Puesta en marcha en 2007, la Fundación I+E está integrada por las empresas HP, 3M, Alstom, Arcelor Mittal, Bertelsmann, Volkswagen, ThyssenKrupp, Ericsson, Dow, Hero y Deloitte, cuya facturación conjunta es superior a los 20.000 millones de euros; representan el 2% del PIB español y el 11% del PIB industrial español y tienen 64.000 empleados en sus subsidiarias españolas. Su inversión conjunta en I+D+i en España es de 500 millones de euros con 2.600 profesionales dedicados a investigación. Helena Herrero es su máximo responsable, cargo que compatibiliza (desde julio de 2012) con el de presidenta y consejera delegada de HP para España y Portugal, compañía a la que llegó en 1982. Herrero es Licenciada en Química por la Universidad Complutense de Madrid y cuenta con estudios de posgrado en Gestión por INSEAD e IESE.
¿Cuáles son las características que hacen especial a España para que multinacionales como las que están integradas en la Fundación I+E opten por su establecimiento aquí?
Las compañías que conforman la Fundación I+E no sólo son referencia en sus sectores, sino que se caracterizan por una larga presencia en España y por haber demostrado un sólido compromiso con nuestro país, tanto desde el punto de vista de las inversiones que vienen realizando, como de la generación de valor añadido, conocimiento y empleo de calidad. Somos compañías muy diversas, que nos hemos establecido aquí por diferentes motivos. Entre otros, destacaría que España es un foco idóneo para la atracción y retención de inversiones por sus infraestructuras, por su localización geográfica y, especialmente, porque contamos con profesionales de excelente cualificación. No es de extrañar por ello que estas multinacionales hayamos elegido este país y no otro para desarrollar proyectos de muy alto calado innovador que luego van a adoptar y universalizar sus subsidiarias en todo el mundo.
Pese a esas ventajas ¿en qué debe mejorar el país como centro atractivo para estas multinacionales?
La Fundación I+E viene formulando una serie de propuestas que tienen que ver con la transformación de nuestro modelo económico y productivo. Estas propuestas cubren fundamentalmente cinco áreas: Innovación, Industrialización, Educación, Empleo de Calidad y condiciones para atraer inversión exterior que genere un efecto tractor sobre la economía española. Todas ellas pasan por lograr el máximo acuerdo y consenso entre todas las fuerzas sociales, políticas y económicas del país, conscientes de la oportunidad que tenemos por delante
Todas las empresas integrantes de la Fundación proceden de países significativos en materia innovadora. ¿Cuáles son sus consejos para que España pueda mejorar su posición en el ranking mundial?
En relación con los cinco ejes comentados, nuestras propuestas, a grandes rasgos serían: que nuestra inversión en I+D+i alcance o incluso supere el 2% del PIB, y conseguir que dos tercios de esa inversión sea privada; que nuestro PIB industrial alcance o supere el 20%, lo que nos permitiría ser más competitivos y relativizar los ciclos económicos; un sistema educativo que estimule las vocaciones tecnológicas y el estudio de carreras técnicas, desarrolle la conexión entre universidad y empresa y potencie la formación profesional dual; en materia de empleo, que se den las condiciones favorables para atraer a los mejores profesionales y remunerarles adecuadamente; y finalmente, recomendamos contar con la seguridad regulatoria, fiscal y laboral que promueva la atracción de inversión extranjera que fortalezca y haga crecer nuestro tejido empresarial.
¿Considera que la opinión pública española tiene conciencia de la necesidad de la innovación para el futuro de España y sobre el papel que ha tenido y tienen en la innovación las multinacionales?
Todos estamos de acuerdo en que queremos un país mejor, más moderno, más competitivo, y con más y mejor empleo. La innovación es absolutamente clave para conseguir estos objetivos. Y los diferentes actores de la vida social, política y empresarial tenemos la misión de concienciar sobre la importancia de la innovación, que va más allá de los avances tecnológicos e industriales, y empieza desde la propia educación.
