El frente de batalla contra los cánceres incurables está en Galicia

Arjuna Therapeutics, del británico Ross Breckenridge, trabaja con moléculas que atacan directamente a las células malignas con un daño menor a las sanas
A la derecha de la imagen, Ross Breckenridge, CEO de Arjuna Therapeutics. (Imagen: @BIA_UK)

Matar células cancerígenas es fácil, el verdadero desafío es matar solo células cancerígenas. Destruir un cáncer es como podar un césped con mala hierba. El pasto dañado se va, pero para lograrlo también se corta el bueno. Esto último es importante. Una persona podría tolerar —sufriendo demasiado, claro está— la podadura en ciertos lugares como los pulmones o el seno. Pero no así en otros como el páncreas o el cerebro. Es por eso que este patógeno, que solo en 2020 se cobró 10 millones de vidas, es en muchos casos una sentencia de muerte. Sin embargo, hay un equipo de jardineros en Galicia que trabaja en una píldora que arrancaría directamente el césped dañado sin afectar al resto: Arjuna Therapeutics.

Los jardineros forman parte de un grupo variopinto de científicos de la empresa con sede en Milladoiro (a unos 5 kilómetros del centro de Santiago). El biólogo británico Ross Breckenridge es el general del batallón que libra la lucha contra el 30% de los cánceres más difíciles de curar. El CEO atiende una videollamada con Innovaspain desde un Londres lluvioso que le recuerda a Galicia. “Espero regresar pronto, quizás a final de mes”, dice al comenzar la conversación. 

La charla con el inglés gira en torno a tres caracteres: Ag5. Ese es el nombre de la droga que desarrollará Arjuna Therapeutics. El inglés explica que todo se originó en el Centro de Investigación en Medicina Molecular y Enfermedades Crónicas (​CiMUS), en la capital gallega, donde se descubrió hace unos años un par de moléculas que podrían servir para hacer medicamentos oncológicos. 

En ese momento, Breckenridge vivía en la Bahía de San Francisco. Un químico industrial, que trabajaba con NANOGAP, una spin-off —empresa derivada— de la Universidad de Santiago de Compostela (USC), y con una sede en California, le comentó sobre el descubrimiento. Y le preguntó: “¿Qué experimento harías con estos componentes?”. La respuesta hizo que regresase a Europa.

Desarmar el motor de un Ferrari 

Las moléculas del Ag5, según Breckenridge, atacan a las células cancerígenas más escurridizas para los medicamentos. “Lo que une a todo este tipo de cánceres son los genes mutantes que los causan. Todos tienen un mecanismo que genera mucha energía”, señala. Para que se entienda mejor, el CEO de Arjuna Therapeutics, doctor en Biología Cardiaca en la Universidad de Cambridge, utiliza la siguiente analogía: “Las células normales son un Fiat 500. Y las de estos cánceres son un Ferrari, con un motor que no se quema. Nosotros usamos un químico para destruirlo”. En otras palabras, estropear el mecanismo que evita que el motor del coche deportivo se queme. 

Pero hacer una medicina fácil ni rápido. En los últimos 18 meses los científicos de Arjuna Therapeutics han hecho pruebas con ratones. Breckenridge continúa: “Ahora estamos recolectando dinero para que la molécula pase todas las pruebas toxicológicas”. En la firma esperan poder hacer los primeros estudios en humanos a finales de 2022

La idea es que el medicamento sea un complemento de la quimioterapia tradicional, es decir, que se aplique después de las primeras sesiones. Para sustituir al tratamiento actual habría que pasar a una siguiente fase, con un ensayo clínico con un coste de 50 millones de euros. La ciencia es cara, y la ciencia de calidad más. “Yo soy biólogo, y muchas veces olvidas que lo más importante para sacar adelante este tipo de empresas es la fabricación, y ahí se va mucho dinero”, resume Breckenridge. 

El indudable atractivo de Galicia

El científico recuerda perfectamente su primera vez en Galicia. Lo hace con una enorme sonrisa. Se echa hacia atrás en su silla. “Vivía en California y me dijo la gente de NANOGAP que fuese allá para conocer al equipo. Fernando [Domínguez, uno de los cofundadores] me recogió en el hotel y nos fuimos de vinos”. Fue un flechazo. Ese amor a primera vista que muchos de sus compatriotas sienten cuando llegan a Compostela. “Dios sabe cuántos mariscos y excelentes vinos hubo ese día”, rememora entre risas. 

Pero no todo es gastronomía. El equilibrio entre la arquitectura medieval de la ciudad, Patrimonio Cultural de la Humanidad desde 1985, y los avances científicos en los centros de investigación compostelanos fue lo que más le atrajo. “El contraste de sentarte en un bar de 400 años y visitar un centro tan avanzado como el CiMUS es algo único”, sentencia. 

Otra cosa que hace tan atractiva a Galicia es su entorno académico, de acuerdo con el CEO de la firma. Muchos de los investigadores que hoy están en las empresas que han surgido de la USC dejaron España por la crisis de 2008, y se siguieron formando en Estados Unidos, Reino Unido y Alemania. Pero cuando la Recesión quedó atrás, regresaron. En pocas palabras: la morriña ha sido un factor determinante para el bum gallego.

Para Breckenridge, Galicia no tienen nada que pedirle a California. “Aquí hay precios competitivos. Aunque se paga menos que en Estados Unidos [150.000 dólares anuales a un trabajador con posdoctorado], con los sueldos de aquí vives mucho mejor que allá. Puedes tener hijos y ser feliz. Y que los trabajadores sean felices es algo que apreciamos”. En Arjuna piensan abrir subsidiarias en el Este asiático, pero una cosa está clara para el biólogo inglés: “Siempre tendremos nuestro centro en Galicia”.

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