La unión entre Iberdrola y Navantia los ha llevado a colaborar, de nuevo, en la construcción de una subestación para un parque eólico marino en Reino Unido. Esta vez, la proporción del desarrollo será más grande que nunca, pues se prevé que su infraestructura eléctrica se convierta en el año 2020 en una de las más grandes del mundo.
“Gracias a su competitividad, calidad y buen hacer, Navantia ha conseguido esta nueva adjudicación para uno de nuestros más importantes proyectos energéticos, por el que la presidenta ha mostrado su interés en repetidas ocasiones”, ha explicado Ignacio Galán, presidente de Iberdrola, en referencia a una reunión que tuvo con Susana Díaz, presidenta de la Junta de Andalucía, la semana pasada.
Así, la carga de trabajo para los astilleros andaluces subirá hasta los 600 profesionales (2.600 en el total de España), que tendrán la misión de crear una subestación con una capacidad de 714 megavatios. Según los términos de la adjudicación, los astilleros de Navantia en Puerto Real se encargarán de la construcción de los diversos elementos que componen la nueva subestación, cuyo peso total superará las 7.700 toneladas y una extensión de 300 metros cuadrados.
Galán también ha dejado entrever futuras colaboraciones, “dada la consolidación que está teniendo nuestro producto”, repitiendo en el ámbito alemán (tras el trabajo realizado con Wikinger, explicado en su momento por innovaspain.com), y dirigiéndose ahora a países como Francia y especialmente Reino Unido.
La inversión rondará los 3.000 millones de euros, una cifra alta que se queda corta si de verdad los megavatios de la subestación llegan a dar luz a las más de 500.000 familias que se prevén. La infraestructura será exactamente igual que las anteriores, excepto por las turbinas que utilizarán en Reino Unido; ahora, han creado otras (“diseñadas específicamente para esta construcción”, indican”), que son capaces de alcanzar los siete megavatios “de potencia unitaria”.