Desde el punto de vista del papel de las multinacionales, uno de los objetivos que nos marcamos es difundir su papel como dinamizadoras del tejido empresarial e industrial, y dar a conocer sus proyectos. Mucha gente no sabe que el primer ascensor sin cables del mundo, que revolucionará la movilidad urbana, lo está fabricando Thyssenkrupp en Gijón; que Alstom diseña y fabrica en España el moderno metro de Londres o los tranvías que circulan por Sídney o Qatar; o que también en nuestro país se encuentra el centro mundial de desarrollo de Impresión 3D de HP, que está sentando un nuevo paradigma en los procesos de fabricación. Y podríamos citar muchos más. Quien conoce y vive de cerca estos proyectos sabe bien la riqueza que están generando a su alrededor y el prestigio que suponen para nuestro país.
“Todas las empresas de la Fundación I+E coincidimos en la carencia de perfiles digitales, ingenieros de datos, marketing digital...”
¿Tiene la Fundación una relación fluida con las distintas universidades españolas?
La universidad es un actor fundamental para conseguir nuestros objetivos como país, y de hecho entendemos que la educación superior y la investigación deben ser el motor del cambio productivo que necesitamos. Las diferentes compañías que integramos la Fundación mantenemos estrecha relación con ella, con diversos acuerdos y proyectos conjuntos, y la idea es desarrollar esa misma labor como Fundación.
Creo que entre todos debemos ayudarla, sobre todo a que el esfuerzo investigador que lleva a cabo se traduzca en excepcionales profesionales para nuestras empresas. Tenemos un importante déficit de profesionales cualificados, especialmente de perfiles digitales. Un reciente informe de Randstadt nos avisa de que en 2020 podrían hacer falta en España 1,9 millones de trabajadores altamente cualificados. Creo que necesitamos hacer un esfuerzo para adaptar la formación a las necesidades empresariales. Podría conseguirse buscando fórmulas para involucrar al sector docente con el mundo empresarial o desarrollando proyectos de investigación que sean de aplicación en las empresas, como se hace en Estados Unidos.
¿Qué profesiones, en líneas generales, demandan ustedes en España?
Lógicamente, cada compañía puede tener sus necesidades específicas dado su sector, pero cuando ponemos en común nuestra experiencia, coincidimos en la carencia de perfiles digitales, ingenieros de datos, marketing digital... Y si miramos más allá, diferentes estudios como el de Randstadt anteriormente mencionando atestiguan esa carencia. O por ejemplo el que elaboró Linkedin en 2014, basado en sus 330 millones de perfiles, que reflejaba que 23 de sus 25 Hottest Skills on Linkedin estaban relacionados con la tecnología y lo digital. Por otro lado, la demanda de titulados universitarios en ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas crecerá en Europa un 14% hasta 2020, según el Centro Europeo para la Vocación Profesional.
Y además debemos prepararnos para lo que viene. El informe del World Economic Forum, presentado en Davos, destaca que el 65% de los actuales estudiantes de Primaria trabajarán en empleos que no existen todavía. Los perfiles más demandados de aquí a cinco o diez años tendrán que ver con la capacidad de resolver problemas complejos, el pensamiento crítico, la creatividad, la gestión de personas o la cooperación.
¿Creen adecuados los niveles de formación?
En lo que respecta a la formación superior, más que el nivel, el problema que tenemos es la desconexión con la demanda empresarial. Otro informe, también del WEF, indica que España ocupa el puesto número 85 en un ranking de 140 países en cuanto a la calidad de nuestro sistema educativo. E incide en que nuestro sistema educativo precisa de una reforma profunda y urgente para adecuarlo a las necesidades de una economía competitiva, y situarnos donde nos corresponde como la cuarta economía de la zona euro.
¿Qué déficits encuentran las empresas multinacionales en España a nivel de formación?
