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Objetivos 2030

Con la colaboración  de

Cosentino

Recuperar campos abandonados para prevenir incendios

Dos ingenieros forestales, en colaboración con Asaja, idean un proyecto que propone alternativas legales y nuevas tecnologías para lograr este objetivo
incendio forestal
Incendio en Venta del Moro en 2022, que calcinó 1.400 hectáreas de cultivo. (Imagen: AVA-Asaja)

Para prevenir incendios forestales hay que cuidar el campo. Muchas propuestas de innovación van en ese línea aunque, en esta ocasión, es un poco diferente. Andrés Martínez y Mario García, dos ingenieros forestales de Requena, en colaboración con la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-Asaja), pretenden recuperar tierras de labor abandonadas en el término de Venta del Moro -en la Reserva de la Biosfera del Valle del Cabriel-. La idea: analizar alternativas legales y nuevas herramientas tecnológicas.

Y es que ¿cómo trabajar estas tierras de propietarios que no desean realizar esa labor o de propietarios ilocalizables? Andrés Martínez pone en contexto la situación: han detectado que, dada la gran cantidad de parcelas que se abandonan en la Comunidad Valenciana, en torno a 3.000 hectáreas al año, hay un importante problema en la prevención de incendios, ya que las parcelas abandonadas no suponen un freno para el fuego, ni siquiera un refugio que puedan utilizar los bomberos para poder atacar ese fuego. 

“Por eso tenemos que evaluar qué posibles formas hay de compensar o de ayudar para que se vuelvan a poner en funcionamiento, para que por lo menos se hagan los trabajos necesarios para que no supongan una propagación rápida del fuego”. De ahí que hayan elaborado este proyecto -“muy ambicioso”, destaca- y que trabaja desde todos los puntos de vista, desde el apartado legal, pasando por todas las soluciones, hasta la solución más práctica. 

Por otro lado, Martínez indica “los grandes incendios van a más por el despoblamiento rural, el aumento de la superficie agraria abandonada y la acumulación de combustible”. En el incendio de Venta del Moro pudieron comprobar cómo los cultivos baldíos propagaron el mismo y en qué grado, si hubieran estado cultivados, lo podrían haber prevenido. 

“Con este proyecto transversal queremos dar respuesta a qué podemos hacer con las parcelas abandonadas. Estamos satisfechos con el trabajo hecho sobre análisis de soluciones legales, posibles actuaciones, valoraciones económicas y toma de decisiones basadas en teledetección pública, indicadores de actividad vegetal y algoritmos. Ahora tenemos que poner a disposición del sector esta información para su propio beneficio y el del conjunto de la sociedad”, declara.

Cómo trabajar estas tierras

Es el ingeniero forestal Mario García quien explica el proyecto: en primer lugar, han hecho un análisis del ámbito legal para ver de qué maneras un ayuntamiento puede trabajar tierras abandonadas que son de propietarios privados y que en su día se abandonaron, bien por rentabilidad, bien por relevo generacional u otras cuestiones. 

Así, una vez que se sabe cómo se pueden trabajar estas tierras privadas, hay que conocer cuáles son las tierras. “Entonces, lo que hemos hecho ha sido un análisis a través de Seed Pack y del índice NDVI, que mide la vegetación verde a través de satélites. “Hemos detectado todas aquellas parcelas abandonadas o que tenían alguna incidencia en Seed Pack. Y a través de un programa estadístico que se llama Start Graphics, hemos determinado con un 90% de de confianza qué parcelas están abandonadas”, señala García. 

Además, con esas parcelas abandonadas han hecho un estudio y han creado un Excel en el que pueden determinar qué cultivo va a ser más rentable o las características de suelo que pueden adaptarse mejor a cada tipo de cultivo estudiado. “También se ha estudiado la importancia de los cultivos abandonados y en producción de Venta del Moro, junto con el incendió que calcinó 1.400 hectáreas en verano de 2022”, especifica.