La Agencia Espacial Europea (ESA) ha lanzado recientemente una iniciativa interna con el propósito de recabar ideas para apoyar a sus Estados miembro en el estudio y análisis de la pandemia provocada por la COVID-19. En este marco, la Galileo Navigation Science Office en ESAC ha logrado que se lleve a cabo una de sus propuestas bajo el nombre de «COVID-19 Space Hunting Platform».
El objetivo de la plataforma es facilitar el acceso y el procesado de colecciones selectivas de datos ya existentes sobre la COVID-19 para estudios epidemiológicos y completarlas con datos de satélites de observación de la Tierra de la ESA, con el objetivo de investigar mediante inteligencia artificial posibles correlaciones entre la propagación de la COVID-19 y parámetros ambientales, como humedad, temperatura, etc.
El objetivo es que se convierta en un instrumento que facilite a los investigadores la generación de productos y estadísticas que puedan ser de utilidad en apoyo a posibles decisiones de las instituciones con relación a las medidas de protección, confinamiento y a la evaluación de la eficacia de las medidas ya adoptadas.
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El desarrollo de la «COVID-19 Space Hunting Platform» será liderado por la multinacional tecnológica GMV. Y contará con el apoyo de la Universidad Politécnica de Valencia para el procesado, análisis de datos e interacción con diversos grupos de investigación epidemiológicos. Esta institución ha definido un modelo matemático para la transmisión de la COVID-19 y ha estado publicando periódicamente actualizaciones y predicciones estadísticas sobre su evolución en España.
A medio plazo, «COVID-19 Space Hunting Platform» podría facilitar el desarrollo de un entorno web colaborativo COVID-19, para que los científicos analicen de forma más eficaz los datos existentes, y puedan beneficiarse también de paquetes de software desarrollados por la ESA para el procesado de datos.
El proyecto se desarrollará en torno a la plataforma GSSC (GNSS Science Support Centre) para que indexe y albergue datos relativos a la COVID-19. El proceso, que durará tres meses, analizará los datos COVID-19 públicos poniéndolos a disposición de la comunidad científica. Se tendrá entonces la primera versión con algoritmos básicos de propagación de pandemias, que en un futuro se irá actualizando para contar con información más precisa y relevante.