En primer lugar, creemos que necesitamos un sistema educativo perdurable en el tiempo, resistente a las coyunturas políticas. En segundo lugar, que desarrolle las vocaciones tecnológicas desde niños, que potencie las STEM (Ciencia, Tecnologías, Ingeniera, Matemáticas…) y fomente el estudio de carreras técnicas. A modo de ejemplo, en 2014, el número de matriculados en ingenierías fue el que más cayó en las universidades españolas, un 6% con respecto al curso anterior, y en la última década las matriculaciones han caído un 23%. Y en tercer lugar, que sepa capaz de cruzar las necesidades reales de empleo con las de formación. En este último punto, entendemos necesarios dos aspectos: por un lado, la colaboración entre la Administración, la Universidad y las empresas; y por otro, potenciar la formación profesional como una buena alternativa que ofrezca oportunidades a los estudiantes y como fuente de profesionales solventes para las empresas. Por nuestra parte, en ambas iniciativas podemos aportar nuestro papel formador, dado nuestro bagaje innovador, favorecedor de la transferencia de conocimiento, tecnología y buenas prácticas empresariales.
Y desde la óptica que le otorga su trayectoria empresarial, ¿qué transformaciones hay que abordar para no perder el tren de esta denominada 4ª Revolución Industrial en la que estamos inmersos?
Ciertamente estamos ante una gran oportunidad, y aprovecharla es misión de todos. No podemos dejar escapar este tren de la 4ª Revolución Industrial, como sucedió con las anteriores. Afortunadamente, estamos a tiempo, porque esta revolución está empezando ahora. Innovación, Tecnología, Industria y Educación deben trabajar de forma coordinada, con políticas respaldadas en el máximo consenso e incluso por políticas de Estado. Es clave abordar la transformación digital de nuestras industrias. Debemos concentrarnos en los sectores que son estratégicos en España –automovilístico, agroalimentario, textil…- y en los que están liderando la innovación - químico, material de transporte, manufacturas de alto contenido tecnológico…
Por su parte, incrementar nuestra inversión en I+D+i pasa por crear un verdadero sistema de innovación, con políticas impulsadas por la Administración pero lideradas por las empresas. Además, incentivar la inversión productiva y la creación de centros de excelencia de proyección internacional, lo que permitirá atraer inversión para el país.
Igualmente, incrementar nuestro PIB industrial requiere un plan a largo plazo con unos objetivos claros, como por ejemplo fomentar el crecimiento de nuestras empresas. Si el tamaño medio de las empresas españolas se acercase al de otros países de nuestro entorno, como Alemania o Reino Unido, el PIB español sería un 15% superior. El mundo se está reindustrializando y preparándose para esta Cuarta Revolución Industrial, y nosotros no podemos quedarnos atrás.
“Necesitamos un programa educativo desarrolle las vocaciones tecnológicas desde niños, que potencie las STEM (Ciencia, Tecnologías, Ingeniera, Matemáticas…) y fomente el estudio de carreras técnicas”
En su opinión, ¿cómo hay que enfrentarse a este momento en lo que casi todo es volátil, incierto, complejo y ambiguo?
La Cuarta Revolución Industrial, o Industria 4.0 como algunos la prefieren llamar, nos está llevando a un nuevo paradigma. Como afirma el presidente del WEF, Klaus Schwab, “cambiará no sólo lo que hacemos, sino lo que somos”. La tecnología seguirá generando enormes cambios, pero afortunadamente, también nos facilita cómo abordarlos y sacarles el máximo partido. La confluencia de tecnologías como el Big Data, Internet de las Cosas, la Impresión 3D, el Cloud, la movilidad, la robótica o la biotecnología va a transformar la fabricación, las cadenas de suministro y la forma de relacionarse con los clientes. Por lo tanto impactará en los modelos de negocio, en los mercados de trabajo y en nuestra forma de vivir y relacionarnos. Es un proceso transversal que está afectando a todos y cada uno de los sectores de la economía, y creo que debemos ser optimistas en relación con las oportunidades que este nuevo ecosistema va a generar para las empresas y para el conjunto de la sociedad.
