Iberdrola ha decidido completar el proceso de cierre de todas sus centrales de carbón en el mundo, fuente de energía que representa, actualmente, solo el 1,8% de la capacidad total del grupo, que asciende a 48.062 megavatios (MW), y el 1,5% de la producción eléctrica en los nueve primeros meses del año en curso: 1.596 GWh vs. 102.494 GWh. Todo ello, “en línea con su firme compromiso medioambiental”, aseguran desde la empresa.
En este sentido, la compañía ha solicitado la autorización de cierre de las centrales térmicas de Lada (Asturias) y Velilla (Palencia) ante el Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital, plantas que suman una potencia de 874 MW, una decisión mediante la que ratifica su compromiso de reducción de la intensidad de emisiones de CO2 en un 50% en el año 2030 respecto a los niveles de 2007 y de ser neutra en carbono en 2050.
En contraste, y como reflejo de su apuesta por las energías limpias y la sostenibilidad energética, el grupo Iberdrola ya cuenta con 28.778 MW de capacidad operativa a través de fuentes renovables de producción de energía, fundamentalmente eólica, tanto terrestre como marina (15.902 MW), e hidroeléctrica (12.756 MW).
Tras el cierre de las últimas plantas de carbón operativas de Iberdrola, que no incidirá en la seguridad del suministro eléctrico –la compañía cuenta con 5.695 MW de capacidad de respaldo en ciclos combinados de gas–, el porcentaje de la capacidad de producción de electricidad libre de emisiones del grupo quedará en el 68%, elevándose en España hasta el 76%.
En el caso concreto de las centrales de Lada y Velilla , su cierre no afectará al firme y demostrado compromiso de la compañía con el empleo, ya que Iberdrola recolocará al 100% de la plantilla –90 empleados en Lada y 80 en Velilla– tanto en las labores de desmantelamiento de ambas plantas, que se extenderán durante cuatro años desde la fecha de aprobación de cierre por parte del Ministerio de Energía y supondrán una inversión cercana a los 35 millones de euros, como en otras instalaciones de la empresa. Las zonas ocupadas por Lada y Velilla serán objeto de una restauración paisajística.
Cabe recordar que desde el año 2001 la compañía ha clausurado en todo el mundo centrales térmicas que suman casi 7.500 MW de capacidad. Destacan el cierre en 2013 y 2016, respectivamente, de dos grandes centrales de carbón en Reino Unido, Cockenzie y Longannet, cuya potencia conjunta ascendía a 3.600 MW. Asimismo, el desmantelamiento en este periodo de tiempo de casi 3.200 MW de plantas de fuel oil.