La antigua central térmica de Meirama, en el pueblo de Cerceda (A Coruña) albergará un nuevo hub de producción de hidrógeno renovable, que contará también con una planta de electrólisis con 100% de energía renovable. Este proyecto, llevado a cabo por Repsol, Naturgy y Reganosa, producirá más de 4.000 toneladas de hidrógeno renovable al año, pero en su primera fase; con el tiempo, alcanzará una producción de 30.000 toneladas anuales.
Su potencia será de 30 megavatios (MW), también en un principio, alcanzando un potencial de 200 MW con el tiempo. Por otro lado, el proyecto no solamente tendrá creación de empleo, sino que, como indican desde Repsol, “traerá consigo beneficios en el ámbito social, contribuyendo así al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas”.
“Este proyecto forma parte de la estrategia de hidrógeno renovable de Repsol en Galicia y supone un hito en la transformación de la refinería de A Coruña en un polo multienergético que proporcione productos descarbonizados a la sociedad”, explica Tomás Malango, director de Hidrógeno de la compañía.
Cabe destacar también que el hidrógeno renovable que se genere sustituirá al hidrógeno convencional que tiene la refinería de Repsol en A Coruña, y que se destinará para uso industria. Además, se utilizará en otras industrias, como en la inyección en la red gasista para ser mezclado con gas natural y en movilidad. “Todos estos usos permitirán reducir la huella de carbono de la zona y demostrar la viabilidad de la producción masiva de hidrógeno renovable y de su distribución al consumidor final”, indica.
El hidrógeno renovable y la electrólisis
En primer lugar, es importante recordar cómo de importante es el hidrógeno renovable para el país. Actualmente, el sector energético está luchando por la descarbonización y por llevar a cabo una transición energética sostenible. Y esta tecnología es clave para esta transformación industrial, pues permite “fabricar productos de baja, nula e incluso negativa huella de carbono, como combustibles renovables y distintos componentes para el sector sanitario, textil o de envasado de alimentos, entre otros”.
Y destacan: “El hidrógeno renovable y el de baja huella de carbono podrían llegar a suponer entre el 10 y el 20% del consumo energético mundial”.
“De este modo -explican-, el proyecto demostrará la viabilidad del uso del hidrógeno renovable para descarbonizar la industria, así como la reutilización de instalaciones ya existentes en una zona afectada por el cierre de una central térmica -Cerceda-, donde ahora se promoverá la creación de empleo estable y la formación de profesionales de alta cualificación”.
En segundo lugar, la planta de electrólisis sevirá para crear ese hidrógeno. Una de las tecnologías que más utilizan en Repsol es la realizada a partir de agua, que consiste en la separación de la molécula de agua en hidrógeno y oxígeno mediante la aplicación de energía eléctrica renovable. Pero existen otras alternativas; de hecho, en la compañía producen a partir de energía solar, y utilizando biometano.