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Identificado un nuevo biomarcador para la detección precoz del Alzheimer

Un estudio liderado por el Barcelonaβeta Brain Research Center (BBRC), con el impulso de la Fundación ”la Caixa”, revela que ciertos niveles de una proteína cerebral presente en el plasma sanguíneo indican la presencia de alteraciones asociadas a la fase preclínica de la enfermedad de Alzheimer
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Investigadores del centro de investigación de la Fundación Pasqual Maragall, el Barcelonaβeta Brain Research Center (BBRC), con el impulso de la Fundación ”la Caixa”, han detectado que la proteína acídica fibrilar glial (GFAP, por las siglas en inglés) es un biomarcador muy preciso para diagnosticar las fases iniciales de la enfermedad de Alzheimer en la sangre.

El Dr. Marc Suárez-Calvet, investigador principal del estudio y jefe del grupo de Biomarcadores en Fluidos y Neurología Traslacional del BBRC, explica que la proteína GFAP, que se expresa en unas células del cerebro llamadas astroglías, está aumentada en la sangre de pacientes con enfermedad de Alzheimer, “no sólo en aquellos con síntomas desarrollados, sino en fase preclínica, muchos años antes de que la enfermedad empiece”.

Según Suárez-Calvet, el hallazgo abre las puertas a que, en el futuro, sea posible usar varias combinaciones de biomarcadores en sangre para mejora el diagnóstico del Alzheimer. “No solo cuando la enfermedad haya empezado, sino muy probablemente antes de cualquier síntoma. Podremos actuar con antelación”.

Trabajo previo

El investigador recuerda que, a día de hoy, es posible detectar esta enfermedad a través de un simple análisis de sangre gracias a algunos ensayos experimentales en los que su grupo está trabajando. “Son ensayos que funcionan realmente bien, de manera muy fiable. El reto ahora es trasladar estos avances a la práctica clínica diaria para una mejor detección del Alzheimer”.

Además de la proteína GFAP, Suárez-Calvet apunta que existen varios biomarcadores en sangre que han demostrado su fiabilidad en el diagnóstico. “Diría que la principal es una proteína llamada fosfo-tau, de las cuales hay varios tipos, todas muy buenas para detectar la enfermedad. De hecho, desde la Fundación Pascal Maragall, el pasado año publicamos un artículo donde demostramos que una de las formas de la proteína fofo-tau es capaz de detectar la fase preclínica de la enfermedad”.

Grandes avances en dos años

El investigador, que ahora lidera una beca europea ERC Starting Grant, asegura que, “en sólo dos años, la investigación en el campo de los biomarcadores del Alzheimer en la sangre está avanzando a tal ritmo que estamos convencidos que en un futuro próximo podremos detectar los cambios silenciosos que se producen en el cerero con un simple análisis de sangre solicitado por el médico de cabecera. Esto nos permitirá probar tratamiento antes que el daño neuronal sea irreversible”.

En el caso de la enfermedad de Alzheimer, la GFAP es un biomarcador que habitualmente se medía en el líquido cefalorraquídeo, después de efectuar una punción lumbar al paciente. La novedad que aporta este estudio es que demuestra que la GFAP medida en el plasma sanguíneo es mejor que la medida en el líquido cefalorraquídeo para determinar, con más precisión y de forma menos invasiva, en qué punto de la enfermedad de Alzheimer se encuentra la persona afectada.

“Hemos visto que los niveles del biomarcador GFAP son más elevados en las personas que se encuentran en la fase asintomática del Alzheimer, y que nos permiten diferenciar los individuos con o sin patología amiloide en el cerebro, que es el estadio previo a la enfermedad”, añade Marta Milà-Alomà, investigadora del estudio y miembro del grupo de Biomarcadores en Fluidos y Neurología Traslacional del BBRC.

Estudio multicéntrico

La investigación se ha publicado en la revista JAMA Neurology, y ha contado con la colaboración de investigadores de la Universidad de Göteborg, la McGill University de Montreal, la Universidad de París, el Hospital Lariboisière Fernand-Widal de París, el Hospital del Mar y el Institut Hospital del Mar de investigaciones Médicas (IMIM), el CIBER de Fragilidad y Envejecimiento Saludable (CIBERFES) y el CIBER de Bioingeniería, Biomateriales y Nanomedicina (CIBER-BBN).

Los resultados del estudio se han podido confirmar en personas que están en las diferentes fases del continuo de la enfermedad de Alzheimer, y que participan en tres cohortes internacionales independientes.

En primer lugar, los investigadores analizaron las muestras de sangre de 387 personas sin alteraciones cognitivas y con cierto riesgo de desarrollar Alzheimer, provenientes del Estudio Alfa, impulsado el año 2013 en Barcelona por la Fundación Pasqual Maragall y la Fundación ”la Caixa”. Asimismo, investigaron el plasma de 300 personas asintomáticas y con deterioro cognitivo que forman parte del estudio TRIAD, liderado en la McGill University en Montreal. Y, finalmente, analizaron las muestras de 187 pacientes con deterioro cognitivo del Hospital Lariboisière de París.

Todas las pruebas del ensayo fueron analizadas en la Universidad de Göteborg, y cuantificadas con una tecnología de alta precisión (Simoa HD-X) utilizando inmunoensayos comercialmente disponibles.

Actualmente, la Fundación Pasqual Maragall está poniendo en marcha un laboratorio traslacional equipado con tecnologías como la utilizada en este estudio, para poder llevar a España herramientas de última generación en la investigación de la enfermedad de Alzheimer y ponerlas al servicio de la comunidad científica y de los pacientes.

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