Al igual que sucedió con sus efectos sobre la salud, las consecuencias económicas de la expansión del SARS-CoV-2 no fueron atendidas en su justa medida. No al menos al principio de la crisis, cuando la incertidumbre empañaba cada análisis. “En un primer momento, la pandemia fue infravalorada al establecerse analogías con lo ocurrido en la Gripe del 18. Estados Unidos salió de aquella crisis en 6-8 meses. Luego la percepción en España y otros países ha cambiado” explica a Innovaspain José García Montalvo.
El economista, catedrático de la Universidad Pompeu Fabra, modera mañana a las 19:00H el debate telemático organizado por la Fundación Ramón Areces (acceder aquí al encuentro) ‘Los efectos económicos a largo plazo del COVID-19’. En el coloquio participarán Miguel Sebastián, profesor de Economía de la Universidad Complutense de Madrid y exministro de Industria, Turismo y Comercio, y Ángel de la Fuente, Director Ejecutivo de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (FEDEA).
Volver en ‘U’
Premio Rey Jaime I de Economía 2019, García Montalvo detalla que ahora sabemos que los plazos de recuperación serán más largos, pero que también es cierto que desde que comenzó el periodo de desescalada, “la situación es mejor de lo previsto”. El economista apunta que en China la vuelta a la normalidad está cerca de la famosa V. Así lo indican los datos de consumo de petróleo o el uso del metro, situados en un 92 % y 96 % respectivamente en comparación con porcentajes previos a la pandemia.
V, U, L, raíz cuadrada. “Creo que ahora hay razones para no ser tan pesimista como en los análisis realizados en el peor punto del confinamiento. En España, pienso que saldremos en U”. El experto detalla que hay indicadores alentadores, como el pago con tarjeta en comercios (en torno al 60 % – 65 %) o el fuerte rebote de sectores como el inmobiliario, a los que se daba por muertos en el actual escenario. “Saldremos lentos, pero no será una larga travesía. A fin y al cabo, después de las Torres Gemelas nadie iba a volver a volar, y en estos 20 años hemos cogido más aviones que nunca”.
Europa: una de cal y una de arena
El economista es critico con la indolencia mostrada por la Unión Europea permitiendo que cada país gestionara la emergencia a su antojo, lo que ha originado graves problemas de descoordinación. “En este punto, la UE ha estado desaparecida. Hemos asistido a confinamientos distintos, en tiempos diferentes, con fronteras cerradas por la vía unilateral. Bruselas no se ha pronunciado tampoco sobre la heterogeneidad a la hora de contar muertos o infectados”, afirma García Montalvo.
Sin embargo, el catedrático de la Pompeu Fabra sí valora la celeridad con la que los organismos europeos actuaron para mitigar el impacto económico. “Han sido más rápidos que en la crisis de 2008. La facilidad de crédito es fundamental. Queda por ver qué ocurre con el fondo de reconstrucción franco-alemán ya que pesarán las condiciones de los países que se oponen”.
España
“A corto plazo se adptaron medidas razonables. Había que ganar tiempo. Gastar está muy bien, el reto ahora es hacerlo de modo razonable. Sí sólo nos endeudamos será tirar el dinero” (García Montalvo recuerda aquí el escaso combustible que supuso el Plan E de Zapatero). “Son decisiones complicadas, que requieren consenso. Para hacer planes de mayor recorrido, el permanente conflicto político ayuda muy poco. Parece una obviedad, pero necesitamos seguridad jurídica para poder avanzar”.
Entre las novedades más recientes, el economista tiene dudas en torno al Ingreso Mínimo Vital. “Es un mecanismo mucho más complejo de lo que parece. Es preciso estructurarlo muy bien para no generar incentivos perversos. Tendrá impacto, pero sus objetivos no serán los mismos ahora que dentro de unos meses, por eso hay que diseñarlo con todo el rigor”.
Oportunidades
García Montalvo recuerda que el mazazo del COVID-19 evidencia déficits históricos de la economía española. “La productividad del país decrece. Es un grave problema. Solo en los últimos años parecía que, al menos, no bajaba, aunque tampoco se apreciaban mejoras notables”.
¿Cómo darle la vuelta a esta situación? “Recurrir a los sectores bandera de nuestra economía -construcción, turismo, hostelería- es complicado. Pero hay mucho por hacer en lo público. España podría mejorar muchísimo su productividad apostando de verdad por la digitalización. La administración, que años atrás quería abanderar esta transformación, sigue anclada en el pasado”.
Según el economista, el sector público tiene ante sí la gran oportunidad de recuperar esa estrategia. “Ahora pueden mirarse en el espejo de lo ocurrido durante estas semanas en telemedicina, teletrabajo o educación a distancia. Ha funcionado, es el momento de lanzarse”. La puesta en marcha de una secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial o el empuje del ministro Pedro Duque para que el país guíe sus pasos respaldado por una mayor inversión en ciencia e innovación son señales alentadoras que deben rematarse con medidas de calado.
Refundar el turismo, ¿y el capitalismo?
“No es cierto que cada crisis sea una oportunidad, pero está vez sí la hay para el turismo y la hostelería; porque parten de cero y pueden abordar una reconstrucción total muy necesaria”. En el caso del turismo, García Montalvo opina que, después de tantos años hablando del desgaste del modelo de sol y playa es hora de dar paso a una industria más sostenible que aporte mayor valor añadido. “Si el sector no da un giro radical, es difícil que resurja. La Marca España está muy devaluada y tratar de volver a lo anterior sería ineficaz. Tienen que reinventarse”.
Respecto a la corriente que aboga por que la pandemia dará paso a un mundo nuevo en el que el capitalismo habrá desaparecido en su ‘acepción’ actual, el catedrático recurre a componentes esenciales del ser humano para no despegar los pies del suelo.
“Caeremos en algunos absurdos, como despreciar la globalización en favor de la producción nacional. Volver al nacionalismo económico es dar pasos hacia atrás. El capitalismo evolucionará y las personas no cambiaremos. Ahora en el fondo del mar en vez de bolsas de plástico encontramos mascarillas y guantes. Cuando todo esto pase regresarán las filas a Gucci y la fiebre por conducir el todo terreno más agresivo será mayor que nunca. No tendremos una sociedad más justa, pero al capitalismo le vendría muy bien la existencia de una gobernanza mundial que lo recondujera cuando se produzcan desmanes””.
“Quizá sí conviene repensar la globalización”, añade García Montalvo. “Ha sido muy positiva para reducir la desigualdad y la pobreza en países en vías de desarrollo. Visto lo sucedido con el coronavirus, es posible que las empresas tengan que asumir nuevos riesgos cuando deslocalicen su cadena de producción. Aflorarán los seguros contra pandemias”, concluye.