La iniciativa de poner en marcha una fundación con el objetivo de promover el conocimiento de la Ciencia e influir en los políticos para que sean sensibles a la necesidad de aumentar los presupuestos en investigación, que al final es el único camino para llegar a la innovación, sea en el campo que sea, es más que meritoria. Una larga lista de primeras figuras de la Ciencia apoyan y eso se va a notar. La Fundación Gadea por la Ciencia ya merece el máximo apoyo.
Presentada el jueves 4 de mayo en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, CSIC, permitirá que las voces de un buen número de los grandes investigadores españoles sea más escuchada por una sociedad que ha vivido habitualmente de espaldas a ella, aunque va mejorando, según hemos visto recientemente en la encuesta de la FECYT, Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología.
Entre las figuras que han dado voz a este inicio de actividades de la Fundación Gadea, destacan los nombres de María Vallet, Fernando Tejerina, presidente de la Fundación creada y que ya fue secretario de Estado de Universidades, Investigación y Desarrollo, José Antonio Gutiérrez, que es el director, personaje de gran relevancia en el campo de la medicina, Mariano Barbacid, quizá una de las figuras más mediáticas de la Ciencia en España y José Luis Arsuaga. Precisamente a este último y la gran obra investigadora que suponen las excavaciones de Atapuerca, le hemos dedicado atención en estos últimos días en Innovaspain. Es decir, estamos en esa línea de difundir la investigación y el desarrollo que son los procesos necesarios que hacen llegar hasta la innovación.
Si hemos destacado estos días de atrás la incorporación de Michael Graetzel a la Real Academia de Ingeniería como Académico, ahora hay que destacar la creación de esta fundación que, entre otras cosas ya previstas, debería presionar para salvar la casa en la que vivió el mayor científico español de todos los tiempos como lo fue, y lo es, Santiago Ramón y Cajal. Sería un centro de vital importancia. Además, su localización es crucial al estar en ese gran barrio de museos que se ha formado en Madrid en torno al del Prado.
La ciencia necesita referencias y sitios donde se albergue. Hace no muchos días visité una excelente exposición de microscopios en la magnífica sede de la Real Academia de Medicina de la calle Arrieta en Madrid, cerca del Teatro Real, y siempre te llama la atención la desinformación que hay sobre el tema científico, esencial para dotar de vida social a la Ciencia. Difícil es que la sociedad en su conjunto sea sensible si no la hay y difícil que los políticos, que es a quien se dirigen desde la Fundación Gadea, lo serán si no la han visto de cerca. Al fin y al cabo salen de la sociedad a la que representan.
Valga como anécdota nuestra experiencia. En los primeros meses de nuestra existencia en 2012 pusimos en marcha una encuesta para saber cómo definen diferentes personas la innovación. Enviada la pregunta ¿Qué es innovar? a todos los diputados y senadores, de un colectivo que supera las 600 personas, contestó uno. Esperemos que la Fundación Gadea para la Ciencia hable y que los políticos oigan, escuchen, contesten y actúen. Pero no solo ellos, también el conjunto de los medios de comunicación, los profesores y ese etcétera tan necesario para que la sociedad cambie.