Con el objetivo de avanzar hacia un nuevo modelo económico y social que sitúe a España entre los países de referencia en el nuevo escenario global en transformación, Deusto Business School y la Fundación I+E presentaron ayer el documento I.D.E.A.S. (Iniciativas para el Desarrollo de una España Avanzada y Sostenible), que se resume en 21 propuestas concretas para una mejora sostenible de los principales indicadores en materia de Innovación, Industria, Educación y Empleo.
El documento presenta propuestas pero, tanto Helena Herrero, presidenta de HP España y de la Fundación I+E; como Antonio Moreno, presidente de Alstom; José Antonio López, presidente de Ericsson España (los tres representantes de la Fundación que agrupa a 13 multinacionales) y el invitado, Josep Piqué, ex ministro y actual presidente de ITP Aero, entraron a debatir los que consideran son los mayores defectos y problemas de la situación actual.
Una enorme burocracia (¡¡¡800.000!!! normas que afectan a las empresas generadas en 2015 entre todas las administraciones autonómicas); un tamaño de compañía demasiado pequeño, una educación en muchos casos inadecuada en todos los niveles (endogamia universitaria, profesorado escasamente formado en ciertas materias, poco peso de la formación profesional) y reducida inversión, tanto pública como privada, son algunos de esos obstáculos que frenan la posibilidad de abordar cambios.
Como ejemplo, una anécdota contada por Josep Piqué: confesó en sus tiempos como ministro impulsó un tratamiento fiscal muy ventajoso a la innovación y provocó que Hacienda mandara a sus inspectores a las empresas solicitantes de esas ventajas. El pánico provocado frenó su continuidad hasta que la responsabilidad de la fiscalización la hizo Industria.
Frente a esto el mensaje lanzado a los políticos presentes (Ciudadanos, Partido Popular y PSOE) fue muy claro: unidad de mercado, incentivos fiscales, promocionar fusión de empresas que permitan el mayor tamaño de las mismas (un 17% no quieren hablar de fusiones) y, lo que es más importante, planes no dependientes de los calendarios electorales o, lo que es lo mismo, pactos que promuevan acuerdos a medio y largo plazo, única manera de que la innovación o una nueva educación, por ejemplo, puedan consolidarse.
“Necesitamos un nuevo modelo de país que ilusione dentro y fuera de España, y en eso estamos de acuerdo las instituciones y los agentes económicos y sociales. Pero ya no basta con decirlo, sino que es el momento de pasar la acción”, comentaba Helena Herrero antes de añadir que “fruto de la acreditada capacidad de análisis y visión de Deusto Business School y de la experiencia de las multinacionales que llevamos largo tiempo en España, este documento I.D.E.A.S. nos propone un camino a seguir, un mapa en el que seamos capaces de vernos y tomar la dirección correcta con el fin de avanzar en la construcción del proyecto de país que disfruten las generaciones que nos siguen”.
Las cuatro vías
En materia de Innovación, el documento propone actuaciones para alcanzar la velocidad de crucero necesaria que haga posible cumplir con los objetivos marcados como que la inversión privada y pública en I+D supere el 2% del PIB. Otras tienen que ver con mejorar el marco de aplicación de los incentivos fiscales a la I+D+i, asegurar un mejor retorno de las inversiones y crear una red con la participación de todos los actores del sistema de Ciencia y Tecnología.
Por lo que respecta a la Industria, y con el objetivo de que represente el 20% del PIB español, se proponen medidas que van desde la creación de una agenda nacional de desarrollo industrial -que determine sectores prioritarios a nivel nacional y autonómico- y acciones que fomenten el crecimiento en tamaño de nuestras empresas y la eficiencia energética, pasando por la simplificación de los procedimientos burocráticos, la financiación a la digitalización o el impulso de la colaboración público-privada, entre otras.
En el ámbito de la Educación, el documento pone énfasis en abordar la formación que van a necesitar las próximas generaciones, especialmente en el estímulo de las vocaciones tecnológicas, el fomento de habilidades para la empleabilidad y el concepto de aprendizaje a lo largo de todo el ciclo de vida profesional. Propone además un sistema de orientación profesional desarrollado conjuntamente con el sector empresarial, que contemple la FP, y la implementación de un MIR docente, que permita seleccionar a los mejores profesores y prestigie la profesión.
En lo que se refiere al Empleo, las propuestas abarcan desde bonificaciones a la formación de los trabajadores y mecanismos para acreditar la competencia profesional, hasta programas de movilidad internacional facilitados por las empresas con presencia global. Todo ello a partir del alineamiento de Gobierno, empresarios y sindicatos en torno a unos mismos objetivos, como son mejorar la empleabilidad, contrarrestar el desfase entre oferta y demanda laboral y promover el empleo de calidad.