Cuando el huracán George azotó República Dominicana en 1998 y destruyó plantaciones de las fincas de cacao en Yamasá y Peralvillo, un grupo de mujeres de la comunidad decidió emprender para ayudar a sus familias creando la cooperativa Las productivas. “Nos unimos para sobrevivir, pero con los años nos dimos cuenta de que podíamos hacer mucho más”, contó Ana Rodríguez, productora y artesana dominicana en el evento 'Sembrando futuro', de la Fundación Microfinanzas BBVA (FMBBVA).
La cooperativa hoy está formada por una docena de mujeres que elaboran productos derivados del cacao, como bombones y mermeladas, para comercializar en tiendas locales, supermercados y en restaurantes de alta cocina, como los de la Chef Tita. “Trabajamos con amor y con pasión”, resaltó Rodríguez tras el evento, que estuvo presidido por la Reina Letizia.
Junto a Rodríguez, otros dos cacaoteros latinoamericanos, que han recibido financiación de entidades de la FMBBVA, compartieron sus historias de impacto positivo mediante pequeños emprendimientos: Marlon Ferreira, chocolatero colombiano, y Constantino Blandford, productor panameño de la etnia Ngäbe Buglé. La producción de cacao en sus países emplea directamente a más de 200.000 personas, según datos agregados del IICA (República Dominicana), del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural (Colombia) y Estadísticas del Ministerio de Desarrollo Agropecuario (Panamá).
Blandford habló de la importancia de este cultivo no sólo en la economía, sino también en la cultura local. En Panamá, “el cacao es más que un cultivo: es una forma de vida que se ha transmitido de padres a hijos”, contó en su presentación.
Una ruta para descubrir cacao exquisito
Desde hace más de 30 años, Blandford cultiva cacao orgánico en la región panameña de Bocas del Toro, ubicado en el Caribe panameño cerca de la frontera con Costa Rica. “Llevamos produciendo cacao por varias generaciones. Nos gusta y es parte de nuestra cultura”, compartió tras el evento el cacaotero, quien pertenece a una cooperativa que agrupa a más de mil productores.
A través de Microserfin, entidad en Panamá de la FMBBVA, recibieron financiación para construir una secadora solar o una marquesina. “Para emprender se requiere mucho sacrificio y no es sencillo, va a haber altas y bajas pero lo más importante de un emprendedor es la persistencia y las ganas de hacer el trabajo”, agregó.
Ahora acaba de poner en marcha un negocio de rutas turísticas para dar a conocer el cultivo del cacao y degustar el chocolate de la zona. “De este modo, estamos generando ingresos para las familias y dándole más oportunidad a la gente que vive en nuestra comunidad para poder generar ingresos a través de la plantación”, explicó.
El impulso al sacrificio y la voluntad de crecer
En el caso de República Dominicana, el país es líder en la producción y exportación de cacao orgánico, produciendo un 60% de la exportación mundial, según datos del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA). La cooperativa que lidera Rodríguez recibe apoyo del Banco Adopem de la FMBBVA, lo cual les ha permitido no sólo acceder a financiación, sino también recibir educación financiera y seguimiento de proyecto “para entender mejor cómo invertir el dinero y mejorar el producto de forma exitosa”.
Las micro, pequeñas y medianas empresas como las de estos emprendedores son además pilares esenciales de la economía: representan el 90% de las empresas y más del 70% del empleo y el 50% del PIB mundial, según Naciones Unidas. En América Latina, su papel es clave para combatir la pobreza y la desigualdad. Javier M. Flores, director general de la FMBBVA, señaló, en este sentido, que la labor de los pequeños emprendedores “es una semilla para el cambio económico y social porque cuando las pequeñas empresas prosperan, sus entornos también lo hacen y con ellos, la sociedad en su conjunto”.
Carlos Torres Vila, presidente de BBVA, explicó que el trabajo con la fundación consiste en “acompañar su voluntad de llegar más lejos, como un trampolín que les impulsa, les acompaña, para cumplir con sus sueños y aspiraciones”. FMBBVA está presente en cinco países de América latina, apoyando a millones de emprendedores. “Si algo nos inspira es su voluntad, su determinación de llegar más lejos. Son un ejemplo para todos, de sacrificio, fortaleza y capacidad de salir adelante”, remarcó Torres Vila.
