El jueves pasado, se clausuró la primera edición del programa “Mentoring #MujereIngeniería”, dirigido por Sara Gómez, que busca eliminar la brecha de género existente en la actualidad en las ingenierías y el techo de cristal que impide a las mujeres ingenieras llegar en mayor número a los puestos de dirección.
Las jóvenes ingenieras han estado asesoradas por 44 mentoras de la Asociación Española de Ejecutivas y Consejeras EJE&CON. María José Monferrer, vicepresidenta de la Asociación Española de Ejecutivas y Consejeras, destacó el apoyo de la Universidades Politécnica de Madrid y Carlos III, para llevar a cabo este programa. “Es muy importante que vosotras os pongáis en valor, aunque nadie lo haga. Esas pequeñas cosas que no valoramos pueden tener mucha importancia para otros. Si no te pones en valor, no eres visible, no existes. Hay que estar ahí, y eso solo depende de vosotras, de que queráis estar”, animó a las jóvenes ingenieras participantes en la primera edición de este elogiable programa.
La Real Academia de Ingeniería lanzó este programa de “mentoring”, o consejeras y guías, para alumnas de Ingeniería y Arquitectura en noviembre de 2016, con el objetivo de impulsar el talento femenino en tecnología. Y los primeros resultados son muy satisfactorios, a juzgas por los testimonios de mentoras y mentees.
Un ejemplo, fue el testimonio de Eva García Verdugo, mentee, que destacó “lo importante de la compenetración entre mentoras y mentees, en mi caso con Paula García, ingeniera eléctrica como seré yo”. Con su testimonio además, superaba uno de los retos que se había propuesto este programa, enseñar a las jóvenes ingenieras a hablar en público, algo que Eva valoraba muy positivamente, “porque en la Universidad no te enseñan”. Eva destacó también la capacidad de Pula García Los Arcos, su mentora, para poner en valor “aspectos de mi currículo que yo no valoraba”.
Sector hostil
Para Paula, ingeniera eléctrica y consolidada, la experiencia de mentoring ha sido muy positiva: “Me hubiera gustado cuando salí al mundo laboral, hace 15 años, tener a alguien que me orientara en aspectos básicos: cómo vestir o cómo comportarme en cada ocasión”. Y lo decía “desde mi experiencia de 15 años”, consciente de las dificultades para los jóvenes ingenieras al adentrarse en un mundo laboral marcadamente masculino en este sector. “La ingeniería sigue siendo un sector muy hostil para las mujeres. Echo de menos a las mujeres, así que estar aquí entre tantas ingenieras es muy gratificante”.
Añadió que las mujeres dan un valor añadido a la ingeniería, “porque aportamos otra visión”. Y dirigiéndose a la mesa que presidía el acto, compuesta mayoritariamente por hombres, les dijo “Estáis muy a gusto entre hombres pero tenéis que romper esa inercia y convenceros que las mujeres aportamos muchas cosas a la profesión”.
Otra de las jóvenes ingenieras que aportó su testimonio fue Sandra Juárez Puerta, que se ganó la simpatía del auditorio: “Mi mentora no ha podido venir porque está en una entrega de premios. Pero me ha dicho que me presente voluntaria, porque uno de los retos para mí era aprender a hablar en público”, explicó. haciendo reír a sus compañeras.
De nuevo Sandra destacó la necesidad de poner en valor aspectos que las mujeres no tienen en cuenta a la hora de elaborar el currículo. “Puse muchas de las actividades que hago y que no me atrevía a poner. Mi mentora me dijo que eso también les gusta a las empresas. Cuando envíe el nuevo CV, me llamaron a la semana de enviarlo. Me dijeron que fue precisamente el apartado de actividades lo que les había gustado mucho y que tenía una plaza en el BBVA. Algo que no me parecía importante, sí lo era para muchas personas”.
Su testimonio resume el de las otras jóvenes ingenieras que se animaron a compartirlo. “Este proyecto me ha ayudado a prepararme para hacer entrevistas y conocer mis puntos fuertes y débiles. Y ha sido muy importante conocer a otra ingeniera que ha triunfado en su carrera laboral, que va a ser la mía, la visión que me ha dado del mundo laboral y el tiempo que me ha dedicado”, concluyó, señalando el esfuerzo por ambas partes para compatibilizar los horarios de ambas. Un esfuerzo al que tendrá que acostumbrarse, porque la vida laboral es mucho más difícil para las mujeres, y más en un terreno como las ingenierías.
Sara Gómez, responsable del proyecto #MujereIngeniería, destacó que este proyecto había roto todas sus expectativas, "las ha desbordado. Esta clausura no es un final, sino un comienzo. Vamos a velocidad de crucero y mañana mismo retomamos nuestra actividad. Queremos duplicar, o quizás más, el número de mentoras en el proyecto Mujer e Ingeniería. Y que haya hombres. Queremos y debemos incorporarlos porque ellos forman parte de la solución".
Y anunció que habrá dos próximas convocatorias del programa de Mentoring, una en noviembre y otra en febrero. Para esta nueva edición pidió la colaboración a la primera promoción de mentees: “Tenéis la obligación de ser nuestras mejores embajadoras. Traed cada una a cinco o seis compañeras vuestras, este es vuestro objetivo, y así lo os lo marco".