSOMNIA ha sido pionera. No es el único sector donde el experto cree que nos va a ir bien. “Hasta ahora sólo hemos visto la punta del iceberg en foodtech, agrotech, biotech o e-health.”
Emprendedores y pandemia
En su análisis, Fran Estevan ha detectado tres tipologías de emprendedores a los que la pandemia está acabando de perfilar. En cabeza se posicionan los muy tecnológicos, que ya han pasado por varias rondas de financiación y disponen de liquidez para virar su modelo de negocio hacia el B2B o el B2B2C.
Un segundo grupo lo protagonizan aquellos que carecían de un producto y se han beneficiado de la corriente de inversión originada por la burbuja emprendedora. “De aquí se salvarán algunos delivery o startups de moda, pero lo van a pasar mal turismo, logística o retail”, apunta Fran Estevan, para quien el grueso del problema lo tienen los emprendedores que han optado por nichos tradicionales: un bar, un comercio de barrio… “Muchos se han lanzado sin acceso a tecnología y sin orientadores. Lo malo es que ahora tampoco tienen mercado, y desgraciadamente veremos una gran capa de emprendedores frustrados a los que habrá que recuperar para la economía”, dice Estevan.
España, ¿Nación Emprendedora?
Frente a la búsqueda de seguridad o la lentitud burocrática, elementos ‘clásicos’ de la administración pública, las startups son hijas del riesgo, la innovación o la agilidad. Fran Estevan dedica una parte de “La gran travesía del emprendimiento” a explicar cómo ambas partes están condenadas a entenderse para avanzar con paso más firme. Desde el Alto Comisionado para España Nación Emprendedora, con Francisco Polo a la cabeza, prevén impulsar una Ley de Startups con la que iniciar un approach renovado al ecosistema.
Estevan percibe que estos planes tienen elementos positivos. “Proponen una innovación más abierta. En teoría, la estrategia favorecerá la colaboración público-privada -donde las startups incluso serán pieza capital para la modernización de las propias administraciones- y la compra pública innovadora, que pese a las recomendaciones de muchas voces, aún no se ha generalizado”.
Mejoras
Con todo, Estevan ve que, en sus intenciones, el Gobierno de España tienen que pulir puntos claves. “El borrador de la Ley dedica mucho protagonismo a la inversión, a los business angels, los fondos, etc. Es un error grave. Esto no tiene que ver tanto con el dinero como con favorecer que las startups crezcan en base a su facturación. No olvidemos que se trata de empresas que necesitan clientes, y en esta canalización de ayudas la Ley se queda corta. No favorece la contratación (de las grandes con las medianas y de las medianas con las pequeñas, en una cadena enriquecida). La mayoría de startups que conozco y que están creciendo, lo hacen con fondos extranjeros Y esto supone que perdemos patrimonio y talento emprendedor. Hay que afrontar la mejora no solo desde la fiscalidad, sino apostando por un crecimiento sostenible”.
Buena parte de la raíz del problema está, a juicio de Fran Estevan, en uno de los vicios de la administración pública. “Siguen financiando cosas que no tienen ninguna demanda. Es fácil recibir ayudas para hacer un plan de negocio o un apoyo para elaborar la contabilidad. Son asuntos del siglo pasado”, apunta. El CEO de INNSOMNIA llama a transformar estas dinámicas en ayudas directas; “en liquidez para contratar personal, hacer una buena página web, una prospección del mercado o un prototipo en 3D. Si cambiamos el paso, cada emprendedor podría recibir directamente entre 20 y 25 mil euros anuales”.
Parte del problema
A mejorar la fluidez del diálogo público-privado tampoco ayuda la extrema descoordinación del ecosistema español a pesar de (o precisamente a causa de) su capilaridad. “Cada provincia tiene su aceleradora, cada comarca su hub y cada pueblo un coworking. Está bien como asignación de recursos, pero somos incapaces de ponernos de acuerdo y distribuir estratégicamente las verticales”, asegura Estevan.
“En esta división siempre perderemos”, añade el CEO de INNSOMNIA. “Hay decenas de asociaciones de startups. Es culpa nuestra no tener una interlocución clara con el Gobierno, aunque tampoco lo pone fácil. Las buenas iniciativas públicas de apoyo al emprendimiento, a excepción de Enisa y algún que otro prodigio regional, han brillado por su ausencia”, añade.
Estevan reconoce que la solución a este entramado es difícil, al menos a corto plazo. “Es verdad que se está consolidando una gran competencia entre ciudades, que empiezan a colaborar juntas”. Estevan se refiere al eje Madrid, Valencia, Barcelona, al que se unen, poco a poco, Bilbao y Málaga. “Pero solo con las ciudades, el proyecto país de startups se puede quedar cojo. Espero que la Ley de la Estrategia Nación Emprendedora ponga un poco de orden, nos ayude a encontrar caminos y nos obligue a organizarnos”.
El alivio del combustible europeo
Fran Estevan pone en valor el balón de oxígeno que traen los fondos de recuperación europeos. “Es una oportunidad para que accedan a más y mejores ayudas. Bruselas establece unas líneas marcadas por la innovación: economías verde y azul, agrotech, industrialización, salud digital. Y son ayudas directas”. En paralelo, Estevan recuerda que el marco más amplio de las políticas de I+D de Europa ya anticipaba la prioridad para grandes tecnologías como la inteligencia artificial o el blockchain, donde España “está haciendo cosas muy interesantes”.
Pese a este horizonte lleno de buenas señales, los emprendedores españoles parten en desventaja respecto a sus ‘colegas’ continentales. En plena tormenta, el pasado mes de marzo la UE liberalizó su esquema de ayudas de Estado directas, miradas con lupa por su incompatibilidad con la libre competencia. “Los países de nuestro entorno que tienen más dinero han tirado la casa por la ventana. En España no ha sido posible, ha habido que recurrir a los créditos ICO, cuya devolución va a ser compleja, generando más morosidad. Lo tendremos más difícil. En Europa algunos ya vuelan y nosotros empezaremos a despegar en abril con las ayudas europeas. Iremos un año por detrás”.
Optimismo y un mundo por hacer
“No concibo otra manera de salir de esta situación que no pase por mantener un optimismo racional, con los pies en el suelo”. Vamos hacia “un nuevo mundo” en el que Fran Estevan cree factible que los líderes de la economía del futuro “no sean los más ricos sino los más talentosos”. “La configuración de los roles está cambiando básicamente gracias al emprendimiento y a la tecnología. La economía se va a reinventar, y cuando esto suceda, todos podremos tener alguna oportunidad”.
“Algo apasionante”, añade, “es que no tenemos que hablar de 40 millones de españoles o de 400 millones de europeos. Podremos llegar a los 7 mil millones de habitantes del planeta, no solo para que consuman, sino con la idea de solucionar problemas: acceso a una vivienda en 24 horas, agua potable gracias a una pastilla, diagnósticos médicos a través del teléfono. Todo tiene que ser reinventado. Eliminemos por un momento el efecto pandemia: esta es la gran revolución de la humanidad y tenemos la suerte de estar viviéndola”, concluye.