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La Fundación cumple un importante papel para concienciar a la población. (Imagen: Fundación Vicente Ferrer).

En medio del mayor confinamiento de los provocados por el coronavirus -1.300 millones de ciudadanos se quedarán en casa hasta el próximo 3 de mayo- la Fundación Vicente Ferrer (quien el pasado 9 de abril habría cumplido 100 años) se ha convertido en un aliado imprescindible para mitigar la incidencia de la pandemia en la India.

Tras 50 años trabajando en el desarrollo de zonas rurales del país, hoy la Fundación cuenta con un equipo de más de 2.500 personas. Son expertos en sanidad, atención a población vulnerable o distribución de alimentos. Los tres hospitales de la Fundación han cancelado consultas, servicios externos y cirugías desde el pasado 24 de marzo, fecha en la que el Gobierno decretó el confinamiento. Sí mantienen la atención a embarazadas y los partos.

Uno estos espacios, el Hospital de Bethalapalli, ha sido declarado por la administración del estado de Andhra Pradesh como centro de referencia para pacientes con COVID-19. Esta ‘distinción’ implica que el Gobierno reforzará la plantilla de personal médico y sanitario, tanto para el hospital como para el laboratorio, con el fin de realizar tests a los pacientes y analizarlos en el mismo centro.

Desde hace varias semanas, el Hospital de Bethalapalli fabrica geles desinfectantes. Además, en los talleres de artesanía, mujeres con discapacidad fabrican mascarillas con la ayuda de personal local, sus familias y voluntariado español en Anantapur. En las dos primeras semanas se fabricaron más de 21.000 mascarillas y la producción no cesa.

“Si el coronavirus se extiende en la India, el reto será muy complejo”

Ante hipotéticos colapsos en los hospitales públicos, el doctor Yadamala Balasubbaiah, conocido como doctor Bala, director de Hospitales de la Fundación en la India, explica que, de manera coordinada con las autoridades locales, están habilitando un pabellón de aislamiento también en las instalaciones del Hospital de Bathalapalli. Por otro lado, la Fundación ha ofrecido otras infraestructuras ahora vacías como consecuencia del confinamiento, como escuelas u oficinas.

Según Bala, y aunque el escenario es aún muy incierto, el virus impactará primero en las zonas urbanas y después en las áreas rurales.  “Si el coronavirus se extiende en la India, el reto será muy complejo”. Pese a la preocupación de enfrentarse a un escenario todavía incierto, al doctor le sorprende lo lento que avanza la pandemia en un país tan poblado. 

El Hospital de Bathalapalli ha sido elegido como uno de los centros de referencia para el tratamiento del coronavirus. (Imagen: Fundación Vicente Ferrer).

A su favor está que el Gobierno llamará al confinamiento cuando apenas se habían registrado 500 casos y 10 muertes. “Lo más importante es que la gente se lo está tomando muy en serio. Comparado con el europeo, nuestro sistema sanitario es relativamente pobre, así que la mejor opción para evitar la expansión es prevenir”.

La Fundación mantiene reuniones periódicas con los responsables de salud de los gobiernos locales y estatales. Anna Ferrer, Moncho Ferrer y el propio Bala está liderando las acciones encaminadas a contener el coronavirus entre la población.

Concienciar

Analfabetismo, ubicación remota, dificultad de acceso a información… El rural del país arrastra problemas que impiden a la población ser plenamente consciente de la gravedad del COVID-19. Esta brecha dificulta que se sigan las pautas correctas.

Cuando comenzó la emergencia sanitaria, la Fundación Vicente Ferrer emprendió una campaña de sensibilización y prevención en estas zonas. Distribuyó en los pueblos y hospitales de las ocho regiones en las que está presente más de 10.000 folletos y 140 carteles informativos. También se utilizan recursos como micrófonos de templos y tambores.

Los murales, un elemento fundamental para informar a la población analfabeta. (Imagen: Fundación Vicente Ferrer).

Debido a la alta demanda, en algunos pueblos se están realizando talleres para confeccionar mascarillas. Todo el personal sanitario, médicos y enfermeras rurales, está informando a la población sobre los riesgos del coronavirus. Algunos vehículos, como ambulancias o bibliotecas móviles, han servido para llegar a regiones remotas, como Adoni o Srisailam.

Trabajo extra

Actualmente, la Fundación Vicente Ferrer distribuye cada día miles de comidas cocinadas además de raciones secas y provisiones esenciales. Esta acción se lleva a cabo en asociación con el Gobierno en diferentes regiones y pueblos donde la organización está trabajando.

Desde la Fundación señalan que la urgencia está en atender a las personas más empobrecidas que, como consecuencia del confinamiento, se han visto obligadas a migrar de las ciudades a su lugar de residencia y han quedado atrapadas en el camino. También aquellos que han perdido el empleo.

Voluntarios y trabajadores de la Fundación Vicente Ferrer han repartido desde el pasado 31 de marzo unas 45.000 comidas, más de 6.000 diarias. La Fundación considera imprescindible mantener estos repartos en los próximos meses mientras persista la amenaza de la pandemia.

Conectar infancias dispares

La Fundación Vicente Ferrer ha expresado en redes sociales la problemática que supone acudir al médico para los habitantes de la India rural. Para concienciar y de paso entretener a los niños y niñas que estén casa estos días, la Fundación ha compartido la iniciativa de Rishik, un niño de 11 años, que ha plasmado en un dibujo cómo imagina un mundo con salud. La Fundación invita a todos los pequeños a que dibujen un mundo lleno de salud y bienestar. Toda la información está en su perfil de Instagram.

El pequeño Rishik, con su dibujo. (Imagen: Fundación Vicente Ferrer).

La Fundación Vicente Ferrer necesita el apoyo de todos “para que el coronavirus no se cebe con los más frágiles”. Colabora aquí.

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