Galiciencia ha vuelto a mostrar las innovaciones de los más pequeños. Otro año más, el evento ha reunido las principales invenciones de chicos de Primaria y Secundaria dirigidas a áreas como la salud, la ecología o la accesibilidad, principales motores del cambio y el futuro. En total, durante tres días (16-18 de noviembre) se han presentado los 75 proyectos más interesantes, que han sido vistos por más de 2.000 personas.
La mayor feria científica de Galicia, organizada por el Parque Tecnolóxico de Galicia-Tecnópole, y con la colaboración de la Consellería de Economía, Emprego e Industria y la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (Fecyt), ha tenido una representación mayoritaria de la región de Ourense, de donde es originaria Tecnópole, con 28 equipos defendiendo su propuesta. A ellos se suman 18 de Pontevedra, 18 de A Coruña, 6 de Lugo, 3 de Vizcaya, uno de Barcelona y uno de Asturias, esta última con representación en Galiciencia por primera vez.
Entre los proyectos más destacados se pueden encontrar aplicaciones móviles (alguna alerta sobre la llegada de la llamada “avispa asiática"), sistemas de recogidas de basuras, huertas hidropónicas, pastilleros inteligentes, dentríficos de hierbas creados por alumnos o estudios sobre los lavabos de los colegios.
Ganadores Galiciencia 2016
Pero, al final, por mucho que se hayan esforzado todos los jóvenes innovadores, alguien tiene que ganar. Este es el caso de Manuel Porto, del colegio Compañía de María de Santiago, que fue el mejor valorado por el jurado (formado por medio centenar de personas). Su proyecto es un dispositivo de control de abuso de agua, que el chico presentó a través de un prototipo adosado a un grifo de ducha que permitía ver claramente su funcionamiento. “El sistema cuenta los litros que salen por el grifo y detiene el chorro al llegar a una cantidad suficiente para una ducha de 5 minutos. Este dispositivo se divide en tres módulos dotados con díodos: uno que recoge datos de la cantidad de agua empleada, otro que analiza los datos recogidos por el sensor y muestra la información al usuario a través de luces led y señales sonoras conforme se acerca el límite de consumo, y uno último que impide el flujo de agua por el canal una vez el límite está superado. El flujo normal de agua se restablece después de que pasen 5 minutos”, explica el ganador, que ha ganado 1.000 euros para financiar su iniciativa en una feria científica de carácter nacional (Exporecerca2017) y un smartwatch.
El segundo puesto (500 euros para financiar su proyecto para la feria homóloga vasca y un smartwatch) ha sido para el espantapájaros 2.0 diseñado por Natalia Fariña, de las Aulas científico-tecnológicas Isidro Parga Pondal (Ponteceso, A Coruña). Este moderno espantapájaros tiene leds, placas de humedad y de sonido, sensores de movimiento y papel reflectante para ahuyentar a la vez que se investiga a los pájaros que se posen.
Por último, el tercer lugar ha sido para Isabel Sáinz, del IES Plurilíngüe Rosalía de Castro de Santiago de Compostela, con un sofisticado estudio del flujo de muones. A partir de la construcción de un detector de partículas, de funcionamiento similar al de dos contadores, la investigadora, que recibió un smartwatch y una ayuda de 200 euros para asistir a la feria científica de A Coruña, analizó el flujo de rayos cósmicos con respeto al ángulo cenital de los detectores.