Francisco Javier Salcedo es licenciado en Ciencias Biológicas por la Universidad de Navarra. Cuenta con más de 20 años de experiencia en el sector Agroalimentario. Comenzó su carrera en áreas de Calidad, para pasar posteriormente al de I+D+i en la industria cárnica durante 15 años. En la actualidad es el director técnico de Grupo Alimentario IAN (especialista en conservas vegetales y platos preparados, algunos de ellos bajo la marca Carretilla), departamento que integra las áreas de Calidad, Seguridad alimentaria e I+D+i de esta compañía.
1. A lo largo de su trayectoria profesional, ¿qué decisión ha tomado que haya tenido como consecuencia un mayor grado de innovación?
Realmente no existe una decisión concreta, ni una sola persona que condicione este proceso innovador. La innovación es el resultado de numerosas pequeñas acciones tomadas en su mayor parte por el equipo de I+D+i y, sumadas todas ellas, condicionan significativos saltos cualitativos e innovadores. Aunque el concepto de trabajo en equipo esté ya muy trillado (especialmente en mundo del fútbol), éste no deja de ser el motor y principal punto de apoyo en el proceso de innovación.
2. ¿Cuáles son las claves para culminar con éxito un proceso innovador?
No existe una varita mágica para conseguir el éxito en una innovación. El porcentaje de éxito en el sector agroalimentario en nuevos productos es inferior al 10 por ciento, y gran parte de los factores que influyen en el mismo están fuera de nuestro alcance.
No obstante, es importante conocer bien el mercado y la predisposición del consumidor hacia el nuevo producto. Debemos intentar cubrir necesidades reales, ya que en nuestro sector resulta complicado el crear nuevas necesidades o cambiar los hábitos del consumidor, tal y como ocurre en otros sectores (nuevas tecnologías de la comunicación, por ejemplo). El producto debe ser ilusionante y provocar la primera compra pero, a la vez, tiene que satisfacer las expectativas creadas para conseguir que esa compra se repita en más ocasiones.
3. Tres consejos para quienes estén dispuestos a abordar cambios, acciones o procesos innovadores en su empresa o entorno.
Lo primero es estudiar antes bien el mercado y los productos que puedan competir con nuestro nuevo concepto. Hay que ser valientes pero, a la vez, realistas con el entorno con el que nos vamos a encontrar y que podrá condicionar el éxito de nuestra idea.
El proceso de la innovación debe comenzar al más alto nivel en la estructura empresarial. Si la dirección no está realmente convencida, estaremos condenados al fracaso. Dicha convicción debe trasladarse constantemente hacia los diferentes departamentos implicados en el proceso de la innovación.
Además de ser valiente, hay que valorar el riesgo que la empresa pueda asumir en el proceso de innovación. Esta decisión estará condicionada (pero no limitada) por el tamaño de la empresa.
4. ¿Cuál es, a su juicio, la mayor innovación que ha tenido lugar en los últimos 50 años en todos los ámbitos?
A mi juicio, la mayor innovación está en la constante evolución de los sistemas de comunicación en sus diferentes ámbitos: internet, telefonía móvil, redes sociales, etc. Posiblemente también, aunque con una mayor lentitud en su evolución, las formas de obtención de la energía revolucionen en los años venideros nuestra forma de ver el mundo.