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El GNL español da sus primeros pasos relevantes

GNL CORE LNGas hive Repsol Enagás

El proyecto CORE LNGas hive, financiado por la Comisión Europea y liderado por España, ya está dando sus frutos: las compañías energéticas Repsol y Enagás han llevado a cabo el primer suministro en Europa de gas natural licuado (GNL) como combustible directamente desde una planta de regasificación a un buque. Esta operación, pionera en nuestro continente, supondrá, según ambas empresas, el “impulso definitivo del GNL como el principal combustible de transporte marítimo”.

Realizada en el Puerto de Cartagena, esta operación, conocida en la jerga del sector como bunkering pipe-to-ship, se ha llevado a cabo mediante unas mangueras criogénicas flexibles que conectan directamente el barco con la terminal. El buque que ha recibido los 370 metros cúbicos de gas natural licuado ha sido el Damia Desgagnés, lo que ha supuesto “la mayor operación que se ha realizado de bunkering hasta la fecha en España”. También ha supuesto un gran avance en la compañía Repsol, que en operaciones anteriores “solo” había suministrado hasta 320 metros cúbicos, pero mediante camiones cisternas.

“El objetivo del proyecto, en el que participan un total de 42 socios, es desarrollar una cadena logística integrada, segura y eficiente para el suministro del gas natural licuado (GNL) como combustible en el sector del transporte, especialmente el marítimo en la Península Ibérica. Y es que esta iniciativa puede ayudar a que España se convierta en una referencia europea en este ámbito, beneficiada también por su privilegiada posición geográfica, puerta del Mediterráneo y del Atlántico”, aseguran desde Enagás, además de posicionar a nuestro país como defensor de la sostenibilidad.

Como explican, por otro lado, desde Repsol, la utilización del GNL como combustible “contribuye a la mejora de la calidad del aire. El GNL es un combustible respetuoso con el medio ambiente porque no genera emisiones de óxidos de azufre (SOx) ni de partículas (PM) y reduce sustancialmente las emisiones de CO2 y de óxidos de nitrógeno (NOx), lo que permite cumplir con la cada vez más exigente normativa medioambiental y con los objetivos de reducción de emisiones”.