Según el Informe GEM 21-23, la tasa de actividad emprendedora (TEA) en Galicia se sitúa en el 5,4%. Un poco por debajo de la media española, que es del 6%; y se mantiene en un cierto nivel de estabilidad, lejos del nivel más bajo, el 3,9 % en 2014, pero también del más alto, del 7,5 % en 2008. “Es evidente que los entornos de crisis e inflación tienen su repercusión en la decisión de emprender”, explica a Innovaspain Fany Suárez Mansilla, subdirectora de Inversiones y Startups en el Instituto Gallego de Promoción Económica (Igape).
Para la responsable del organismo público gallego “se ha logrado desplegar una gran red de acompañamiento a las iniciativas de emprendimiento, bien directamente o apoyándonos en entidades colaboradoras”. “A través de los Polos de Emprendimiento o con las actuaciones de Igape, más dirigidas al emprendimiento innovador, se intenta dar cobertura a todo el territorio y a todas las fases de un proyecto, buscando que el emprendimiento pueda desarrollarse donde surja, sin necesidad de deslocalizarse”, añade.
Suárez Mansilla apunta que “el objetivo es seguir trabajando para facilitar y mejorar el entorno para el surgimiento y consolidación del emprendimiento innovador que responda a los retos tecnológicos de nuestra economía y retenga el talento. Así como ir incrementado la TEA de nuestra comunidad autónoma hasta alcanzar, a medio plazo, la media de la UE, situada en el 9,1%”.
De los programas propios a la colaboración dentro y fuera de Galicia
Uno de los principales vehículos de apoyo a las startups gallegas son los programas de aceleración bautizados como Business Factories. Se trata de programas de aceleración vertical estructurados desde la óptica de la innovación abierta, promovidos por la Xunta de Galicia a través de Igape, la Agencia de Innovación y Xesgalicia, en colaboración con el sector privado.
“Desde el sector privado se aportan los retos de innovación a resolver y las empresas tractoras mentorizan los proyectos y facilitan que las startups puedan hacer pruebas de concepto, en colaboración también con las universidades gallegas en el aspecto académico y con centros tecnológicos en el aspecto técnico-científico”, explica la subdirectora de Inversiones y Startups en el Instituto Gallego de Promoción Económica.
La portavoz de Igape hace referencia también a los programas de aceleración multisectorial en colaboración con el Consorcio de la Zona Franca de Vigo, por los que han pasado más de 450 empresas. Asimismo destaca la puesta en marcha de dos medidas de ayuda directa a startups. La primera es una línea de subvención de hasta 20.000 € específica para startups. “Con pago inmediato y una tramitación ágil y sencilla, está teniendo bastante demanda, hasta ahora hemos recibido unas 100 solicitudes, en su gran mayoría resueltas ya”, relata. La otra, de reciente lanzamiento, es un servicio de consultoría para empresas emergentes e innovadoras dentro del programa Re-Acciona.
También con capital integramente de Igape funciona Xesgalicia, sociedad gestora de fondos de la Xunta de Galicia que gestiona dos fondos para proyectos de emprendimiento, Galicia Iniciativas Emprendedoras y Galicia Innova Tech, con más de 50 startups participadas. “El segundo de estos financia proyectos empresariales con un marcado carácter innovador, con especial atención a los que resulten de la potencial valorización del conocimiento generado por los diferentes agentes del sistema gallego de I+D+i”, detalla Suárez Mansilla.
La certificación ENISA, criterio habilitador para acceder a las subvenciones de Igape
La colaboración con otras organismos y entidades regionales y de carácter nacional, también alcanza a los tiempos de respuesta y criterios de validación para el acceso a determinados programas de ayudas, gestionados desde el instituto. Así, disponer de la certificación de ENISA valida automáticamente los requisitos exigidos como solicitante. También se tienen en cuenta para acreditar la innovación otras certificaciones, como la de IEBT emitida por la Consellería de Empleo de la Xunta o la emitida por ANCES o la inscripción en el registro de Pymes Innovadoras del Ministerio de Ciencia, Innovación e Universidades.
A la hora de identificar las verticales o los sectores con un mayor nivel de madurez, la subdirectora de Inversiones y Startups de Igape destaca la automoción y movilidad, la industria de la madera, la industria alimentaria, especialmente el sector conservero, y el sector de nuevas tecnologías, que cuenta con una importante infraestructura y recursos para su desarrollo.
Además, Suárez Mansilla también pone el foco en el ámbito de la biotecnología, “en el que es puntera a nivel europeo”; así como en el sector aeronáutico y aeroespacial, articulado alrededor de la iniciativa Civil UAV focalizada en el aeródromo de Rozas en Lugo. Una iniciativa para el desarrollo de un polo aeroespacial en Galicia respaldado por el INTA y empresas muy significativas en el mundo aeroespacial (Airbus, Boeing, Avincis, Telespazio, INDRA, Aertec o Tecnobit). “Este sector, si bien se encuentra en una fase temprana, está obteniendo resultados innovadores muy significativos con impacto tanto en la tecnología como en el avance en la regulación, a escala europea”, concluye.
