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Inteligencia artificial

¿Puede la IA ser la solución a la crisis de los chips? 

Por Andrew Walker, Team Lead de Ynvolve en España

El panorama tecnológico avanza a un ritmo vertiginoso, dejando a muchos profesionales de TI luchando por mantenerse al día. Uno de los cambios más fundamentales que afectan a la industria es la aparente desaparición de la Ley de Moore, la observación hasta ahora vigente que establecía que el número de transistores en un microchip se duplicaba aproximadamente cada dos años, lo cual conducía a mejoras exponenciales en la potencia computacional. 

Sin embargo, como señaló recientemente el CEO de Nvidia, Jensen Huang, "Este es el momento en el cual las empresas se interesan por fabricar una IA específica para su compañía. Quieren crear propia inteligencia artificial”. Las implicaciones de esta declaración son profundas: sugiere que las mejoras y actualizaciones de hardware ya no son el único camino hacia las mejoras de rendimiento.

Durante más de 50 años, la Ley de Moore ha sido el principio rector detrás del imparable avance en la industria de los semiconductores. La duplicación de transistores permitía a los fabricantes de chips incorporar más potencia de cómputo en paquetes cada vez más pequeños, alimentando la insaciable demanda de los últimos y mejores equipos. Esto, a su vez, llevó a las empresas a renovar regularmente su infraestructura de TI para mantener una ventaja competitiva. 

Además, esta tendencia de crecimiento que parecía no tener fin también ha llevado al mundo entero a una escasez global de chips, una crisis continua en la que la demanda siempre es mayor que la oferta, lo cual ha provocado aumentos de precio y escasez de una gran cantidad de productos como automóviles, ordenadores, consolas u otros. 

Pero según los expertos del Laboratorio de Arquitectura de Computadoras y Sistemas Paralelos del Instituto Tecnológico de Massachusetts, la Ley de Moore está llegando a su fin, lo cual significa que este ciclo de actualizaciones de hardware ya no es una certeza. Como explica Luis Romero en Forbes, "la Ley de Moore ayudó a impulsar mejoras recurrentes en el rendimiento del hardware durante décadas, pero ese progreso constante se ha desacelerado en los últimos años a medida que la física de la fabricación de semiconductores se ha vuelto más desafiante".

Entonces, si el ritmo predecible de la Ley de Moore ya no es una guía confiable, ¿qué depara el futuro para la infraestructura de TI y las actualizaciones de hardware? La respuesta, al parecer, radica en el auge de la inteligencia artificial y el aprendizaje automático.

Aquí es donde entra en juego la IA. Expertos del MIT aseguran que “las técnicas impulsadas por IA pueden potencialmente proporcionar más rendimiento a través del aprendizaje automático de lo que veríamos solo duplicando los transistores”. En otras palabras, la inteligencia codificada en el software ahora puede eclipsar la potencia bruta del hardware subyacente.

Para los responsables de la toma de decisiones de TI, este cambio tiene implicaciones profundas. El ciclo tradicional de actualización de hardware está dando paso a un enfoque más matizado y estratégico de la inversión en infraestructura. En lugar de reemplazar reflexivamente servidores, almacenamiento y equipos de red cada pocos años, las empresas deben ahora evaluar cuidadosamente sus necesidades y considerar el papel de la optimización impulsada por la IA.

El imperativo de maximizar el valor de los equipos existentes se vuelve más crítico a medida que la Ley de Moore se desvanece. El hardware reacondicionado, reutilizado y remanufacturado ofrece a las empresas una alternativa rentable y respetuosa con el medio ambiente al constante cambio de nuevos equipos. Las soluciones de TI circulares son el futuro.

Pero el cambio va más allá del hardware. Como sugiere Huang de Nvidia, las empresas están cada vez más interesadas en “fabricar su propia inteligencia” a través de soluciones de IA personalizadas. Esto significa que las mejoras de rendimiento del futuro pueden provenir no de la velocidad del procesador o la capacidad de la memoria, sino de los algoritmos sofisticados y los modelos de datos que pueden extraer más valor de la infraestructura existente.

En resumen, el declive de la Ley de Moore es un momento crucial para la industria de TI, que obliga a replantear fundamentalmente las estrategias de actualización de hardware. Después de más de 50 años erigida como la fuerza impulsora detrás del progreso informático, esta ley parece estar dando sus últimos coletazos. El enfoque se está desplazando del interminable afán por los dispositivos más recientes y mejores hacia un enfoque más holístico, sostenible y basado en la inteligencia para la gestión de la infraestructura. Las empresas que puedan navegar esta transición y aprovechar las capacidades de la optimización impulsada por IA, así como implementar soluciones de TI circulares, serán las que prosperen en esta era que está por empezar. 

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