Isabel Gil-Casares es VP de Estrategia en Luzia, una startup de inteligencia artificial española —con más de 60 millones de usuarios en todo el mundo— que tiene el objetivo democratizar el acceso a la IA de forma fácil, universal y segura. Su premisa es la de ayudar a sus usuarios en el día a día, así que la excusa era perfecta para hablar con la experta: ¿por qué alguien que no tiene ni la más remota ida de IA debería usarla?
Lo primero es cómo convencer de que la inteligencia artificial no es ningún peligro, vista la eterna controversia que tiene alrededor. Y es que, como indica Gil-Casares, ante todo, hay que aplicar el sentido común
«Tanto a la hora de elegir qué información se comparte con esta IA para minimizar riesgos de compartir datos confidenciales o sensibles, como en la gestión de la información que la IA proporciona. El pensamiento crítico es imprescindible, y ninguna IA es absolutamente infalible: pueden cometer errores», asegura.
Más allá de estos puntos, los riesgos son ínfimos. «Nuestra recomendación es que se lancen a probar. La IA es una tecnología muy accesible, conversacional, que cualquiera puede usar y sacarle provecho. Obtener resultados interesantes y útiles es extremadamente sencillo y no conlleva riesgos significativos», recuerda la experta.
Si se piensa en un neófito del tema, siempre aparece la figura de un padre o una madre preguntando cómo se utiliza tal o cual tecnología. En el caso de la IA, va más allá, pues se ha erigido como el «mayor aliado» de la productividad. Gil-Casares recuerda además que no sólo en el entorno profesional, sino también en el personal.
«Desde la gestión de menús para la semana y recetas, la contabilidad familiar, la profundización en temas que presenten curiosidad… Los usos son prácticamente infinitos. Cualquier necesidad de información se puede satisfacer con un uso a ‘nivel usuario’ de las inteligencias artificiales».
Más allá de búsquedas puntuales
En el caso de Luzia, buscan un equilibrio entre herramientas para apoyar el desarrollo académico de cualquier nivel entre sus usuarios, pero también para su día a día. «Por ejemplo, una solución a un problema matemático con tan solo una foto, o una charla para buscar formas de abordar una conversación compleja con un familiar o un amigo», explica.
«Tenemos un claro enfoque tridimensional en cuanto al tipo de ayuda que Luzia puede ofrecer -continúa Gil-Casares—, con una aproximación humanizada y conversacional, para romper barreras de uso y que resulte extremadamente útil a cualquier persona, independientemente de su destreza tecnológica o problema del día a día en el que requiera soporte».
Hoy en día, cualquier persona sabe enviar un mensaje con su smartphone y Luzia es «tan sencilla de utilizar como puede serlo hablar con una amiga por esta vía», afirma la experta. La manera de usar a Luzia es puramente conversacional. Así, para obtener resultados satisfactorios, no requiere del uso de prompts complejos o un entendimiento tecnológico avanzado: basta con hablarle como se haría con cualquier persona.
«También desarrollamos herramientas intuitivas para casos puntuales como la transcripción de audio o la gestión de documentos con tan solo hacerles una foto o subirlos a la plataforma. La herramienta es capaz de hacerte un resumen, resolverte dudas sobre los mismos o incluso traducirlos a otro idioma».
Al fin y al cabo, en la compañía creen que la IA llegará a permitir hacer prácticamente cualquier cosa que se imagine. En el trabajo se verá una productividad tan elevada que las tareas de semanas se reducirán a días o incluso horas. La tecnología democratizará el conocimiento, hará accesible para todos lo que hoy en día resulta complejo. Los asistentes personales avanzados facilitarán la vida diaria y llevarán a cabo actividades y transacciones que a día de hoy son llevadas a cabo por humanos, lo que ahorrará tiempo y esfuerzo.
«La IA superará los límites humanos tradicionales y se integrará en nuestra rutina diaria, y esto reducirá brechas tecnológicas. En resumen, el futuro de la IA es transformador y está repleto de posibilidades», adelanta.
Sobre el uso de la IA para trabajadores
En cuanto a la IA del día a día es imprescindible también señalar a los trabajadores que han oído de lejos sobre esta tecnología, o que su trabajo —a priori— no la requiere o que tienen miedo por aquello de la sustitución de los puestos de trabajo.
«Los miedos —señala Gil-Casares— son comprensibles por falta de conocimiento y familiaridad con la tecnología. Indudablemente se optimizan procesos y tareas de manera muy clara, y precisamente por esto, en lugar de como una enemiga o un riesgo, creemos que hay que verla como una potentísima herramienta para optimizar cualquier profesión. Esta tecnología, como todas las anteriores, solo dejará atrás a aquellos que no sepan hacer de ella una herramienta».
Asimismo, considera «superimportante» hacerla parte de las capacidades de cada uno, para que su perfil profesional se convierta en más atractivo. «En vez de temerla, convirtamos a la IA en nuestra aliada, para facilitarnos el trabajo y hacer nuestras tareas de manera mucho más eficiente».
De hecho, existen infinidad de modelos, aptos para muchos tipos de tareas o incluso para tareas específicas. «Para aquellos que no sepan ni por dónde empezar, herramientas como Luzia son particularmente útiles. No tienes que usar un modelo específico, ni siquiera saber lo que es un modelo: nosotros hacemos las combinaciones más apropiadas para cada tipo de consulta o necesidad, para obtener los mejores resultados posibles. La industria se está moviendo a una velocidad pasmosa y es difícil seguir el ritmo si no eres un experto, pero para eso estamos nosotros».
IA en cualquier trabajo
Las ventajas de la IA en cualquier tipo de trabajo, sea el que sea, son claras, como la optimización de procesos y el acceso a un conocimiento prácticamente ilimitado en tiempo récord.
«Lo que antes te llevaba muchas búsquedas en Google, sortear anuncios y contenidos creados únicamente para generar tráfico, ahora se puede conseguir de manera muy rápida y precisa con tan solo pedirla mediante un mensaje. Todas las profesiones tienen algún proceso laborioso y que consume mucho tiempo, ya sea en problemas tangibles, numéricos, como en los que requieren un pensamiento más abstracto o creativo. La IA te puede ayudar en cualquiera de ellos, con lo cuál es aplicable a casi cualquier labor».
En el caso de Luzia, aunque es cierto que tiene un foco especial en educación, muchas de las funcionalidades que ofrecen serían útiles para una multitud de profesiones: desde traducciones a cualquier idioma, resúmenes, explicaciones o análisis de documentos, hasta cálculos matemáticos. «La capacidad de apoyarse no está acotada a un gremio concreto, aplica a prácticamente cualquier profesión que requiera conocimiento de algún tipo», destaca.
—Como experta en IA, ¿hasta el artesano tendrá que tener en cuenta esta tecnología?
—Indudablemente, así será, de la misma manera que ocurrió con la irrupción de los ordenadores o los teléfonos en la vida laboral, que optimizaron profundamente tareas y procesos muy largos. A medida que esta tecnología se siga democratizando y penetrando sectores, la industria se rendirá a la evidencia. El aumento de productividad es tan basto que sería absurdo no hacerlo.