Buenos días, son las 7 de la mañana, empieza la semana. Este lunes cuesta especialmente. Mientras desayuno y hago cien cosas más, le pido a mi asistente virtual que me recuerde las reuniones y que, de paso, me informe de la previsión meteorológica.
Una vez en el coche, de camino al trabajo, con un montón de pensamientos sobre cómo se planteará la semana, y mientras mi asistente virtual me indica el camino con menos tráfico, me detengo en uno de ellos. En todas y cada una de las acciones que teníamos planteadas con motivo del día del 11 de febrero en ITI.
Lo cierto es que tenemos “Días de” para todo… en ese momento consulto ¿Cuál es la efeméride más extraña? “El día de responderle preguntas a tu gato”. Es el 22 de enero. Lo siento, llegamos tarde.
Muchos de estos “Días de” son la excusa perfecta que el mercado utiliza para incentivarnos a la compra, pero estos días y según la efeméride de turno y lo cerca que toque, provocan momentos que te hacen parar y reflexionar. Y eso mismo me ha pasado con el 11 de febrero “El día internacional de la mujer y la niña en la ciencia “, que yo rebautizo añadiendo la palabra “tecnología”.
Y vuelo al pensamiento del coche y a todo lo que tenemos planteado para la semana. Participación en un foro en la UPV Gandía, charlas de mujeres tecnólogas en diferentes colegios de Valencia, publicaciones en redes sociales de entrevistas de mujeres referentes en ITI… Un gran número de actividades que pretenden luchar contra algunos de los puntos frenan a las niñas y mujeres a las áreas STEM: falta de referentes femeninos, estereotipos de género, desconocimiento sobre la profesión...
Estas acciones las planteamos durante todo el año, pero las acentuamos más en estas fechas, porque aumenta enormemente la visibilidad y por tanto su impacto. Y pensé: semana intensa ¿Valdrá la pena?
Avanza la semana y llegamos al miércoles, después de consultar con mi asistente virtual el tiempo que va a hacer en Madrid, me abrigo y me encamino al tren para asistir al Consejo Rector de Fedit, que tengo el placer de presidir.
Durante la mañana y entre otros muchos temas, aprovecho para revisar datos macro de los Centros Tecnológicos y lo cierto es que ofrecen una imagen en positivo de la presencia femenina. Hasta 10 de los 52 adscritos a Fedit dirigidos por mujeres (19,23%). Y cada año aumenta la presencia de científicas y tecnólogas en los Centros Tecnológicos de la red. Según los últimos datos recogidos en 2022, un 44,80% del personal directivo de los Centros Tecnológicos son mujeres y un 38,33% investigadoras.
Si revisamos datos concretos del centro que dirijo, la tendencia se mantiene en positivo. Las mujeres representan el 29% del equipo de ITI. Un dato que resulta llamativo, si tenemos en cuenta otros dos: sólo el 15,6% de los puestos tecnológicos están ocupados por mujeres y tan sólo el 12% del alumnado en informática es femenino. En ese momento me sorprendí sonriendo, porque la pregunta que me hacía en el coche se convirtió de repente en un ¡Vale la pena!
Sin embargo, hay mucho camino por recorrer. Según la UNESCO, sólo el 35% de los estudiantes matriculados en las carreras vinculadas a las áreas STEM en educación superior son mujeres, y únicamente el 3% de las estudiantes de educación superior realizan estudios TIC.
De seguir con la tendencia actual, podría limitar la presencia y participación femenina en sociedades cada vez más digitales, así como impactar en el potencial desarrollo y crecimiento económico de los países.
Por mucho que me esfuerce y participe en mil foros sobre el tema, que conozca y trate de luchar contra las causas de la falta de mujeres en las áreas STEM... me cuesta aceptar la distancia que nos separa de la tecnología.
Nos encontramos en un momento en que la búsqueda por el talento TIC supone un gran desafío del cual depende del futuro de la economía. Conseguir y retener talento se ha convertido en uno de los principales retos a resolver.
Las empresas compiten por el talento TIC y lo hacen a nivel global. Los candidatos y candidatas tienen la oportunidad de elegir en qué proyecto trabajar y bajo qué condiciones.
Me cuesta explicar este punto a amigos y conocidos que trabajan en otros ámbitos, cuya realidad es radicalmente distinta. En un país cuya tasa de desempleo supera el 11%, siguen existiendo sectores, disciplinas en las que no conseguimos encontrar personal. Y todo pese a ofrecer excelentes condiciones económicas, una conciliación de la vida laboral familiar real y grandes perspectivas de futuro. Es imposible que, de ser conscientes, las mujeres estén renunciando voluntariamente a ello.
Necesitamos talento desesperadamente y por supuesto debemos fomentar equipos plurales y diversos.
Este último punto es especialmente importante ya que no solo se trata de atraer cuanto más talento mejor a la profesión, sino que éste debe ser lo más representativo posible de nuestra sociedad porque así es como dará respuesta a las necesidades de la misma.
Según un estudio del Instituto de la Mujer, el 90% de los productos tecnológicos están diseñados por hombres, pese a que el 80% del consumo está influido por mujeres. Hablamos de una nueva forma de vida marcada por la tecnología. Un contexto del que las mujeres deben formar parte, no sólo como usuarias, si no como creadoras.
Sin embargo, a veces los estereotipos de género están tan cerca que cuesta oírlos, ¡oh no! ¿Cómo? A través de Siri, Alexa, LuzIA, Carina IA, y un largo etcétera.
Nuestros asistentes virtuales con capacidades apoyadas en IA para atender las demandas de sus usuarios, comparten más cosas en común, y es que todas ellas están diseñadas con una agradable voz de mujer. La elección, obviamente no es casual. La voz femenina es percibida, en general, como más cálida y acogedora y se identifica con los conceptos de asistencia y cuidado.
Tampoco es un concepto nuevo, nos podemos remontar bien lejos, a las Hello Girls! de Estados Unidos, allá por 1878 con la invención del primer teléfono por Graham Bell, o más tarde en España con Las Chicas del Cable... Hay tópicos que ni el tiempo arrasa.
Personalmente, no tengo problema en seguir preguntándoles cosas a Siri, Alexa, Cortana (o a Alex y Ziggy según se tercie) pero lo que realmente me gustaría es que cuando hablásemos de mujeres en la tecnología su voz fuese real.
Y es que seamos honestos, hombres y mujeres poseemos cualidades biológicas y fisiológicas muy diferentes, pero desde esa obviedad, debemos poner nuestro empeño en conseguir que las diferencias nos sumen, que nos multipliquen, porque la fuerza de una sociedad radica en su diversidad y la diversidad precisamente debe ser, uno de los objetivos de las empresas.
Y en esa suma que multiplica no podemos desperdiciar el 50% del talento del planeta. Feliz día de la niña y la mujer en la ciencia y la tecnología.