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Cosentino

InBestSoil: la importancia de cuidar los "suelos vivos"

Ana Martínez, técnica de Fundación Global Nature, explica este proyecto dedicado al cuidado y a la valoración monetaria de la tierra
inbestsoil suelo
Para saber si un suelo está "vivo" hay que identificar el estado de bacterias, hongos, nemátodos, lombrices o artrópodos. (Imagen: FGN)

El suelo es el responsable del 95% de los alimentos que se producen. A su vez, el 70% de los suelos europeos está grave o moderamente degradado. ¿Qué hacer ante esta problemática? La Unión Europea ha lanzando InBestSoil, un proyecto que consiste en la valoración monetaria de los servicios ecosistémicos del suelo y la creación de iniciativas para invertir en la salud del suelo.

Ana Martínez, técnica de Fundación Global Nature, que aplicará la iniciativa en España, nos explica qué es InBestSoil y, sobre todo, qué es eso de suelos vivos, salud de suelo o su valoración monetaria.

En primer lugar, cabe destacar que el proyecto pretende conseguir el establecimiento de un marco para la inclusión de la salud del suelo en los negocios y el proceso de elaboración de políticas. Cuenta con la participación de 19 socios de 10 paises europeos, que son ONG, empresas o universidades, de diez países europeos

“Se ha iniciado en 2023 y se enmarca dentro de La Misión del Suelo de la UE, siendo una de las novedades del programa de investigación e innovación Horizonte Europa”, explica la investigadora. Así, La misión suelo es La Misión “Un pacto por el suelo para Europa” que apoyará la transición hacia unos suelos sanos de aquí a 2030 mediante la creación de una red eficaz de 100 “laboratorios vivientes” y “faros” en zonas rurales y urbanas.

Además de crear conocimientos y soluciones para la salud del suelo, esta misión avanzará en el desarrollo de un marco armonizado para la vigilancia del suelo en Europa y aumentará la concienciación de la población sobre la importancia vital de los suelos.

¿Qué son los suelos vivos?

Como explica Martínez, un suelo ofrece múltiples servicios ecosistémicos tales como el aprovisionamiento de alimentos, fibras, otros materiales, energía y agua; contribuye a la regulación del clima, de las inundaciones, de las plagas, a reducir la contaminación del aire y suelo, a los ciclos de nutrientes y presencia de organismos, “y no menos importante -apunta- forma parte de la biodiversidad y de aspectos culturales como el ocio y disfrute del paisaje”.

“Para saber si nuestro suelo está vivo y contribuye de forma positiva a esos servicios hay que conocer las características físico-químicas del suelo, pero igual de importante es saber cómo de vivo está”, especifica. Así que hay que identificar el estado de bacterias, hongos, nemátodos, lombrices o artrópodos buscando un equilibrio entre ellos como elementos necesarios del ecosistema.

El papel de Global Nature

“El papel de FGN es ser uno de esos faros, una finca de referencia y lugar de demostración, formación y comunicación, donde se lleva años trabajando en distintas prácticas para mejorar el suelo y donde ya se han visto resultados positivos”, asegura Martínez. Y es que el objetivo es aplicar una metodología común para medir los servicios ecosistémicos que presta un suelo sano, así como los impactos recibidos en la finca de ganadería extensiva de FGN.

De este modo, InBestSoil permitirá a las organizaciones públicas y privadas dar valor económico a sus acciones sobre la salud del suelo, diseñar estrategias con sus socios locales y trabajar colectivamente para cumplir con la legislación nacional y europea en materia de suelos.

De hecho, Global Nature está llevando a cabo un extenso monitoreo que se ha puesto en común por todos los socios del proyecto y que tiene puntos en común con los proyectos de la misión suelo. “Todos los indicadores a medir en la finca de la Fundación se han revisado y acordado con expertos sobre el suelo y con conocimiento de la zona en la que se encuentra localizada, en Talaván, un pueblo de Extremadura”, señala Martínez.

Por último, desde la Fundación apuntan que en InBestSoil no están solos. La Universidad de Cartagena, que es el socio del proyecto que coordina está acción, junto con la información proporcionada del equipo de expertos, donde se involucraron tanto ganaderos, académicos, administraciones y otras figuras, decidió que se iban a monitorear 53 indicadores dentro de las categorías de aprovisionamiento, regulación del clima, nutrientes, calidad del aire, la categoría de soporte a la biodiversidad y hábitat y de la categoría de aspectos culturales.

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