#Imperdible_04: la búsqueda de una reacción en el mundo

La Fundación Cotec vuelve con otro de sus Imperdibles; en esta ocasión, dedicado a la unión entre la innovación y el futuro de nuestro planeta

La Fundación Cotec sigue reinventándose, aunque su patrón sea el mismo: un festival de innovación donde el objetivo es conectar a toda la sociedad y que esta descubra, por sí misma, la capacidad que tiene para cambiar el mundo. El primero fue sobre arte, el segundo dio el salto fútbol, el tercero a las ciudades y su relación con las personas y este cuarto Imperdible –estilizado como #Imperdible_04ha tratado sobre nuestro planeta, o más bien de su futuro. Con la sostenibilidad como bandera, Cotec ha vuelto a hacerlo.

“En Cotec arrastramos fácilmente 3.000 o 5.000 personas en todo lo que hacemos, si bien suelen ser los sospechosos habituales: empresarios, científicos cercanos, universidades… Pero a la innovación le cuesta saltar de nivel y llegar a las familias, a personas que, en principio, no tienen interés por esta, aunque en realidad transforma sus vidas”, explica a InnovaSpain Jorge Barrero, el director general de Cotec. El objetivo de los Imperdible, según él, es seguir haciendo estos festivales de innovación “cambiando de sitios, de temáticas, aunque siempre cuenten la misma historia:  cómo la innovación cambia la vida a través de relatos diferentes”. Para este año, la idea es demostrar que la innovación pueda ayudar a los Objetivos 2030. 

En La Nave, lugar de la celebración de la evento, han instalado 25 experiencias innovadoras donde la idea es que los visitantes “se lo pasen bien y aprendan, que quede un poso, que se emocionen” y que, cuando lleguen a casa, reflexionen sobre lo que han visto. “Y si esto no ocurre no pasa nada, nos hemos arriesgado”, subraya. “La prioridad es la emoción por delante del conocimiento. La emoción es fundamental para que el conocimiento se repose y se quede y no sea solo un impacto rápido”.

La conexiones intergeneracionales son vitales en los Imperdible. “Sí, es cierto –apostilla Barrero–, ha estado el Rey en la inauguración, pero también Arkano, la presidenta del congreso, un astronauta y unos mil niños. Es cierto que los tradicionales públicos de Cotec siguen estando, como el presidente de Talgo; hay un arrastre de nuevos públicos pero seguimos manteniendo a la gente que ha apostado por la innovación durante tantos años”, considera el director general de la Fundación.

En Cotec quieren que estos festivales provoquen una reacción en un mundo donde pasan cosas en todas partes en cualquier momento. Barrero cree que la innovación más clásica de los polos tipo Silicon Valley carece de la suficiente diversidad, que se puede llegar a agotar en sí misma. Que siempre son los mismos perfiles, que siempre buscan lo mismo. “Dinero, emprendedores, hombres jóvenes blancos de clase media, los mismos inversores… Creemos que hay una parte del futuro que no la van a superar ni los emprendedores, ni los fondos de capital riesgo, ni las escuelas de negocios”. 

Considera además que en este Imperdible debe haber una reflexión completa de la sociedad con cambios de conducta. “No hay ninguna tecnología que vaya a acabar con el plástico en los océanos, sino que será una reflexión entre todos nosotros. Evidentemente, habrá tecnologías que ayuden a recuperar el océano, o crear plásticos biodegradables, pero al final habrá una toma de decisión entre la gente y eso también es innovación”. Es lo que él denomina como cambio basado en el conocimiento que aporta valor. “Eso, desde nuestro punto de vista, es innovación: cambiar la forma de organizarse de las personas forma parte de la receta, y son el ingrediente principal”. 

La experiencia de los festivales de innovación no es tan nueva como se piensa. Hace poco, leyendo una biografía de Da Vinci, Barrero descubrió que lo que hizo popular a Leonardo no fue la pintura, ni los inventos: fueron las fiestas que montaba, donde combinaba ciencia, arte o magia. De hecho, las máquinas que construyó no las concibió para ser usadas, sino solo como muestras para sus espectáculos. 500 años después, de una manera insospechada, en Cotec han llegado a la misma conclusión: sorprender a la gente para que la misma gente apoye el cambio. 

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