Cada seis años, la Secretaría General de la Unión Internacional del Gas (IGU) elige a una empresa energética para llevar las riendas de la institución, y por primera vez en la historia (desde su entrada en 1951), España ha sido la seleccionada. Concretamente, serán Gas Natural Fenosa y la Asociación Española del Gas (Sedigas) los que tengan la responsabilidad de evolucionar el sector energético mundial. Su objetivo más temprano, según la compañía gasista, será el de llevar a cabo una transición energética sostenible.
“El planeta se enfrenta al gran reto de lograr una economía baja en carbono. Lideraremos a través de la IGU el debate sobre la transición energética y participaremos activamente en las decisiones que se tengan que tomar para lograr este objetivo”, afirma el consejero delegado de Gas Natural, Rafael Villaseca.
La nueva sede de la IGU tendrá su centro de operaciones en Barcelona. Según él, conseguir la secretaría general de esta institución para España es “un hito”. Considera que la multinacional ha trabajado “muy duro” durante los últimos años, y que es doblemente significativo: en primer lugar, por la relevancia internacional que supone para nuestro país, y en segundo lugar, “porque coincide en un momento de especial importancia para la industria gasista”.
El elegido como nuevo secretario general de la IGU (en sustitución del noruego Pal Rassmusen) ha sido Luis Beltrán, directivo de Gas Natural e ingeniero químico industrial, muy relacionado con el papel internacional de su compañía. Beltrán ya ha dado las claves de lo que será su nuevo mandato: “prescripción del gas natural como una energía que contribuye a una mejor calidad el aire, líneas de trabajo para considerar al gas natural como energía de transición que propicia el crecimiento económico en zonas en vías de desarrollo, y, finalmente, el papel del gas natural en un futuro y sostenible mix energético”.
Referencia en foros internacionales desde el año 1931, la IGU (presidida por el estadounidense David C. Carroll) cuenta con 152 miembros repartidos en 91 países, lo que implica que el 95% del mercado mundial del gas está representando en la institución. Nuestro representante más antiguo es Sedigas, que fue la primera en entrar en la organización en 1951, como se ha citado antes.
Su presidente, Antoni Peris, achaca al éxito de la elección “el esfuerzo de España y Barcelona, ciudad de referencia del gas a nivel europeo y mundial”. Además, como la transición energética está “a la vuelta de la esquina”, asegura que el gas será una de las energías que más crezcan en los próximos años, lo que proporcionará, tanto a Sedigas como a Gas Natural, “notoriedad internacional, acceso a la información sobre el debate energético y una notable capacidad de influencia”.