Esta semana, Iberdrola ha puesto la primera piedra de la nueva planta fotovoltaica Núñez de Balboa en Usagre, Badajoz. De momento, esta plataforma contará con 500 megavatios (MW) de potencia, convirtiéndose así en la mayor planta fotovoltaica en construcción en España y en Europa. Pero eso no es todo: hasta el año 2022, pretenden poner en marcha 2.000 MW de potencia fotovoltaica y eólica en la región, y hasta 2030, unos 10.000 en toda España. En palabras del presidente de la compañía, Ignacio Galán, el objetivo es “situar a esta comunidad en el centro de nuestra estrategia renovable en Europa”.
Esta gran planta ocupará unas 1.000 hectáreas y generará energía limpia suficiente para abastecer a “250.000 personas, cifra superior a la población de las ciudades de Cáceres y Badajoz. La planta evitará, además, la emisión a la atmósfera de 215.000 toneladas de CO2 al año, reforzando nuestro compromiso con la protección del entorno y la mitigación del calentamiento global”, ha explicado en la puesta en marcha de Núñez de Balboa.
De momento, la inversión será de 300 millones de euros, dando trabajo a más de 1.000 extremeños, sin contar con la colaboración de las empresas autóctonas que también trabajen en una megainstalación que se convertirá en “punta de lanza para ratificar el liderazgo de Extremadura, España y la Unión Europea en la transición hacia un sistema energético más sostenible”.
Extremadura y sus políticas alternativas de empleo
Por otro lado, Guillermo Fernández Vara, presidente de la Junta de Extremadura, ha declarado que los proyectos de energías renovables están muy bien distribuidos por el territorio “y son muy cercanos a muchos municipios pequeños donde es más complejo y difícil atraer a las empresas. En este sentido, esta puesta en marcha significa una fuente importante de riquezas para muchos ayuntamientos que van a poder desarrollar con los impuestos que se generen políticas alternativas de empleo para los jóvenes de Extremadura”.
El máximo líder de la región ha destacado también que “la lucha contra la despoblación y la lucha contra el abandono de muchos jóvenes de sus proyectos vitales en los pequeños municipios, hace que tenga más valor que nunca que haya empresas que quieran venir a compartir su futuro con nosotros”.
Núñez de Balboa no es el único trabajo de Iberdrola en Extremadura. De los nuevos proyectos en la comunidad, algunos se encuentran ya en avanzado estado de desarrollo, como son las plantas fotovoltaicas cacereñas de Ceclavín, Arenales y Campo Arañuelo I y II. La nueva capacidad supondrá, además, duplicar la potencia correspondiente a Iberdrola en la central nuclear de Almaraz –“que necesita alternativas energéticas reales”, ha apuntado Vara–.