Francisco Sáez de Adana (Santander, 1972), nombrado hace cuatro meses director del instituto de investigación en estudios norteamericanos Benjamín Franklin, es el primer directivo de esta institución que procede del área científica-tecnológica. Uno de sus principales intereses a partir de ahora es ampliar el campo de estudio del centro, enfocado tradicionalmente en las humanidades, hacia las ciencias.
Para este nuevo ciclo escolar, Sáez de Adana tiene un desafío que considera no ser tan pequeño: “mantener el Instituto como centro de referencia en los estudios norteamericanos en España”. La ubicación de este y el idioma le hacen también plantearse la posibilidad de abrirse a la comunidad latinoamericana, y convertirse en un lugar de referencia para esta. De momento el instituto colabora con la UNAM, a través del Centro de Investigaciones sobre América del Norte (CISAN), y la Universidad Autónoma de Sinaloa, aunque el objetivo es extender las colaboraciones a más países y así servir de “nexo entre el Sur y el Norte de América”, explica Sáez de Adana.
El catedrático del departamento de Ciencias de la Computación de la UAH, que ha indagado en la historia de la relación entre Estados Unidos y España en el ámbito de la ciencia, considera que la innovación y el desarrollo siguen estando en manos de Estados Unidos. Frente a esta potencia, incluso China “solo puede competir (o superar) a la hora de la fabricación” y afirma que los ingeniero chinos más importantes pasan algunos años de su formación en EE. UU. . “Mientras las mejores universidades y los mejores centros de investigación estén allí, esto seguirá siendo así”, subraya.
Entre España y EE. UU., el intercambio en ciencia y tecnología es aún más desigual. “Somos importadores de tecnología proveniente de los EE. UU. y exportadores de talento por las precarias condiciones de nuestro sistema científico”, asegura el investigador. Un intercambio marcado por la fascinación en general de España (y el mundo) hacia todo lo que se produce en aquel país.
Pero esta relación desigual va cambiando poco a poco gracias a la mayor presencia de algunas empresas españolas en el país norteamericano y al crecimiento de las infraestructuras ferroviarias españolas en aquel territorio, explica Sáez de Adana . “A nivel social, creo que España cada vez se conoce y se valora más dentro de los EE. UU., tanto como destino turístico, como por nuestros valores culturales en distintos niveles. Cada vez hay más figuras españolas de diferentes campos que son referentes en allá”, añade.
Los cómics y la ciencia
Lo que le sedujo primero a Sáez de Adana de la cultura estadounidense no fue la ciencia, fueron los cómics. Desde niño se sintió fascinado por El Hombre Araña (Spiderman) y El Hombre Enmascarado (The Phantom), y por todo lo que llama “cultura popular”. La película Vértigo de Alfred Hitchcock y la música de Bruce Springsteen son algunas de las piezas de esta cultura que conforman su universo.
Su atracción por aquella lo ha llevado en diversas ocasiones a pisar suelos estadounidenses. Años después de haber hecho un doctorado en Ingeniería de Telecomunicación en la Universidad de Cantabria, y después de haberse trasladado a la Universidad de Alcalá donde se convirtió en profesor titular, en 2003 realizó una estancia de seis meses en la Universidad Estatal de Arizona, a la que regresó nueve años más tarde contratado como profesor visitante. También ha realizado tres estancias en la Universidad Estatal de Ohio, que le han permitido visitar la biblioteca más importante del mundo en el ámbito del cómic norteamericano, la Billy Ireland Cartoon Library & Museum.
Como apasionado de este género, ha apostado por integrarlo con la ciencia. Todos los años, en noviembre, durante la Semana de la Ciencia, realiza una actividad que él y un compañero del departamento de Física y Matemáticas de la UAH han denominado La física de los superhéroes. Por medio de esta explican a alumnos de secundaria algunos conceptos de la física a través de los poderes y de las historias de los superhéroes. “La idea es contarles la física de una forma más divertida y, además, hacerles ver que la física no solo son fórmulas matemáticas, sino que nos ayuda a entender diferentes fenómenos, aunque sean de la ficción”.
El cómic, para Sáez de Adana, es una de “las herramientas de comunicación más poderosas que el ser humano tiene a su alcance. La yuxtaposición entre texto e imagen con un sentido narrativo es difícil de superar”, asegura y se lamenta que este género haya sido relegado al campo de lo infantil.
Para él los dibujos son mucho más que simples recuerdos de nuestros años de infancia. “Estamos viendo en nuestros días que la imagen es fundamental en la comunicación. Si quitamos la imagen estamos eliminando parte de cómo pensamos, de cómo sentimos, de cómo soñamos incluso”, asegura. En el cómic ha encontrado el mejor medio para comunicar la ciencia y ayudarnos a comprenderla.