Francisco J. Mojica, investigador de la Universidad de Alicante y candidato al Premio Nobel de Medicina

Francisco J. Mojica

Puede que no haya ganado el Premio Nobel de Medicina, para el que era uno de los nominados este año. Pero la técnica CRISPR de edición de genes, de la que tiene mucha ‘culpa’ el investigador de la Universidad de Alicante, Francisco J. Mojica, ha revolucionado la ciencia. Esta tecnología fue desarrollada por las bioquímicas Emmanuelle Charpentier (Francia) y Jennifer Doudna (EEUU), Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica 2015. Sin embargo, su base está en un descubrimiento hecho por Mojica a raíz de unas bacterias. Todavía le falta recorrido pero, en el futuro, CRISPR podría ser decisivo en la lucha contra enfermedades como el cáncer y da un gran paso hacia la medicina personalizada.

Antes de nada, ¿en qué consiste esta técnica CRISPR?

La técnica consiste en utilizar unos componentes de un sistema inmunológico que tienen las bacterias, que puedes sintetizar en el laboratorio y las puedes extraer y las transfieres a células de cualquier otro tipo, incluido células humanas, de plantas, etc. Lo que hacen estas moléculas es que van a ir donde tú las hayas programado porque es muy fácil de programar. Y donde van a ir es al genoma, a lugares concretos del genoma de esa célula y van a cortar. Eso es lo que hacen las herramientas digamos nativas, sin modificar o manipular: las programas con una guía de ARN, las llevas donde quieres y ahí cortas.

A partir de ahí, una vez que has cortado, la propia célula intenta reparar ese daño. Y cuando repara te da la oportunidad para editar. Eso quiere decir que, si había unas letras en nuestro código genético que daban lugar a una proteína que era aberrante o no funcional y como consecuencia tenías una patología, eso lo puede rectificar. O si tienes un virus que te está produciendo una infección y está integrado en tu material genético como el virus del herpes, puedes eliminarlo. Básicamente eso es lo que más está llamando la atención, aunque no es lo único.

Entonces, ¿cuáles son sus aplicaciones prácticas? Me refiero a aquellas de las que más se habla, tanto presentes como futuras, y de aquellas de las que se habla un poco menos.

En el presente, te permite estudiar a nivel genético cualquier cuestión relacionada con cuál es la función que desempeña un fragmento de ADN particular. Es decir, para qué sirve este gen. Entonces, lo que haces con esta herramienta, que es lo más básico y que funciona de maravilla, es romper ese gen, bloquearlo y ver cuál es el efecto. Otras cosas que se están haciendo es transferir o reproducir defectos genéticos de humanos en animales para poder estudiar en él una patología determinada.

También se están haciendo plantas resistentes a infección por virus, a plaguicidas, a pesticidas, a alta salinidad… lo cual mejora las posibilidades de producción. Además, se están generando animales que producen una mayor masa muscular para consumo humano.

Lo primero fue generar bacterias resistentes a infección por virus, lo cual viene muy bien en estas bacterias que se utilizan en procesos biotecnológicos para producción de sustancias derivadas de la actividad bacteriana. Y luego pues se están, además, modificando genes implicados en enfermedades. De eso se está haciendo muchísimo, es lo que más ha llamado la atención y por lo tanto es donde más grupos se han metido a investigar.

Tiene aplicaciones multidisciplinares. Pero a nivel sanitario, ¿en qué tratamientos o para tratar qué tipo de enfermedades se está usando ya y se están estudiando posibles aplicaciones?

Se está utilizando sobre todo en animales modelo y en células de humanos aisladas. Y lo que se hace en estos casos es corregir o eliminar genes defectuosos o añadir o insertar nueva información genética en estas células. Esto está permitiendo erradicar y eliminar virus que infectan nuestras células como el del herpes, la Poliomelitis, el SIDA, hepatitis B, papiloma…

Por otro lado se están rectificando genes responsables de enfermedades neurodegenerativas como Huntington, enfermedades musculares como la distrofia muscular, enfermedades de la sangre como la beta talasemia o la hemofilia… Estamos hablando de hipercolesteloremia, cataratas, albinismo, etc.

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El recorrido futuro que tiene es enorme…

Es muy grande si todo va bien. Lo que está claro, y es lo que está ocurriendo ahora mismo aunque aún se tiene que mejorar más la situación, es que permite caracterizar bien las enfermedades, conocer cuáles son los defectos genéticos responsables de éstas. Así, una vez que se sepa, se pueden atajar.

Se puede utilizar para conocer dónde está el defecto y también para tratar el efecto. Eso es bestial. Se puede reproducir el defecto en otros animales de laboratorio para estudiarlo. Así que las posibilidades son tremendas, no sólo en terapias, sino sobre todo en estudios.

Una de las grandísimas cuestiones de esta repercusión o de este resultado de la investigación básica, es que se ha desarrollado una herramienta que sirve más para potenciar la investigación básica.

La prevención, básicamente…

Exacto. Están saliendo muchas ramas, las cuales se obtienen aplicaciones directas. Sobre salud, los primeros ensayos clínicos en humanos con CRISPR/Cas9, están ya en marcha en China y en EEUU y es para curar cáncer.

Es un paso o el paso definitivo hacia la medicina personalizada

Eso es lo que comentan. Yo insisto en que hay que ser muy prudente. Tampoco hay que generar falsas esperanzas. Es posible y desde luego, lo que está claro, es que el panorama que tenemos ahora con respecto del que había hace algunos años ha mejorado enormemente. Abre la posibilidad de hacer una medicina totalmente personalizada porque se puede ver cuál es el problema de un individuo concreto y tú puedes hacer un avatar, un animal de laboratorio que tenga exactamente los mismos defectos que tú tienes y ahí probar cómo evoluciona la enfermedad, etc. Eso permitiría para cada individuo, en concreto, desarrollar una terapia. Pero son posibilidades de futuro. La realidad, a día de hoy, es que se pueden modificar plantas y se puede seguir avanzando en el estudio de la caracterización de enfermedades. Que se pueda utilizar en terapias, ya se verá.

Eso será en el futuro... Pero volviendo al presente, acaba de comentar que en China y EEUU se van a hacer los primeros ensayos clínicos en humanos. ¿España para cuándo?

Supongo que habrá varias razones por las cuales todavía no se ha hecho. La primera es que si tú miras lo que está invirtiendo China en investigación en los últimos años, se te cae la mandíbula... Y ya sabemos todos lo que invierte EEUU, la cantidad de científicos  que están trabajando en esto. Nos comparamos con ellos y yo me sigo sorprendiendo día a día con lo que se está generando en este país con lo que tenemos de ‘income’.

Entonces puede ser un nuevo ejemplo de avance científico e investigador que se produce aquí pero que se tiene que desarrollar fuera porque aquí se le cierran las puertas…

Lo que ocurre en ciencia es que somos todos una gran comunidad. Uno, cuando encuentra algo, lo publica y lo sabe todo el mundo. Entonces, si aquí se financia más la investigación habrá más probabilidades de competir, de hacer lo mismo. Otra opción es callarte… Pero evidentemente uno comunica aquello y entonces todo el mundo está, a nivel de conocimiento, en las mismas condiciones… Si uno tiene más medios, evidentemente ganará la partida.

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