La compañía energética Iberdrola ha inaugurado su primer proyecto eólico en Canarias, el parque eólico Chimiche II, en Granadilla de Abona (Tenerife). Esta infraestructura, desarrollada junto a Inversiones Financieras Isla de Tenerife (IFIT), cuenta con una potencia de 18,3 megavatios (MW), y ha requerido una inversión de más de 25 millones de euros.
Con esta iniciativa, las Islas Canarias han querido reducir la dependencia energética de su territorio generando, entre otros, empleo de calidad. Uno de los grandes objetivos del proyecto era mejorar el empleo de la región, algo que parece haberse cumplido: durante su construcción se han generado más de 200 empleos, además de abastecer de energía limpia a una población equivalente de 15.000 hogares, evitando la emisión de 33.000 toneladas de CO2.
En definitiva, ambas compañías han querido dotar de energía competitiva, limpia y sostenible a la región, contribuyendo a las comunidades de su entorno. Chimiche II es, según Iberdrola, "el resultado de la suma de conocimiento y entendimiento del entorno local –aportado por IFIT– y nuestra capacidad técnica y operativa, así como experiencia en el desarrollo eólico”. Y es que el proyecto ha incluido la construcción “de la línea eléctrica de evacuación y una subestación eléctrica transformadora”, que ha requerido el desarrollo de una “compleja labor de ingeniería para desplegar la infraestructura eléctrica a través de una orografía compleja con multitud de barrancos”.
Según ha declarado Ángeles Santamaría, consejera delegada de Iberdrola España, presente en la inauguración, Canarias cuenta con un alto potencial para el desarrollo de renovables: “Dispone de un alto recurso eólico y solar y de potencial de demanda flexible. Estas condiciones, combinadas con la importante reducción de costes de las tecnologías renovables que las hace competitivas, la creación de empleo de calidad, la dinamización industrial y económica y el impacto positivo que tienen las energías limpias en los ciudadanos y el turismo, representa una oportunidad para plantear una aceleración de los planes de inversión en renovables en las islas”.
En la compañía energética creen que “es necesario reflexionar sobre el papel que van a desempeñar las energías renovables en Canarias, disponer de un marco normativo que aporte certidumbre a la inversión y fórmulas de desarrollo ágiles y transparentes para que su desarrollo sea una realidad”. Aun así, tanto Iberdrola como IFIT, según adelantan desde la primera, quieren seguir el modelo que han desarrollado en Chimiche para “continuar contribuyendo a la transición energética en Canarias”.