España quiere posicionarse como referente tecnológico en la producción y aprovechamiento del hidrógeno verde. El Ministerio para la Transición Ecológica lo considera, como recalca en el documento 'Hoja de ruta del hidrógeno', "un vector clave para alcanzar una economía descarbonizada". Para ello, considera necesarios "la creación de clústeres tecnológicos y proyectos piloto a escala regional, el fomento de la innovación industrial, el apoyo a las zonas de transición justa y la disponibilidad de energía renovable a precios competitivos".
Ejemplo de esta demanda es la iniciativa 'Desafío Industrial de POLO positivo', aceleradora especializada en industria y liderada por grandes multinacionales industriales españolas como Aciturri, Antolín, Fundación Caja de Burgos, Gonvarri, Pascual e Hiperbaric. La tercera edición ha dado como ganadora a H2 Evolution Tool Box, un software que ayuda a gestionar el uso del hidrógeno en la industria. El reto planteado por POLO positivo en esta ocasión era desarrollar una solución eficiente y sostenible que permitiera analizar la viabilidad del hidrógeno como combustible en aplicaciones industriales para avanzar en la obtención de mejoras de indicadores de desempeño energético.
En este sentido, H2 Evolution Tool permite predecir y conocer datos para cuantificar, medir, almacenar y analizar información de las distintas casuísticas del uso del hidrógeno. La herramienta busca incorporar no solo variables cuantificables, como los consumos energéticos o la eficiencia de un proceso de generación de hidrógeno, sino otras cualitativas como la mejora del medio ambiente, las reducciones de emisiones o la creación de subprocesos que permitan integrar o extender el desarrollo.
"La herramienta permite determinar la viabilidad del uso de hidrógeno frente a otras alternativas, pero también optimizar ese uso, determinando cuando es rentable económicamente y desde el punto de vista de contaminación o consumo de agua el uso de otras fuentes de energía", explica el ingeniero aeronáutico Raúl Castillo, líder de H2 Evolution Tool junto al ingeniero de Caminos, Canales y puertos Javier Robador.
De izquierda a derecha: Andres Hernando, CEO de Hiperbaric; Rafael Barbero, director general de Fundación Caja de Burgos; y Javier Robador y Raúl Castillo, ganadores de DESAFÍO industrial.
La herramienta se genera de forma modular, es decir, que su uso se adapta a las necesidades concretas del usuario. "En líneas generales, logramos ver la viabilidad de un producto y estimar su rentabilidad en base a unas métricas, como su emisión de CO2 y su potencial contaminación", apunta Castillo. El proyecto ayuda así a cumplir con uno de los principales retos que afronta el hidrógeno, según el propio CSIC: su fabricación de forma limpia y barata, además de su almacenamiento seguro y eficiente.
Un potencial al que contribuir
El potencial del hidrógeno verde en la industria abarca múltiples sectores. Desde su uso para volver a producir electricidad mediante una pila de combustible a modo de batería hasta reducir las emisiones de gases invernadero al entrar en una red de gas natural. Este elemento también se puede emplear en la industria para la obtención de químicos verdes, como amoníaco y fertilizantes, además de biocombustibles. En última instancia, el hidrógeno verde puede servir como combustible dentro de un proceso de fabricación industrial.
Tras ganar esta tercera edición, H2 Evolution Tool entrará a formar parte de IMÁN de ideas, una iniciativa de 'POLO positivo' encaminada al desarrollo de proyectos de emprendimiento dentro de los sectores industrial, tecnológico o de servicios de apoyo a la industria. Contarán con el apoyo de todos los socios promotores de la aceleradora y, concretamente, de Gonvarri Industries. La compañía albergará el proyecto de aceleración y mentorizará a los ganadores en su desarrollo.