Con motivo de la 13ª Reunión Plenaria de la Comunidad AEC (Asociación Española para la Calidad) Innovación, IMDEA Energía, centro de I+D para el desarrollo de energías renovables y las tecnologías energéticas limpias, ha presentado algunos de sus proyectos, como el de producción de biocombustibles líquidos avanzados. Lo que buscan, principalmente, es hacer combustibles para coches con residuos forestales. Es un proyecto grande, con un presupuesto de más de 9 millones de euros, y con 17 socios de 10 países europeos.
“Lo que intentamos contar a gente que se mete en innovación tecnológica es que esos proyectos europeos donde te pagan todo, te pagan la investigación, etcétera, también van dirigidos a pequeños centros de investigación y pymes. De algún modo queríamos transmitir una serie de casos, donde además de IMDEA Energía están compañías españolas, como por ejemplo, Abengoa o Ence”, explica Félix Marín, responsable de Desarrollo del centro.
En la reunión se expusieron casos concretos de proyectos con financiación nacional e internacional, con el objetivo de sacar conclusiones. “Todo estos proyectos están vivos, no han acabado. Tampoco sabemos cómo acabarán, pero el hecho de que haya una serie de empresas grandes detrás da garantías para que todo salga adelante. Entendemos que puede haber un impacto”, asegura Marín. Impactos que tienen que contar con un marco social político, económico, medioambiental y toxicológico, donde el error que más se repite es siempre el mismo. “No hay que ‘copiar y pegar’ de otros proyectos. Hay que ir a la iniciativa y saber lo que quieres”, apunta el responsable de Desarrollo.
Un caso de éxito, por ejemplo, sería SUNlight-to-LIQUID. Marín lo razona: “tiene una característica importante, y es que sacó nota alta en todos los informes. Se evalúa de 0 a 15, y consiguió 15 en todas las categorías. Eso fue lo que transmitimos a la gente, ya que no es tan grande ni costoso como otros proyectos. También influye el hecho de la instalación piloto, que es un campo solar, se está instalando en España, anexo al Instituto IMDEA”.
Las tasas de éxito, en general, son bajas, ya que de 100 proyectos que se presentan en Europa sólo 5 son seleccionados. Por eso, entre otras cosas, estos proyectos son tan importantes: son bastante grandes y algunos, lo lideran ellos. Pero, ¿dónde está el problema de la innovación tecnológica en España? “El ecosistema innovador en España es activo, tanto en pequeñas empresas. como en grandes empresas aunque, en ocasiones, si no tienen una financiación externa, no arriesgan”, argumenta Marín. También señala que las empresas “tienen que trabajar más con los centros de investigación. Las universidades americanas pueden trabajar con numerosas empresas de su entorno, algo que en nuestro país no es tan frecuente. También debe fomentarse la aplicación social. En IMDEA Energía trabajamos con barrios daneses, porque en Dinamarca las asociaciones locales y vecinales se implican, lo que redunda en su beneficio.”.