Casi diez años después de su presentación, Iberdrola ha culminado la construcción del nuevo complejo hidroeléctrico de Galicia, el San Pedro II, en la Cuenca del Sil, en el término municipal de Nogueira de Ramuín (Ourense). Con sus 500 MW de potencia total (y una capacidad de suministrar energía a más de 320.000 hogares), esta nueva instalación se ha situado como la gran central hidroeléctrica del norte de nuestro país.
“Gracias a nuestra firme apuesta por las energías limpias, a las que hemos destinado unas inversiones de cerca de 30.000 millones de euros en los últimos 10 años, no solo somos un gran productor hidroeléctrico sino también el primer productor eólico mundial”, ha afirmado Ignacio Galán, presidente de Iberdrola, en el acto de inauguración, celebrado ayer junto al presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo. “Además, nos hemos convertido en un referente internacional de la lucha contra el cambio climático, el principal desafío global al que nos enfrentamos, habiendo reducido nuestras emisiones en un 75% en los últimos años, hasta representar estas tan solo un tercio de la media de las del sector eléctrico europeo”, ha destacado.
La obra es “casi enteramente subterránea” y, aunque se iniciará en 2008, desde la energética defienden que “ha sido realizada en tiempo récord, para reducir al mínimo el impacto ambiental y visual y para contribuir a mejorar el turismo en la Ribeira Sacra y Cañones del Sil, ya que los embalses permiten que grandes tramos de los ríos sean navegables por embarcaciones turísticas”.
Según Iberdrola, la obra ha costado unos 200 millones de euros, un gran montante que ha servido para “impulsar” el tejido empresarial gallego. “Solo en la construcción de San Pedro II han participado 80 empresas locales, cifra que se eleva hasta las 200 si se suman las que ya lo hicieron en la ampliación de Santo Estevo, además de haber proporcionado empleo a casi 800 personas”, aseguran desde la compañía.