El East Anglia One, destinado a convertirse en el parque eólico marino más grande del mundo” – ocupará lo mismo que 30.000 campos de fútbol y dará electricidad a medio millón de hogares–, ya tiene las primeras cuatro plataformas para comenzar sus construcción. Estas cimentaciones, de tipo jacket –cuatro enormes pilotes que fijan la infraestructura en el fondo del mar–, han sido construidas en el astillero de Fene (Galicia) por el consorcio Navantia-Windar para este monumental proyecto de la naviera española e Iberdrola.
Cada jacket está formado por una estructura de celosía de tres patas, rematada por una pieza de transición que lo une con el fuste de la turbina. El acero total utilizado para su creación ha alcanzado las 58.800 toneladas, si bien el peso del jacket es de 850 toneladas y su altura es de 626 metros.
De esta forma, durante los próximos meses se continuará con la entrega de los componentes pendientes y se culminará el contrato firmado en diciembre de 2016: el mismo consiste en la construcción y entrega sobre barcaza de 42 estructuras tipo jackets y 126 pilotes en el astillero de Fene y en las instalaciones de Windar en Avilés.
El acto de entrega de estos cuatro jackets, celebrado en el mismo astillero, ha contado con la presencia de varias personalidades relacionadas con esta enorme obra de ingeniería española. Como Ignacio Galán, presidente de Iberdrola, que ha declarado que, con la adjudicación a Navantia y Windar, Iberdrola ha afirmado su compromiso con el tejido industrial de las regiones en las que desarrolla su actividad. “Queremos poner de manifiesto nuestro deseo de seguir actuando como motor económico, como elemento dinamizador de empleo no solo en Galicia sino también en otras zonas de España, como Andalucía, donde se está construyendo la subestación para este parque británico en los astilleros de Navantia en Cádiz, como ya se hizo para el parque alemán de Wikinger”.
El proyecto, el segundo entre Navantia e Iberdrola, tras el éxito de Wikinger, da continuidad al empleo de Navantia y Windar en sus respectivas instalaciones, ya que está generando 1.000.000 de horas de trabajo, con 800 empleos creados de media y picos de ocupación de hasta 1.300 personas. Además, al igual que ocurrió con el proyecto Wikinger, numerosas empresas locales se están viendo beneficiadas con este contrato.