Una de las primeras consecuencias a las que estamos asistiendo es, como decía antes, la reindustrialización de Europa. Durante años, muchas empresas optaron por externalizar la producción en países emergentes, amparadas en el ahorro de costes que suponía. Esos países aprendieron, crearon su tejido industrial, se dotaron de sus redes de distribución y pasaron a competir en condiciones ventajosas con una Europa cada vez más desindustrializada. En consecuencia, en estos momentos el 90% del crecimiento mundial se está creando fuera de Europa. Es cuando la UE ha decidido tomar cartas, recuperar el terreno perdido y fijar como objetivo que en 2020 el PIB industrial europeo represente el 20% del total continental, frente al 14% que supone actualmente. España no es ajena a esa tendencia ni a este objetivo, y debemos aprovechar este tren, que a lo mejor ya no vuelve a pasar.
¿Cuál es la experiencia práctica en HP?
Que todas estas nuevas dinámicas hacen más importante que nunca reinventarse. Para ello, la innovación y el estar más cerca que nunca de clientes y sus necesidades es vital. Por ahí pasan las líneas fundamentales de nuestra estrategia. Por desarrollar innovaciones tecnológicas que creen nuevas experiencias y que permitan a las empresas abordar esa transformación digital, para aprovechar al máximo las ventajas que la tecnología trae en en esta nueva revolución.
¿Cuáles son las innovaciones que usted prevé a medio plazo y cuál es la innovación disruptiva, esa que cambia muchas cosas, con la que sueña?
Estamos trabajando ya en numerosas innovaciones disruptivas, que irán generando nuevas experiencias y cambiando el mercado. Vendrán de la mano de soluciones como las de computación inmersiva. Las barreras entre el mundo físico y el digital se irán difuminando cada vez más. Nos moveremos de un mundo de clics y pulsaciones a un mundo dirigido por gestos naturales y la posibilidad de interactuar con representaciones digitales de objetos 3D reales. El puente entre lo digital y lo físico se completa con la impresión 3D, que transformará la fabricación. Se espera un crecimiento (CAGR) del 44% para los próximos 4 años. Este año 2016 saldrá al mercado nuestra impresora 3D, cuya responsabilidad de I+D ha estado en España, y que es un nuevo concepto de impresión, que multiplica x10 la velocidad y reduce costes de impresión, con productos de más calidad y diferentes propiedades. Tampoco podemos olvidar el auge que tendrá el Internet de las Cosas, o como a nosotros nos gusta llamarle, el “Internet de Todas las Cosas”, porque hasta los objetos más cotidianos estarán conectados a Internet.
Por otro lado, desde luego que también seguiremos viendo importantes avances en tecnologías que han estado despegando estos años como son el Cloud, el BigData y la Movilidad. En ninguna de ellas se ha dicho todavía la última palabra. Veremos la segunda ola del Cloud Computing. Mientras la primera ola ha estado focalizada en cumplir con las necesidades de IT desde el punto de vista de infraestructura, esta segunda tiene como característica que ya apenas habrá organizaciones que tengan barreras (legacy, seguridad …) para moverse al cloud y el foco en las aplicaciones, que serán ya todas nativas en cloud. En BigData, veremos increíbles nuevos usos que ofrezcan servicios con límite solo en la imaginación y que aporten una enorme diferenciación competitiva. Y por supuesto, en Movilidad, veremos aparecer una nueva generación de dispositivos móviles, que harán que tengan la conectividad de un Smartphone, la potencia de un PC Portátil y la versatilidad de uso de una tableta.
Y de aquí a cinco años, se prevé que ya constatemos el auge de la robótica avanzada y la automoción autónoma, la inteligencia artificial y el machine learning, así como importantes avances en biotecnología y genómica.
La innovación con la que sueño no es una, si no todas aquellas que permitan hacer la vida mejor a las personas donde quiera que estén.