La compañía GMV ha creado, con la colaboración de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), IDEAS, un software capaz de gestionar las nuevas patentes que se vayan creando en lugares como la Universitat Rovira i Virgili, la Universidad de Alicante, el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA) y el Institut Catalá d’Investigació Química (ICIQ), además de la propia UAB.
El objetivo de este desarrollo ha sido, principalmente, la necesidad de proteger la propiedad industrial e intelectual de los trabajadores e investigadores de los centros. “Si la innovación es el fundamento de la evolución, la protección de los derechos de propiedad industrial, como ha puesto de manifiesto el Parlamento Europeo al promulgar la directiva 2016/943, debe ser garantizada por los organismos competentes”, denuncian desde GMV, que nació “como un spin-off universitario”.
Para crear la aplicación web IDEAS han tenido que incorporar la tecnología abierta de la Oficina de Patentes. “Protege de forma ágil, segura y sencilla la propiedad industrial generada por los investigadores universitarios”, aseguran. “Además gestiona todo tipo de propiedad industrial: patentes, ofertas tecnológicas, copyright, acuerdos, marcas registradas, EBTs, proyectos, KnowHow, etc.”. Asimismo, la web ofrece la información para patentes de forma detallada (estado, fechas y plazos clave, información y documentación legal y el árbol de la genealogía completa de la patente). Es decir, “acompaña al investigador desde que se gesta la idea hasta que se consolida como oferta tecnológica y comercial”, explican.
Para GMV, la cooperación entre empresas privadas y universidades tiene que estar en el ADN de las empresas innovadoras. Es por ello que, según informes sobre el estado de la cooperación universidad-empresa en diversos países europeos elaborados por el centro de investigación de la Universidad de Ciencias Aplicadas de Münster (Alemania), los mecanismos más desarrollados para la colaboración entre universidad y empresa en España son las incubadoras de empresas de base tecnológica (como la propia GMV) y la presencia de empresas en los consejos sociales de las universidades. En nuestro país, tan necesario de patentes, ambos ámbitos están por encima de la media de la UE a nivel de colaboración.