Google ha instalado su cable submarino en Sopelana (Bilbao), un cable de 16 pares de fibras que sirve para aumentar la velocidad y la flexibilidad de la red. Este cableado –llamado Grace Hooper– conecta a Estados Unidos, Bunde (Reino Unido) y España y mejorará la infraestructura general de las telecomunicaciones de Europa. Telxius –filial de infraestructuras de Telefónica–, por su parte, ha sido la compañía encargada de realizar el amarre.
Mónica Martínez, directora de Marketing de Telxius, declara que están “encantados” de proporcionar servicios de conexión y emplazamiento a Grace Hopper como parte de la colaboración en curso entre Google y Telxius. “El cable submarino obtiene así acceso a las capacidades avanzadas de interconexión y de transmisión del Hub de Comunicaciones de Derio de Telxius, con conexiones de backhaul a París y Madrid. Esto significa nuevas oportunidades para las empresas conectadas a los principales hubs de tráfico internacional en Europa y más allá”.
Este proyecto, han asegurado en la presentación de la instalación, «forma parte del compromiso de Google con la recuperación económica de España, ofreciendo a los consumidores un mejor acceso a los productos de Google y a las empresas un mejor rendimiento de los productos empresariales como Google Cloud Platform y Google Workspace«. Y, además, «que la transformación digital es un reto y una oportunidad para la economía europea y que la inversión en infraestructuras es clave para ser competitivos y ofrecer crecimiento a las empresas y mayor accesibilidad a todos los usuarios».
La “conmutación de fibra” del cable submarino
El cable submarino Grace Hooper utiliza la llamada “conmutación de fibra”. Esta tecnología permite que el flujo de datos sea más eficaz, por lo que se evitarán cortes y ralentizaciones. Conectar usuarios y empresas pasa por conectar a Estados Unidos, Reino Unido y países de la Unión Europea. Por ello, la “conmutación de fibra” lo que hace es que estos usuarios accedan a los servicios de Google y a sus recursos informáticos y en la nube con la menor latencia posible. Y transportar el flujo de datos de forma segura y rápida por todo el mundo.
Según Google, en un mundo pospandémico que se dirige hacia una nueva normalidad digital, la inversión en cables submarinos les permite “planificar y preparar las futuras necesidades de cobertura de nuestros clientes, estén donde estén. Grace Hopper y la futura región de datos de Google Cloud en Madrid nos ayudarán a satisfacer la creciente demanda de conectividad y servicios de gran ancho de banda en España».